5 Capítulo 5: "Este es el comienzo"

-¡Deténganse ahora!

Sus ojos se apagaron y adoptaron su tono natural. Luego miró a la turba.

Una enfermera se adelantó a los demás.

-Él los mató -dijo extendiendo su dedo en dirección al monumento humeante.

"¡Sí! ¡Asesino! ¡Asesino!" Gritaban los presentes y envalentonados por su número dieron un paso adelante hacia el terrorista. La tensión se situó cómodamente en ese escenario.

Superman alzó una mano en señal de que debían calmarse.

-Un paso atrás.

Pero una turba no se calma fácilmente, por el contrario su determinación de ajusticiar al terrorista se hizo más firme. Sus rostros expresaban ira y decisión.

La voz de Superman comenzó firme:

-Escúchenme, dije...

Los ojos se tornaron brillantes con chispeantes destellos rojos y con voz formidablemente fuerte, totalmente inhumana, les advirtió:

-¡Un paso atrás!

La multitud se quedó congelada de la impresión. Una cosa solemos olvidar de Superman. Lo aterrador que puede llegar a ser. Una especie de dios entre nosotros, venido de otro planeta, a prueba de balas, de fuego, con fantásticos poderes. Afortunadamente, de nuestro lado.

-Tienen derecho a su ira, pero nada más -prosiguió ya en tono más bajo.

Las personas continuaron protestando, pero con mayor cautela: "¿Por qué lo proteges?", vociferaban.

Superman se paró frente al mecánico y dos hombres que tenían sujeto al terrorista.

-¿Y si lo matas? -le preguntó al mecánico- ¿Entonces qué? ¿Todavía serás el esposo de tu esposa? ¿El hijo de tu madre, el padre de tus hijos? Ya no.

Superman extendió su mano hacia el terrorista y lo cogió por la ropa. Miró al mecánico a los ojos.

-Se hará justicia. Tienes mi palabra.

El mecánico retrocedió y aceptó la palabra del hombre de acero. Superman elevó el vuelo llevándose al terrorista.

♣ ♣ ♣

Momentos después volaba sobre la ciudad llevando al terrorista golpeado e inconsciente en sus brazos.

Cuando el hombre de acero llegó al río pensó en la situación actual de su vida personal, era un tema muy delicado y triste que lo movió a una profunda reflexión. Una profunda nostalgia, ni siquiera un hombre casi indestructible, capaz de volar y de levantar grandes estructuras era ajeno a las decepciones de la vida.

Absorto en sus cavilaciones por una casualidad miró hacia abajo, al rostro del terrorista, quien abrió los ojos de golpe. Estaba completamente despierto. Su voz se escuchó baja, pero rápida y amenazante como algo extremadamente filudo.

-Eres un salvavidas, Superman. Pero, ¿Cuál es la expresión? ¿Cenizas a las cenizas?

Superman apenas tuvo tiempo de reaccionar ante las sorpresivas palabras del terrorista.

-¡Polvo al polvo! -rugió el criminal y levantando el brazo acercó su reloj de pulsera a la cara de Superman. De pronto se reveló un compartimiento secreto en el reloj del cual surgió una explosión de polvo de kryptonita verde y brillante que golpeó la cara del hombre de acero.

Superman gritó en estado de shock y dolor, dejando caer al terrorista fuera de su alcance.

-¡Nos vemos! -le gritó mezclando sus palabras con una risa demencial al tiempo que se precipitaba a las aguas del río.

Mientras tanto Superman volaba erráticamente tomándose la cara y la garganta por el envenenamiento al que había sido expuesto. Sintió como sus grandes habilidades lo abandonaban y también cayó al río.

Momentos antes se había sentido como un hombre expuesto a la vulnerabilidad del alma y ahora se sentía expuesto a la vulnerabilidad del cuerpo. Mientras caía como un peso muerto no pudo evitar tener una sensación de temor. "No se necesita mucho, ¿verdad?", le había dicho una vez el murciélago de Gotham cuando apenas se conocían. Y si bien la kryptonita verde solo mataba luego de una prolongada exposición, el deterioro genético que ocasionaba a un kryptoniano era intensamente doloroso. De los diferentes tipos de kryptonita conocidas la verde era de las más peligrosas...

El choque de su cuerpo contra el agua provocó un tremendo chapoteo.

El último hijo de Krypton se hundió en un estallido de burbujas. Desapareciendo en el fondo del río.

Luego el lugar volvió a como había estado antes. Ningún rastro de vida. Solo la quietud del río y los rayos de sol acariciando la superficie del agua.

Entonces un rayo surgió desde las profundidades.

Sus poderes habían sido restaurados, recuperaba el aliento con los dientes apretados. El kryptoniano de nombre Kal-El levitaba por encima del río. No había señales de nada por los alrededores, hasta que vio...

Abajo flotando la cara sonriente del terrorista. Subía y bajaba por el agua.

Superman cauteloso por la grotesca visión voló hacia esa cara de pesadilla. Extendió la mano y agarró la cara del terrorista...

Era una mascarilla de piel sintética, los agujeros de los ojos se hallaban vacíos.

Se sintió muy incómodo de tener aquella máscara en sus manos, tuvo la impresión de que realmente era la cara arrancada de algún psicópata. La giró y encontró que por dentro había un mensaje garabateado en unas extrañas letras rojas.

"ESTE ES EL COMIENZO".

Superman levantó la mirada. Tenía un oscuro presentimiento. Escaneó el lugar en todas las direcciones.

No había rastro del terrorista en ninguna parte de las aguas circundantes.

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