webnovel

Capítulo 2: y si lo fuera ¿que?

Justo cuando el refrigerador se inclinó para aplastarme, Erick apareció muy cerca de mí como por arte de magia haciendo que mi corazón diese un vuelco, rápidamente colocó un brazo en mi cintura moviéndome del lado del refri colocándose en mi lugar y con la otra mano sostuvo el refrigerador como si nada y mi cabeza rápidamente hizo Clic ¿cómo puede cargar tanto peso con una sola mano? porque que yo recuerde eran necesarias 5 personas, lo único que podía pasar por mi cabeza era: "este chico no es normal", hasta éste punto mis ojos estaban más redondos que un plato de la impresión que causaba.

—Erick...

—Deberías tener más cuidado con tus acciones chica ruda, podrías tener un accidente.

—¿Cómo- —Iba a hablar cuando la voz de Nick me interrumpió.

—¡Oh por Dios! lo veo y no lo creo. —exclamo Nick mientras nos miraba a Erick y a mi fijamente sorprendido, éste quizás estaba hasta más sorprendido que yo, pero, aunque no sabía nada por alguna razón sentía que debía cubrir a Erick.

—¿Qué sucede? —dije casualmente haciéndome la desentendida porque sabía exactamente a qué se refería Nick, después de todo estaba consciente de lo que sucedía y no me quedaré así después de esto.

—¿Qué no estás viendo mujer? Este tipo por ley debe ser Thor, existe el multiverso, lo sabía. —Creo que Nick debe de dejar de ver Películas de Marvel, se le está desapareciendo la materia gris, aunque a decir verdad su expresión sorprendida hacía que quisiera soltar una sonora carcajada.

—no es nada, es sólo que el práctica box así que es muy fuerte. —dije casual con una sonrisa, hasta yo podría creérmelo, pero estaba muy ocupada estando aún anonadada, pero sea lo que sea le pediré a Erick que me lo explique todo porque esto no es normal.

—ah no, 5 personas fuertes ayudaron a colocarlo ahí. —dijo el chico, su expresión era tan divertida que en serio quería estallar de la risa en su cara, pero solo lo pude hacer en silencio y dentro de mi cabeza donde él no podría reprenderme por la acción.

—Por favor, Nick, tú no cuentas cómo persona fuerte, solo cuentan los 4. —Dije divertida viendo su cara de indignación.

—No te pareces en nada a la Señora Thompson, eres peor. —Si hubiese sido una caricatura podría ver una lagrimita en uno de sus ojos.

—nos tenemos que ir. —dijo Erick mirándome a los ojos y por alguna razón entendí que necesitaba en serio salir de aquí así que asentí en su dirección.

—si es verdad. —Le eché un vistazo a mi reloj de muñeca. —Dios, que tarde es.

—Me debes una explicación. —Logré escuchar por parte de Nick mientras salía rápidamente de la cocina.

—Me tengo que ir chicos, los amo, hasta luego. —Me despedí esta vez saliendo del lugar.

—¿qué demonios fue eso? —Cuestioné acercándome a él lo suficientemente como para ver mi reflejo en sus ojos, sus ojos azules, aquellos que sin duda alguna robarían suspiros.

—¿A qué te refieres? —Me separó de él y lo miré mal, queriendo preguntar el porqué de sus acciones.

—¿A qué te refieres? —Repetí imitando su sexy voz lo cual me salió chillón cual pez globo desinflándose. —es obvio que algo pasó allá adentro.

—Ah ¿te refieres a lo del refrigerador?

—Nooo, a qué cantabas como una hermosa sirena ¿Cómo lo haces? ¿Eres una? —Dije en tono de sarcasmo poniendo los ojos en blanco, Dios dame paciencia por qué si me das fuerza lo mato. —Quiero la verdad.

—Solo hago pesas en casa y estoy acostumbrando a soportar mucho peso. —lo dijo tan tranquilamente que cualquiera se lo podría creer, pero no soy cualquiera y ¿a quién no le daría curiosidad? sabía que algo ocultaba y no me iba a detener hasta saber lo que me ocultaba.

Lo dejé así por el momento, no quería discutir y menos asesinarlo en medio del estacionamiento. Luego de irnos, llegamos a casa, Mi madre no estaba porque había salido en busca del auto mientras que yo solo me quedé despidiéndome del tarado que tenía como hermano gemelo ya que se iría de viaje por un año junto con Helen mi madre adoptiva, no me llevó porque, a decir verdad, no quise ir ya que me costó demasiado integrarme y tener amigos y sería una pérdida de tiempo echarlo todo a perder por n simple viaje.

—¿Estarás bien sin mí tarada? —Dijo mi hermano y lo miré mal, sabía que odiaba que me dijera tarada. —¡ay! Pero que masita tan más hermosa, mi mujeron, cachorrito precioso, aah, dan ganas de apapacharte bien fuerte. —Decía mientras agarraba mis mejillas, si no lo mataba la adicción que tenía hacia las golosinas, lo mataba yo.

—Si ya, ya sé que me amas idiota. —Giré mis ojos.

—Wow, tanto amor hace daño hermanita. —Se expreso en sarcasmo y sonreí, era el mejor hermano del mundo, lo abracé y terminé de despedirme. Al terminar me puse a ver películas, Erick y yo no nos dirigimos palabra alguna y agradecía por eso, pues estaba realmente agotada. De esa manera luego de la despedida sin darme cuenta caí en los dulces brazos de Morfeo.

∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆

Me desperté rápidamente en guardia al escuchar un ruido que retumbó en la parte de abajo de la casa, así que saqué mi cuchillo y lo agarré con las dos manos bajando así lentamente las escaleras y cuando me asomé para ver quien era fruncí el ceño confundida ¿Erick? ¿Que acaso estaba loco o no se dio cuenta de que eran las 2 de la madrugada?

—Buenas noches. —Le salude tratando de ocultar mi enojo porque en primer lugar ¿a quién le gusta que lo despierten a esa hora de la madrugada? exacto, a nadie y justo me daba cuenta del psicópata que tenia por niñero.

—ah, hola. —dijo como si nada, quería asesinarlo, pero al final solo le di una intensa mirada de: caes mal mijo, negué con la cabeza y me acerqué a él tratando de ver qué era lo que tenía en su teléfono, pero lo apartó un poco haciendo que no pudiese ver nada e hice un puchero molesto alejándome de él.

—¿qué hacías? —Pregunté curiosa al ver que estaba muy concentrado en su teléfono con la hora que era.

—nada, hablo con un amigo. —dijo señalando su teléfono, esa no se la creía ni su abuela, ósea ¿quién además de nosotros podría estar despierto a esa hora?

—oki ¿qué haces levantado a esta hora? —dije con los brazos cruzados mirándolo a los ojos, este me sostuvo la mirada para luego apartarla.

—...nada...solo...EH...—estaba buscando una excusa y por como desvió la mirada, buscaba más bien una mentira.

—mmm... está bien está bien, no respondas a eso, más bien responde a todas las cosas raras que pasaron hoy con respecto a ti.

—¿de qué hablas? — a este punto quería golpearle fuertemente la cara hasta sacarle sangre ¿él pensaba que era estúpida o qué? había dicho eso tapando su nariz con el antebrazo y encima pude notar todas las cosas que pasaron hoy.

—¿cómo que de qué hablo? empezaré desde un principio, en el estacionamiento te tapaste la nariz cuando claramente no olía mal y mucho menos usé perfume ¿por qué demonios tienes la piel tan fría? te volviste a tapar la nariz cuando estaba con los chicos ¿por qué quisiste salir a coger aire? ¿cómo pudiste con ese refrigerador y cómo pudiste llegar tan rápido hacia dónde mí? Y no quiero mencionar el por qué eres tan pálido ni tampoco el extraño destello rojo que vi en tus ojos o lo tan despierto que estas a esta hora de la noche cuando toda la ciudad duerme.

—debo coger aire. —dijo abriendo la puerta de salida y rápidamente lo detuve agarrándolo del brazo.

—¿ya ves de lo que hablo? Ni que fueras una clase de asesino como para tener tanta fuerza o dime ¿Eres un extraño vampiro que vino hasta acá para robar mi sangre y llevarme consigo? —Cuestionaba en sarcasmo sabiendo que esas cosas ni en un millón de años iban a existir y que solo se veían en las películas y lo sabía, era una extraña chica obsesionada con las películas de vampiros, sangre y asesinatos, y creía que sabría perfectamente el cómo enterrar a un cadáver sin que nadie se dé cuenta.

—no, cállate. —Pero al notar lo asustadizas que salieron las palabras de sus labios me di cuenta de que probablemente él lo sea y me quedé helada viéndolo e imaginando mil escenarios para escapar, pero ninguno terminaba bien.

—¿Acaso tú...?

—cállate.

—¡¿si lo eres?! No mientas con una cosa como esta Erick ¡no estoy bromeando con lo que digo!

Con una increíble velocidad que me dejó aturdida me estampó en la pared haciendo que soltara un quejido de dolor.

—Erick. —Susurré mirándolo a los ojos, sus ojos eran rojo vino, sin brillo en ellos como si el Erick que conocí hace unas horas hubiese desaparecido con él. —¿Eres un vampiro cierto? —Logre decir con dificultad, pues aún seguía estampada y acorralada entre él y la pared con un molesto dolor en la espalda.

—y si lo fuera ¿qué? —acto seguido se acercó a mi cuello abriendo su boca y mostrando unos colmillos grandes, blancos y afilados que hicieron que por primera vez en tanto tiempo tuviese miedo.

Miré hacia otro lado cerrando mis ojos fuertemente soñando que todo fuese una horrible pesadilla y soltando una gruesa lágrima de terror, en ese mismo momento Érick reaccionó, se separó de mí abriendo los ojos como platos y huyó.

—¿Hay un vampiro en mi casa? Imposible... de seguro fue mi imaginación, nada de esto pasó, debe ser una ilusión o tal vez... —me pellizqué deseando despertar de la pesadilla, pero no, no lo hice y asegurándome de que Erick se haya ido me deje caer en el suelo con mi cabeza hecho un nudo de hilos pensantes.

Creation is hard, cheer me up!

yileidi_pinales82creators' thoughts
Next chapter