8 Capítulo 8

—Tengo que...que irme—le dije a Ryan en cuanto dejamos de abrazarnos.

—¿Te vas?—Preguntó desconcertado—. ¿Por qué tan rápido?

—Ryan, por favor, cre...creo que ya he hecho bastante con venir aquí. No...no sigas.

—¡Hey, McShane! ¿Podemos hablar?

—¿Qué no ves que estoy hablando con Christine? ¿Qué quieres?

—Chris, ¿puedo hablar un momento con él?—preguntó Sam muy amable. ¿Qué quería hablar con él?

—Cla...claro.

Me levanté de allí, y me dispuse a subir las gradas hacia donde estaba Emily, Tyler, Brittany, Jack y Avril. No quería ir allá, pero no me iba a quedar como una tonta esperando que estos dos terminaran de hablar.

—Ya llegó la mosca muerta, cállense—dijo Avril en cuanto llegue hasta donde ellos.

—Avril, como sigas le diré a Ryan—advirtió Tyler—. Ven, Chris, hablemos.

Yo accedí porque no iba a ser una buena idea hablar con Emily cuando ella se encontraba hablando con la señorita McShane y Brittany.

—Después de aquél día, no hemos tenido tiempo para hablar, ¿sabes?—comentó.

—Supongo que no se ha dado el tiempo, pe...pero aprovechemos este, ¿no crees?—Él sonrió.

—¿Sigues desayunando en ese feo lugar?

—¡No!—exclamé—. ¿Cómo crees?

—Quizá quedaste tan encantada por mí, que ibas a ver si seguía yendo.—Mi rostro se tornó pálido. Él lo notó porque comenzó a reir—. Es broma.

—Eres así como...como...

—¿Ryan?—Asentí.

—No. Él es incluso mejor—dijo—. Es un buen tipo, solo que hay personas que no lo valoran como se lo merece.

No sé si lo dijo por alguien o solo por querer decirlo porque no miró a nadie específico y dudo que lo haya dicho para mí. Digo, yo no estoy enamorada de él y él tampoco de mí, por lo tanto ese comentario no vendría para mí.

—¿Por qué lo dices?—Me atreví a preguntar. Él suspiró.

—Ay, Chris, quizá con el tiempo te acuerdes de mis palabras... Quizá...

Estas personas así de misteriosas son las que hacían de mi vida un caos, no entendía por qué no podía decir todo explícitamente, así no me desgasto la mente pensando en qué querrá decir.

—Eso espero—murmuré sin mucho ánimo.

—¡Chris!—Me llamó Sam.

—¿Sí?—respondí una vez que había llegado a mi lado.

—Ya te vas.

—Espera, ¿me voy?—pregunté confundida—. ¿Que no...no nos íbamos?

—No. Lo siento, cariño. Tengo que llevar a Emily y a sus amigas que saldrán.

—¿Qué? ¿No...no me puedo ir con...con ustedes? Digo, me pue...

—No. Iremos por el camino contrario, Chris, además Avril también irá.

—¿Cómo así, Sam? ¿Yo...yo entonces con...con quién carajos me voy a ir?—pregunté un poco molesta.

—Conmigo.

—¿Qué?

—Acabo de hablar con él y ha accecido, además ustedes viven en el mismo lugar, Chris.—Sam explicaba mientras que yo negaba la cabeza una y otra vez.

—Tomaré el autobús.

—Chris, tú lo que menos tomas en esta vida es el autob��s—dijo—. Acepta irte con McShane, por favor, mira que me voy a sentir culpable después.

—Qué bueno. Porque lo eres—dije molesta. No entiendo por qué Sam me iba a dejar tirada solo porque su novia saldría con el par de arpías esas. De ninguna manera iba a irme con Ryan. No lo iba a hacer y punto.

—¿No quieres irte conmigo?—Habló Ryan por segunda vez desde que avisó que me iría con él.

—No—dije con la mirada hacia abajo.

—Christine, si yo no te lo hubiera impedido, tú habrías venido con él. Ahora te estoy pidiendo que dejes que te lleve, por favor, no hagas las cosas mas complicadas.

—Puedo decirle a Tyler que te lleve si no quieres irte conmigo—dijo Ryan. Ya me estaba comenzando a sentir culpable por haber dicho eso.

—No. Es que no tiene sentido McShane, tú y ella viven en el mismo lugar, no veo le veo lo malo que tú la lleves.

—Ella no quiere irse conmigo, y hay que respetarlo, pero no voy a dejar que se vaya en un autobús tampoco. Así que prefiero que la lleve Tyler.

Yo solo veía como los dos querían tomar decisiones por mí, lo cual me enojaba mucho porque no confiaban en que yo tenía las capacidades para elegir con quién me iba y con quién no, al igual, era mi vida, yo podía decidir si queria o no. Ellos no tenían ni tienen derecho sobre mí.

—Christine, ¿aceptarás irte con McShane o no?—preguntó Sam con cara de pocos amigos. Qué descaro. Yo soy la que debería estar molesta con él.

—Si hubieses hablado con él delante de mí, no...no estuviera comportándome de esta manera, Sam. No soy una...una niña pequeña a la...la que de...debes cuidar.

—Responde. ¿Irás con él o no?—Volvió a preguntar. Yo miré a Ryan y no tenía expresión alguna en su rostro. Me sentía muy apenada por lo que estaba haciendo.

—No—repetí.

—De acuerdo. Entonces déjame decirle a Emily que no las llevaré para irnos.

—¿Qué?—pregunté asombrada.

—Les voy a cancelar. No quieres irte con nadie, no dejaré que vayas en ningún autobús, Christine.

—Espera—le detuve—, iré con Ryan.

—¿Tienes miedo de lo que ellas puedan decir, Chris?—preguntó.

—No... Creo que he...he considerado lo que has dicho. Ryan y yo vivimos en el mismo lugar. Es...es absurdo.

—Espero que sea cierto lo que me estás diciendo—dijo, luego miró a Ryan—. McShane, cuídala.

La verdad es que no quería ir con él, pero tampoco quería que Sam le cancelara a Emily por llevarme a mí. Estoy segura que eso solo haría que Avril me odiase más y Emily se molestara con Sam por preferirme a mí antes que ella. Eso no habría ocurrido antes, ella siempre ha sido muy comprensiva, pero con Avril de su lado, no me sorprendería si llegase a suceder.

—¿Nos vamos?—preguntó Ryan. Yo asentí, levantándome del puesto.

Me despedí de Tyler, de Emily, de Sam y de Britanny. Vi que ella detuvo a Ryan para decirle algo que no pude descifrar porque en ese entonces Jack se acercó a mí a preguntarme que si me iba a ir sin haberme despedido de él, lo cual tuve que hacer por pena.

De camino al parqueadero del estadio, fue silencioso, y estaba segura que era por la imprudencia que había cometido hacía unos minutos atrás. Supongo que fue algo incómodo para Ryan de la cual yo no estuve consciente, y por eso entendía su silencio, digo, él no esperaba un <<no>> cuando Sam me lo preguntó.

—Yo...

—Tranquila. No digas nada, no estoy molesto. Lo entiendo.

—Lo siento—me disculpé.

—Chris, ya te dije que no pasa nada.—Sonrió de medio lado, casi como si fuera una mueca.

—No quería que...que tuvieras que cancelar planes solo por...por traerme—confesé.

—Ay, Chris, ¿te puedo pedir un favor?—preguntó.

—Dime.

—No pienses por mí, linda.—Sonrió. Yo asentí al momento en el que él me abrazó de lado—. Casi me partes el corazón al no querer venirte conmigo.

—Yo...yo lo siento—dije mientras él se acercaba a su Davidson para encenderla.

—Chris, ya te dije...—se detuvo un momento, para luego proseguir—. Sí, la verdad, es que me dolió mucho porque no me lo esperaba de ti. No sé como voy a hacer para que esta herida sane.—Me miró con un rostro exagerado de tristeza.

—Yo...

—Jamás me lo habría imaginado.—Suspiró—. Cuando mi madre me hacía algo como aquello, aceptaba salir conmigo a cualquier lugar que le llevara.

—Ryan, de ninguna mane...

—Eso sanaba mi herida rápidamente—me miró—, pero supongo que tu no eres mi madre, ¿verdad?

—Eres un manipulador de primera.—Negué con la cabeza.

—¿Eso es un sí?—Sonrió como el gato de Alicia el país de las maravillas a propósito.

—Te odio, ¿sabes?—Sonreí de vuelta, mientras me montaba en la parte trasera de su motocicleta.

—Cuando mi madre me decía eso, aceptaba darme un masaje.—Le golpeé el hombro. Él rió.

—Eres un...un pésimo actor, por cierto.

—Lo sé, pero soy encantador—dijo una vez que puso en marcha su motocicleta.

Ryan hizo que me sujetara de él por seguridad así que yo accedí vacilante. Mientras ibamos por el camino, no hablamos mucho debido a que no nos ibamos a entender aunque quisiéramos, lo único que me alcanzó a decir cuando estabamos en un semáforo era que me tenía que decir algo. Yo no dije nada porque decidí esperar a que llegaramos para que pudiera contarme con más calma. Luego de eso, nos detuvimos en un lugar de comidas—algo desconocido para mí—, en donde supongo que ibamos a hablar mejor.

—Llegamos.—Sin dejar que yo respondiera, me tomó de la mano para guíarme hacia al lugar, y la verdad era que se sintió muy extraño, pero decidí pasarlo por alto.

Cuando entramos, nos ubicamos en un lugar que nos permitiera ver hacia la calle.

—Pediré por ti, ¿algo en especial?—preguntó. Yo negué—. ¿Quieres que escoja por ti?

—Por favor.

—No tardo.

Mientras él estaba pidiendo, me quedé pensando en qué querría decirme y sí ese era el motivo por la cual me había invitado a comer. No quería precipitarme a los hechos, pero no era nada normal esto que está pasando, digo, Ryan y yo no hace mucho que nos conocemos y como han cambiado las cosas tan radicalmente que hasta me da miedo que puedan seguir cambiando hasta el punto de que se me salga completamente todo de las manos.

—¿En qué piensas?—Su pregunta me hizo sobresaltar. Yo estaba mirando hacia la ventana, por tanto, no me di cuenta cuando llegó.

—Nada.

—¿En serio? Eso no es lo que parecía.

No dije nada porque al igual era verdad, pero no le iba a decir que estaba pensando en él, tampoco quería cagarla más, así que opté por el silencio.

—El sábado es la inaguración del campeonato...—comentó de repente—. ¿Irás?

—Eso creo, iré con...con un amigo. No sé si te acuerdas de él, pero tambien es...es aficionado a las carreras y...y habíamos quedado ir desde que avisaron que...que sería este año aquí.

—¿Es fan de Woods también?—preguntó sonriendo.

—No.—Sonreí—. Es tu fan.

—Vaya, ya me siento mejor. ¿Fue él que estaba contigo el primer día con la chica embarazada?—preguntó curioso.

—Ese mismo.—Él se quedó como si estuviera recordando algo.

—Ahora sé por qué él me dijo aquel día que me había visto en algún lado. Raro que no me haya reconocido.

—No creas que sí lo hizo. Incluso, él...él fue el que me dijo que tú eras la máquina.—Me encogí de hombros—. Tengo muy mala memoria, y co...como te...te dije, tú no eras mi favorito...

—Yo pensé que lo sabías. Y... Espero que eso cambie—dijo una vez que se levantó para ir a buscar nuestro pedido.

¿Siempre hacía es; tener la última palabra y luego irse? ¿A qué le teme?

—Ten—dijo—, espero que te guste.

—Gracias.

Duramos en silencio unos cuantos minutos, creo que eso ya era costumbre; se hacía incómodo, hablábamos bien, se volvía incómo de nuevo.

—Antes de venirnos, Britanny me llamó—habló de repente.

—¿Sí?—dije, mientras llevaba el jugo a mi boca para no tener que decir más nada. Sé que fue la respuesta más tonta que di, pero no sabía que responder y no iba a decir que yo los había visto.

—Me dijo que si podíamos salir algun día para conocernos mejor.—En cuánto dijo eso, yo ya me estaba ahogando con mi propio jugo—. ¿Estás bien, Chris?

—Sí—dije, mientras tocía como tonta—. Lo siento.

—¿Fue por lo que te acabo de decir?—preguntó preocupado.

—¿Eh?—Le miré confusa—. No, claro que...que no.

—¿Estás mejor ahora?

—Sí. No fue...fue nada. Puedes continuar si quieres.

—¿Segura?

—Sí, Ryan.

—Dijo que la llamara en cuanto estuviera desocupado.

—¿Y tú...tú quieres hacerlo?—pregunté.

—¿Bromeas? ¿Sabes cuánto esperé para esto, Chris?

—¿No...no le ves nada raro a esto? Digo, de la...la noche a la mañana ya quiere salir con...contigo.

—Avril me dijo hace unos días que Britanny me iba a decir algo, que estuviera pendiente.—Me miró—. Ella me comentó que le había parecido atractivo el día que nos conocimos.

—¿Eso fue hace poco?

—No. Llevo mucho tiempo conociendo a Britanny. Es amiga de mi hermana, obvio.

—¿Entonces por qué no...no te dijo eso antes, Ryan?—pregunté escéptica.

—Por ese motivo, Chris, ella no quería dañar su amistad con Avril si algo salía mal entre nosotros. Sé que es estúpido, pero mi hermana también lo prefirió así. Antes de que empezaramos, debíamos acabar.

—Y gracias a eso tan...tan inteligente te enamoraste solito—Concluí.

—Lo sé.—Suspiró—. Es por eso que quiero que me ayudes.

—¿A qué?

—A conquistarla. Quiero que me ayudes a conquistar a Britanny, Chris. Quiero que ella se enamore de mí tanto como yo lo estoy de ella. Quiero que ese miedo que tuvimos desde un comienzo, no esté más y podamos darnos la oportunidad de ser feliz él uno con el otro. Quiero tenerla a mi lado. Si es caso, para siempre.

Palabras de un chico enamorado, palabras que surgen de un amor sufrido, palabras ajenas que van dirigidas a una chica rota, una chica que no entiende por qué esas palabras se han ido por las heridas recientes en su corazón, provocando un incendio formado por la montaña de cenizas que habían en ellas. Pudo apagarlo una vez, el miedo es si podrá volver hacerlo.

—Te ayudaré.

—¿En serio?—preguntó asombrado.

—Quiero que seas feliz, Ryan. Te lo mereces.—Sonreí. Él se levantó de su puesto para abrazarme.

—Gracias, cariño, muchas gracias. Eres la mejor.

¿La chica rota? Iba a terminar con quemaduras de tercer grado. La única forma de apagar ese incendio era evitar que se encendiera de nuevo. Quizá está condenada a un corazón en fuego, y no palpitando por otro que le respondiera su llamado.

***

Después que comimos, Ryan pagó la cuenta y nos fuimos hacia su motocicleta, él se le veía muy feliz y lleno de vida como nunca antes, y eso me alegraba mucho. Cuando llegamos al parqueadero del edificio, Ryan estacionó su motocicleta cerca de donde solía ubicar mi Scoopy, y en ese momento...

—¿Tú eras la chica?

—¿Ah?—Me miró extraño.

—No, nada...

Decidí mejor no decir nada al respecto. Quizá el de seguridad se había equivocado al decir que el dueño de esa motocicleta era una mujer y no Ryan. Tan mal que me dirigí a la <<dueña>> de la motocicleta, cuando en realidad era el cara bonita. Estúpido.

—¿Quieres ver alguna película?—preguntó Ryan una vez entramos al departamento.

—Más tarde, si...si quieres. Estoy algo can...cansada y quiero dormir un rato.

—No te preocupes. Anda, ve—Sonrió. Ya estaba por irme cuando tomó mi mando, haciéndome girar y mirarle a aquellos ojos hermosos que mostraban un brillo inigualable y maravilloso.

—Gracias por todo lo que hiciste hoy por mí. Te debo una grande, Chris.—Se acercó a mí tanto que estaba comenzando a ponerme nerviosa.

—No...no ha...hay de...de qu...qué—murmuré. Él rió.

—Eres tan tierna.—Me miró a los ojos como si estuviera diciéndome algo con ellos, mientras que acariciaba mi mejilla debido a la cercanía en la que nos encontrabámos.

—Yo...

—Ve a dormir, cariño.—Me dio un beso en la frente, luego agachó su cabeza para volverme a mirar a los ojos, aún con sus manos en mis mejillas, giró su cabeza para darme un beso en la mejilla. Finalmente, me dejó ir. Más confundida que antes, me di la vuelta y me dirigí a mi habitación, ignorando el hecho de que mi telefóno estaba sonando.

—¿Hola?

—Finalmente contestas, ¿cómo llegaste?

—Bien, Sam.

—¿Te pasa algo?—preguntó.

—No.

—Christine...

—Estoy bien, Sam. Basta. Molesta, ¿sabes?—Se oyó un suspiro del otro lado de la línea.

—Lo siento. Solo estaba preocupado, no habías contestado el telefóno.

—Estaba dormida.

Sé que no tenía que decirle mentiras, pero ahora no tenía ganas de contarle nada respecto a lo que estaba sucediendo con Ryan. Cuando Sam se comportara como mejor amigo en vez de hermano mayor, lo haría, mientras no podía. Solo me daría más problemas. Sé que tiene miedo de que me lastimen, pero de eso se trata la vida, no puedo evitar salir lastimada, lo que tengo que hacer es salir adelante, no pretender que las cosas no pasen porque eso no es vida, y por eso, fue que Calvin me destrozó, porque no estaba preparada para una caída tran profunda.

—Me tranquiliza saber eso.

—¿Sabes que...que no me tranquiliza?

—¿Qué?

—Que no sé por qué no me habías contado que conocías a Britanny y a Jack.

—No pensé que fuera relevante, pero si eso es lo que quieres, lo haré. ¿Quieres que nos veamos mañana para hablar?

—Es incríble, Sam, siempre pen...pensando por mí—dije—. ¿No tienes que ir a trabajar? Porque podríamos encontrarnos allí.

Estaba siendo una total hipócrita con él en todos los sentidos, yo no le contaba nada a él, y pr��cticamente, Ryan me dijo lo mismo que yo acabé de decirle a Sam.

—Chris, no quiero pelear contigo, por favor, pequeña. Discúlpame, no quiero que desconfíes más de lo que ya lo haces. Y no, mañana no tengo que ir, pero puedo ir a recogerte.

—Entonces que...que sea así, Sam. Nos...nos vemos mañana. Te quiero.

—Yo más.

Después de la llamada de Sam, me quedé pensando un rato sobre todo lo que acababa de pasar. Ryan tenía actitudes confusas que me hacia que mi cabeza se volviera un caos. Pensar que tengo que ayudarlo con aquella chica, me da la impresión que se me va a hacer muy díficil y no entiendo las razones, sin embargo, no voy a echarme para atrás. Voy a hacer todo lo que esté en mis manos para que él pueda estar con esa chica.

—¿Hola?—Contesté cuando me di cuenta que volvió a sonar mi telefóno.

—¡Chris!

—¿Nathan?—pregunté. Su voz emocionada era única.

—¡Sí!—Reí.

—¿Cómo estás?

—Estoy bien, Chris. Extrañándote.

—Qué cursi. Y antes que me...me querías sacar a patadas de mi...mi propia habitación.

—Chris, sabes que eso es lo que hacen los hermanos. ¡Es mi trabajo!

—También te he extrañado, pequeño.

—¿Cuando vienes?

—No...no lo sé, pero no...no por ahora.

—Mamá dice que pronto iremos a visitarte.

—¡Nathan! ¿No puedes mantener tu boca cerrada un momento?—Sentí que le quitó el telefóno—. Hola, mi pequeña. ¿Como estás?

—Mamá. Hola, es...estoy bien. ¿Y tú?

—Bien, querida. Muy bien.

—¿Es...es cierto lo qu...que dijo Nathan?—pregunté.

—Sí, pero falta mucho tiempo para eso. Te estaré avisando. Claro, si quieres que vayamos a visitarte.

—Mamá, claro que quiero. Es...estaría demasiado feliz si vienen, pero, ¿por qué lo...lo de...decidieron?

—Sabes que Nathan también es aficionado a las carreras, entonces además de visitarte, quiere aprovechar para ir a alguna carrera ahora que el campeonato se está haciendo este a��o allá.

—¡Veré como McShane le patea el trasero a Woods!—dijo la voz de mi hermano al fondo.

Ryan.

—¡Nathan! ¡Cuidado como te expresas!

—Te vas a sorprender cuando vengas, hermanito, te vas a sorprender.

—¿Por qué?—Preguntó.

—Ya lo verás.

—Ya, Nathan, hay que dejar a tu hermana descansar—le dijo—. Cariño, te dejamos. Cuídate y manda saludes por allá. Te quiero.

—Yo también, mamá.

Cuando colgué, mi mente volvía a recordarme lo que había sucedido con Ryan. No podía creer ue me estuviera jugando de esta manera. Lo que menos tenía en estos momentos, era espacio para otra persona más. No tendría una recuperación total como siguiera con esto. Debía hacer que se detuviera. Luego de haber pensado tanto, caí en un profundo sueño. No sentí segundos, minutos, horas, solo me dormí, lo cual fue muy relajante para mí, y hubiera seguido durmiendo, de no ser porque alguien estaba tocando la puerta y no dejaba de hacerlo. ¿No entendían que necesitaba descansar?

—¿Sí?—Y ahí estaba él, tan descomplicado y atractivo como siempre. Debería ser un delito ser de esa manera sin esfuerzo alguno.

—Bueno, quería despertarte porque es... este... es algo tarde y no has comido nada después de que vinimos.

Ahora que dice <<despertarte>> recuerdo que debo de tener mi rostro horrible. Ugh, ¿Christine, por qué no piensas bien las cosas antes de abrir la puerta?

—¿Qué hora es?—pregunté.

—Es muy tarde—respondió—. Es casi media noche y no sabía si querías seguir durmiendo o despertar antes. Así que lo siento por lo que sea que hayas querido.

—Está bien.—Reí—. Quería las do..dos, so...solo que estaba en un dilema.

—Qué alivio.—Rió también.

—¿Si...sigue en pie lo de la...la película?—pregunté aun sabiendo que no debí hacerlo.

—Si me dejas entrar a tu territorio.

—Acceso no denegado—respondí.

—No debería ser...

—Cállate.—Rió, mientras yo cerraba la puerta de mi habitación para dirigirnos al living.

—¿Qué película quieres ver? ¿De terror?

—Od...odio ese tipo de películas.

—¿Te dan miedo?

—¿Por...por qué todo el mundo me pre...pregunta eso cu...cuando digo lo mismo?—dije sentándome en el sofá.

—Porque es lo más lógico cuando se evita ver esa clase de películas.

—Claro qu...que no—refuté—. ¿Te gustan los autos?

—Prefiero las motocicletas—respondió algo confundido.

—¿Te gustan o no?

—No.

—¿Y por es...eso le tienes miedo?—pregunté. Él sonrió.

—No. Pero es distinto, digo, subirse a un auto no genera ningún tipo de miedo a menos que tengas alguna mierda en tu pasado. En cambio la películas de terror, están diseñadas para eso; para generar miedo—explicó.

—¿Te dan miedo las pe...películas de te...terror?—pregunté de nuevo.

—La verdad es que no. Digo, si te pones a verlas desde otra perspectiva, encontrarás errores, lo cual daña la ilusión.

—Entonces, no aplica tu pu...punto, ya qu...que todos tenemos alguna mierda en el pasado, y aun...aunque estén diseñadas para ge...generar miedo no qu...quiere decir qu...quee te van a producir ese tipo de...de emoción. Eso sólo depende de ti y de cómo te...te jue...juega la mente.

—¿Me estás diciendo que los gustos son subjetivos?

—Exacto. Simple...simplemente no me gustan.

—¿Tienes alguna mierda en tu pasado, Christine?

Su pregunta me había tomado por sorpresa, creí que estábamos hablando de los gustos, y películas.

—Co...como todos, Ryan.

—Supongo que tengo que ganarme tu confianza, ¿cierto?

—Puede ser—murmuré.

—¿Ya sabes que película veremos?—asentí—. ¿Cuál?

—Son como niños, la segunda.

—Así que prefieres las de comedia, ¿no?

—Si es Ad...Adam Sandler, mucho mejor.—Sonreí.

Ryan colocó la película, luego de nuestra filosófica conversación, y debo admitir que fue divertido haberla visto con él porque es una de mis favoritas. Sin embargo, no puedo dejar de pensar en el hecho de que cualquier cosa que decían yo ya estaba muriendo de la risa y él solo sonreía, en algunas veces si coincidía conmigo lo cual fue muy emocionante verle reir de esa manera. Después de eso, yo me fui a dormir porque tenía que trabajar al día siguiente y él también. Me dijo que la había pasado muy bien conmigo y que esperaba que se repitiera algún día, que dejara de evitarle y solo disfrutara del momento.

***

—Entonces, te escucho.—Me crucé de brazos, mientras él reía.

—Bueno, ya debes saber que Britanny la conozco debido a Emily, un día como ningún otro, se presentó en la empresa, y luego no la volví a ver hasta el entrenamiento.

—¿Va a trabajar allá?

—De hecho, ya lo hace, Chris.

—Santo, el mundo es ta...tan pe...pequeño—dije ida.

—Ni me lo digas.

—¿Y a Jack, cómo lo conociste?—pregunté.

—Sabes que él anda con Britanny para arriba y para abajo. Ese día estaba él también.

—¿Por qué no me dijiste? Sabes qu...que él es mi favorito.

—¿Lo sigue siendo?—preguntó escéptico.

—¿Por qué lo dices?

—No lo sé, quizá haya cambiado tu percepción y ahora te guste otro corredor.

—Sam, ¿por qué te encargas de mo...molestarme?—él rió.

—Solo es una hipótesis, no tiene por qué ser real.

—¿Y qué si...si fuera así?

—No querría que sufrieras. No sé si sabes, pero McShane bota la baba por la Britanny.

—No...no ha...hablaba en es...ese sentido.

—¿Segura?—me miró detenidamente—. Chris, sabes que puedes contarme lo que sea. Yo estaré para ti siempre que me necesites. Siempre.

—Mi madre y mi her...hermano vendrán a visitarme.—Decidí cambiar el tema. Hablar estos momentos de Ryan no me apetecía.

—¿En serio? ¿Cuando viene mi madre?—reí.

—No quiso decirme. Supongo qu...que estará avisándome.

—¿Le comentaste que ya no estás con Norah?—Negué con la cabeza—. ¿Cuando lo harás?

—No lo sé. Ella sabe qu...que tenía que mu...mudarme pronto por el bebé.

—Pero sabes que la única diferencia es que te mudaste con alguien.

—Lo sé, Sam, pe...pero no tuve elección. Yo...yo no sabía qu...que iba a vivir con al...alguien—me excusé—. Además, no le ve...veo la gra...gravedad al asunto. Yo ya so...soy independiente y a Nathan le gus...gustará sa...saber que estoy viviendo con su corredor fa...favorito.

—De acuerdo, pequeña. Haz lo que crees que es correcto para ti.—Me abrazó, yo le abracé de vuelta.

—Se me había olvidado contarte lo que hablé con Avril.—Le vi su cara de malvado así que estaba esperando lo peor.

—¿Qué pasó?

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