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Capítulo 10: Cumplir un sueño de la infancia

Alan estaba mareado, adolorido y cansado, pero más importante, confundido.

Si lo llamaran basura, egoísta, hipócrita, hedonista, complaciente, o pedazo de mierda de clase baja, él lo aceptaría con los brazos abiertos.

Alan era consciente de sus defectos y aunque su cordura era cuestionable, se conocía a sí mismo. Su mente se balanceaba en una delgada cuerda floja, un paso en falso y caería en un abismo de depravación y destrucción sin fin.

Cuando Alan pierde el control de sus impulsos, entra en un estado de sobrexcitación. El placer sexual, las drogas y los sentimientos positivos no son suficientes para llevarlo a este estado, solo por medio del dolor es que su mente puede romperse.

Este estado nació como consecuencia de los abusos causados por su hermana durante su primera vida como un mecanismo de defensa.

La lógica de esto es simple, si el dolor es placer entonces nada puede dañarte.

El problema real fue cuando Alan mató a su familia. En ese momento algo que estaba roto se rompió aún más. Alan reconoció que era escoria que merecía todo tipo de dolor, pero al mismo tiempo, deseaba llevar ese dolor a otros.

En algún punto de su primera vida, Alan pudo recuperar algo de conciencia y llegó a ser consciente del peso de sus acciones, sin embargo, el mundo ya estaba en medio de la Tercera Guerra Mundial y Alan era el hombre más buscado.

Alan era consciente de que su final estaba cerca, si no era asesinado por los asesinos contratados por la gente que había arruinado, su propio cuerpo en decadencia lo mataría. No puedes tener una vida sumergido en drogas y violencia sin consecuencias.

Alan murió siendo consciente de sus acciones, pero el peso de su conciencia era demasiado para soportar. La culpa, arrepentimiento y frustración hicieron estragos en la cordura de Alan, las voces de culpa y odio solo podían silenciarse con drogas y bebida, pero al mismo tiempo esto lo llevo a ser inestable, infantil y caótico.

La mente de Alan era un campo de batalla entre su lado racional sumergido en tendencias autodestructivas, y su lado irracional trastornado por el caos.

El tiempo con Riveria había creado una cuerda de soporte para Alan, incluso si se balanceaba entre la feliz locura y la sombría realidad, Alan no caería.

Ahora que estaban lejos, Alan estaba en un periodo sensible por lo que solo era necesario un estimulo para llevarlo al estado de sobreexcitación destructiva.

Por eso es por lo que Alan estaba confundido. Estaba seguro de que su mente se había sumergido en el caos, ya había empezado a formar planes para comenzar una guerra que sumergiera al mundo en desastre y dolor, pero de alguna forma, pudo recuperar la conciencia.

Alan era sabía que el motivo por el que pudo volver, el soporte que lo mantuvo a flote en el mar de la locura fue Erza.

Cuando Alan vio a la niña llorosa tratando de envolver sus heridas, su mente pudo estabilizarse.

Alan no pensó que la niña se hubiera vuelto tan importante para él, estaba seguro de que solo Riveria podría calmar su peor estado de locura, ni siquiera Aina o Eina podrían ayudarlo si estaba en ese estado.

¿Entonces por qué Erza pudo calmarlo?

Alan teorizaba que el tiempo con Riveria había ablandado su corazón por lo que podía ver a otras personas como seres con cierto valor y ya no como basura no reciclable.

Quizás se sentía solo ahora que no tenía a la hermosa maga elfa y usó a Erza para llenar ese vacío.

Sea la opción que fuera, Alan tenía algo claro. La niña pelirroja era valiosa para él.

Por eso cuando pudo recuperar la conciencia y vio como Erza, que llevaba a Alan en su espalda, se enfrentaba a un sombrío Jellal, supo que no podía permitir que la niña fuera herida.

- ¡¿Por qué haces esto Jellal?! ¡Podemos escapar!

- ¡No lo entiendes, nadie lo entiende, la grandeza del gran Zeref no puede ser entendida!

'Este estúpido mocoso emo esta siendo controlado por algo.' Alan pudo ver que los datos de Jellal estaban mezclados con una conciencia familiar pero desconocida.

Él podía recordar una voz susurrándole mientras era torturado, algo sobre servir al gran Zeref o algo así, de hecho la voz trató de tomar el control de Alan pero irónicamente, su mente era tan caótica e inestable que no podía ser controlada por alguien más, de hecho era posible que la persona tuviera algunas pesadillas al ver lo que había en la cabeza del niño trastornado.

Jellal comenzó a decir estupideces sobre reconstruir la Torre del Cielo, traer de vuelta al todopoderoso y guapo Zeref, dominar el mundo y otras mierdas de fanático extremista.

Alan pensó "A la mierda con esto" y decidió usar su hechizo espacial.

[Transferencia espacial de larga distancia]

- ¡No lo harás, [Rayo de obscuridad]!

[Transferencia espacial de larga distancia] [Error]

- Esto… Va a… Doler…

Alan y Erza fueron succionados por una brecha espacial.

Debido al ataque de Jellal, el hechizo había sido dañado. Aunque pudo activarse, las coordenadas fueron destruidas por lo que era difícil saber a dónde serían transferidos.

Alan tenía dos opciones. Llevar a Erza con él y esperar que el viaje no los matara, o dejar a Erza en su propio mundo pero con el riesgo de que será transportada a un lugar aleatorio.

Sin dudar, Alan le sonrió a Erza antes de apartarla, su cuerpo estaba en un terrible estado por lo que no tenía suficiente fuerza para lanzarla lejos pero debería ser suficiente como para alejar a la niña.

Erza no sabía que estaba pasando, los eventos que enfrentó fueron demasiado para su mente y corazón.

Primero fue el plan de fuga que salió mal, luego Alan sacrificándose para proteger a su grupo (aunque solo lo hizo por ella), luego ella intentó convencer a los demás de rescatar a Alan, aunque algunos no querían arriesgarse, aún ayudaron a salvar a Alan. Cuando Erza vio lo destrozado que quedó Alan tanto física como mentalmente (por la forma en que reía), su corazón estuvo a punto de romperse por el dolor.

Ella finalmente pudo despertar su magia por la desesperación y así rescató a Alan. Tuvo que cargarlo en su espalda porque Alan quedó inconsciente, ella se llenó de culpa al ver a Alan en ese estado, si ella lo escuchaba entonces no terminaría así, por esto, Erza se juró que protegería a Alan, en su opinión, Alan ya no podría volver a caminar ni valerse por si mismo debido a lo desgarrado que estaba su tejido muscular, además, su mente no parecía estar en la mejor condición.

Después de rescatar a Alan, Erza tuvo que forzar su salida mientras arrojaba rocas y palas a los sectarios con el uso de magia. Esto inició una revuelta entre los esclavos lo que finalmente los llevó a revelarse.

Mientras huían, el viejo que siempre la había cuidado, aquel que era su maestro y mas importante, su familia, murió protegiéndola del bombardeo mágico de los sectarios.

Erza quería llorar pero se contuvo, la vida de Alan dependía de ella y aún tenía que apoyar al resto de sus amigos.

Cuando estaba por huir, se encontró con Jellal. Erza estaba por pedirle ayuda, pero se congelo al ver como Jellal pisoteaba a los esclavos que trataban de escapar.

Jellal había comenzado un discurso de la belleza y gloria de Zeref, el niño emo planeaba terminar la Torre del Cielo pero usando un enfoque diferente, los esclavos serían tratados de manera mas "digna" para evitar otra rebelión. Se les daría comida, refugio y mejores condiciones de trabajo para que en el futuro pudieran servir al glorioso Zeref.

Para la ya frágil Erza, esto fue un golpe devastador. Ella no lo admitiría pero en secreto, tenía una buena impresión de Jellal. Era maduro, responsable, atento, cariñoso y lindo, aunque ella aún era joven como para experimentar el amor profundo, Jellal era su primer enamoramiento de la infancia.

Las historias que Alan le contaba sobre príncipes salvando a la princesa, cuentos de amor como un tal Rome y Julieta (que en opinión de Alan eran la historia de un pedófilo y una niña tonta), Blancanieves (versión original y versión infantil, le contó ambas) y la Sirenita (también ambas versiones) hicieron que la niña pelirroja fuera mas consciente del romance.

Por eso, incluso si aun no amaba a Jellal, admitía que le gustaba el niño emo, así que verlo actuar como lunático fanático y malvado (porque el verdadero lunático estaba en su espalda) rompió el corazón de Erza.

La pobre niña no sabía como responder cuando el espacio a su alrededor comenzó a distorsionarse. Aunque ella no sabía lo que ocurría, pudo decir que Alan estaba usando su magia, por lo que sabía, la magia espacial podía transportar a las personas por largas distancias.

Erza se sentía en conflicto, estaba triste de que incluso en una condición lamentable, Alan seguía protegiéndola. Por otro lado, su corazón roto sintió calidez al saber que alguien estaba allí para cuidarla.

Por eso cuando vio la sonrisa que parecía una despedida en el rostro de Alan, Erza sintió miedo. Un mal presentimiento surgió en su interior y esa sensación empeoró al sentir que Alan la apartaba.

¿Estaba abandonándola?

¿Ya no quería verla? Pero esa sonrisa no mostraba odio o disgusto, en su lugar había cierto aprecio, quizá no al punto del cariño pero si la mirada de ver algo importante.

¿Entonces que era?

El viejo Rob había usado su magia para protegerla a costa de su vitalidad… Podría ser, ¿Quizá Alan planeaba hacer lo mismo?

- ¡¡NOOOOOO!!

Erza se llenó de horror al pensar que Alan se sacrificaría por ella.

Ella ya había perdido demasiado, perder a Alan sería un golpe que no podía recibir.

Sin importarle la mala condición de Alan, Erza lo abrazó con fuerza, aferrándose como un koala que no quiere soltar su árbol favorito.

- Mocosa… Suéltame…

- ¡¡NOOOOO, NO ME DEJARAS!! ¡¡NO PUEDO PERDERTE TAMBIÉN!!

'¿Qué le pasa a esta tonta mocosa? ¿Tanto pastel de fresa afectó su cerebro?' Alan tenía una sonrisa irónica ya que no podía soltarse del koala pelirrojo.

'Esta mocosa tiene bastante fuerza al apretar, quizá esto no sea tan malo~ Ah lo que sea, igual no tengo fuerzas para patearla lejos.'

Ambos niños fueron succionados sin saber cuál sería su destino.

En un callejón solitario, dos niños aparecieron. Uno era un pequeño de cabello negro, piel morena y una cara adorable de no ser por las horribles heridas que mostraban el interior de su carne y en algunas partes incluso se veían sus huesos.

Sujetando al niño herido, estaba una pequeña pelirroja que miraba sus alrededores como si fuera una mamá gato cuidando a su gatito.

Erza estaba atenta a los alrededores, si veía la menor señal de peligro no dudaría en tomar a Alan y huir.

Ignorando la actitud paranoica de la loli pelirroja, Alan miró sus alrededores con interés.

'Mundo moderno, ¿Estoy de vuelta a mi mundo natal? No, debería ser una versión alterna ya que en mi mundo natal no deberían quedar ciudades en pie.' Alan se sintió un poco nostálgico al ver el callejón.

El olor a contaminación, basura en el suelo y sonido de autos a la distancia le recordaban los viejos tiempos donde la gente mas poderosa del mundo lo perseguían para matarlo.

- Mocosa… Aunque esto es agradable… Me vas… A romper… La espalda…

- ¿Eh? ¡Alan, lo siento! ¡¿Estas bien?!

- Es obvio… Que no…

- Te cuidare, no dejare que nadie te haga daño, solo no me dejes, por favor no me dejes…

Alan uso las pocas fuerzas que tenía para palmear la cabeza de la pelirroja que había empezado a llorar sin embargo esto solo la hizo llorar más.

'Ah, ¿Por qué no puedes ser como Eina? Ella no llora y sabe cómo comportarse.' Alan incluso trató de calmar a Erza con su pastel de fresa favorito pero la pequeña siguió sollozando mientras comía.

Alan sintió que su condición no era buena, el nivel de daño a su cuerpo amenazaba con dejarlo invalido el resto de su vida e incluso había perdido un ojo.

El lado bueno es que su cerebro no fue herido así que podía usar algunas pociones para las heridas más graves.

Alan no usaba pociones o elixires del sistema, creadas por el mismo ni por alguien más. El uso de pociones podía sanar de manera incorrecta el cuerpo si no se hacía con cuidado, además de que era posible crear una dependencia hacia las pociones lo que podría arruinar el desarrollo, pues si no hay miedo a herirse, se pierde el sentido de autoconservación (al menos esa fue la explicación de Riveria).

Por otro lado, Alan prefería sanar lentamente para evitar dejar heridas internas o que se acumulara daño, incluso si era un masoquista autodestructivo, la idea de estar en silla de ruedas antes de los 30 años no le gustaba, especialmente cuando ya lo había experimentado en su primera vida.

El último motivo fue su propio crecimiento, si comenzaba a usar pociones curativas a una edad temprana existía el riesgo de que su cuerpo no creciera adecuadamente por el efecto curativo que restaura el cuerpo a la condición anterior de la herida.

Aunque no era un hecho confirmado, Alan tenía la teoría de que las pociones impedían el desarrollo del tejido muscular, motivo por el que muchos aventureros tenían múltiples cicatrices y heridas internas a pesar de usar pociones.

Alan no planeaba vivir como un hombre de apariencia débil y linda, en su lugar quería formar un cuerpo sano y fuerte lleno de masculinidad, así que al menos en ese aspecto, cuidaba su salud (las drogas que consume fueron modificadas para no atrofiar su desarrollo físico ni causar adicción química, solo adicción psicológica).

Por último y quizá el mayor motivo de la negación de Alan a usar pociones, era que tenían el efecto de neutralizar las toxinas en el cuerpo de la persona lo que limpiaría las reservas de alucinógenos en el cuerpo de Alan.

Si Alan tomaba pociones entonces su mente se aclararía por lo que comenzaría a descender por una espiral de culpa y deseos suicidas.

Así, por primera vez en su vida, Alan uso un elixir de la tienda del sistema en si mismo. Solo planeaba regenerar el tejido muscular perdido, reponer un par de tendones y sanar algunos huesos rotos, solo lo mínimo para poder moverse por su cuenta, aunque tuvo que compensarlo con una dosis extrafuerte de galletas con ingrediente secreto.

En cuanto a la cuenca vacía donde debería estar su ojo derecho, lo limpió y se puso un ojo falso comprado en la tienda del sistema. Luego lo arreglaría o simplemente construiría un ojo mágico.

Después de arreglarse y darle un cambio de ropa a Erza, Alan le explicó a la pequeña pelirroja que estaban en otro mundo y era mejor explorar para conseguir información y un lugar para quedarse. También tuvo que convencerla de que podía caminar por su cuenta y que ese mundo debería ser pacifico por lo que no era necesario que fuera tan paranoica.

Así, Alan cumplió uno de los mayores sueños de su infancia, ¡Vivir en un orfanato, siii!...

Alan realmente no disfrutaba la idea de tener padres, quizás por eso el destino hizo que sus padres en su segunda vida tuvieran que dejarlo, después de todo, el karma amaba a Alan y lo apoyaba en sus deseos más profundos.

Es difícil hacer una historia congruente de viajes entre varios mundos cuando tienes un enfermo mental como protagonista (╥﹏╥)

En fin, por ahora todo es un poco desordenado pero tomara forma poco a poco.

Creation is hard, cheer me up!

Bukarocreators' thoughts
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