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Alguien sáqueme de este mundo de espadas y magia

Traicionado y abandonado por las personas que lo trajeron al mundo. Convertido en un arma sin la posibilidad de elegir otro camino. Harto de esa vida acabó con todo. Pero un nuevo mundo le dará la bienvenida. Ya sea como su salvador. O su perdición.

Y0Y1S · Fantasy
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58 Chs

Entrenamiento.

Estaba en un espacio oscuro rodeado de una densa neblina, simplemente caminando, no sabía a donde iba, pero estaba yendo a un lugar, alguien me esperaba, no sé cómo, pero lo sabía.

Solo me mantuve caminando, caminando y caminando entre un frio que parecía interminable.

- Hohoho~, no me decepciones, mi nuevo recipiente.

Una profunda voz hizo eco en el vacío, no sabía de donde venía ni de quien era, pero se sentía familiar, entonces, un resplandeciente hilo negro apareció entre la niebla, poco a poco se fue acercando a mí, de alguna forma podía sentirlo, era como una extensión de mi cuerpo, alcé mi mano para tomarlo y cuando lo hice…

Tock* Tock*

- ¿Wah?

Desperté.

Mi habitación seguía bastante oscura, las ventanas casi no filtraban luz, por lo que pensé que aún era bastante temprano, tomé mis lentes del mueble donde los había puesto antes y me paré de la cama para recibir a quien llamaba a la puerta.

- Ya voy. Dije cansado.

Al abrir la puerta, me encontré con una chica con traje de sirvienta, su cola y orejas de gato se movían levemente, sus verdes ojos y su cabello negro con franjas de tigre blancas reflejaban la luz de un cristal que estaba sobre la puerta.

Era Molly.

- Ah, Molly, buenos días.

- ... T-Tú… E-Estas d-desnudo.

- ¿Eh? Oh, cierto, lo siento, suelo dormir con poca ropa.

Como había dicho Molly, ahora mismo estaba casi desnudo, solo tenía puestos mis boxers para tapar las zonas importantes, por un momento había olvidado que ahora estaba en un mundo diferente dentro de un castillo de verdad.

Al ver el rostro de Molly, noté que se había puesto rojo hasta las orejas, sus manos sostenían un traje de mayordomo y una toalla.

- Oh, ¿Ese es mi uniforme? Gracias.

Tomé la ropa de la impactada Molly y puse la toalla sobre mi hombro.

- Um… ¿Quieres pasar?

- ¡Ah! ¡¿Q- ¡¿Qué cosas dices?! ¡Pervertido!

- No, bueno, solo preguntaba, puede que necesite que arregles el uniforme después, quiero decir, por eso tienes hilo y agujas en ese bolsillo ¿No?

- ¿Eh?

Al señalar el bolsillo lleno de herramientas de costura del delantal de Molly, limpió su garganta e intento regresar a su expresión serena de siempre.

- C-Claro, de eso hablabas, es verdad, date un baño rápido para que pueda tomarte las medidas y arreglar el uniforme si hace falta.

- Okey, adelante, no tardare mucho.

Me di la vuelta y me dirigí al fondo de la habitación, ahí había una puerta que daba a un baño individual con regadera, lavamanos, y retrete. Molly entró poco después y cerró la puerta tras ella.

Cerré la puerta del baño y empecé a explorarlo, la regadera tenía una joya azul incrustada en ella al igual que todas las manijas, solo que el lavamanos y una de las manijas de la regadera tenían una joya roja en vez de azul.

- Supongo que esa es la caliente.

Decidí no buscarle la lógica y simplemente usarlo como normalmente haría si estuviera en un hotel. Dejé mis lentes sobre el lavamanos y empecé a ducharme.

Después de 10 minutos salí de la ducha con la toalla sobre mi cadera. Molly estaba sentada sobre la ahora tendida cama, incluso mi ropa ahora estaba perfectamente doblada y ordenada.

- Vaya, gracias.

- … Otra vez desnudo ¿No te da vergüenza verte así frente una mujer?

- Supongo que sí, pero como sé que no pasará nada, mi cerebro no se altera mucho.

Molly me miro con una expresión complicada, no sabía si era enojo o decepción, pero no estaba del todo feliz.

- … ¿Qué clase de lógica es esa?

- La mía.

Mi respuesta solo provoco una mueca de molestia.

- … Haaah* Como sea, ponte el uniforme.

- Claro.

Tomé la ropa que había traído Molly y empecé a ponérmela.

Incluso trae ropa interior, genial.

Era ropa de mayordomo, consistía en un traje y pantalones negros, camisa blanca, calcetas negras con zapatos de vestir, y un moño rojo, incluso había un par de guantes negros.

- Ya puedes voltear.

Molly se había dado la vuelta mientras me ponía la ropa, cuando volteó pude notar que sus mejillas se habían sonrojado bastante.

- … ¿Cómo lo sientes?

- Tan perfecto que da miedo, ¿Usaste mi ropa para arreglarlo mientras me bañaba?

- … Asi es, me sorprende que supieras eso.

- Bueno, si no me sacaste las medidas ayer mientras estabas sobre mí, y no lo estás haciendo ahora, es lo único que se me ocurre.

El rojo en las mejillas de la sirvienta se intensificó un poco.

- … Esa falta de delicadeza te meterá en problemas.

- Siempre lo hace.

- … Esa forma de responder también es problemática.

- Descuida, solo soy así contigo, tengo un papel que jugar.

- Ahh, sobre eso, ya no hace falta, todas las sirvientas saben de ello.

- ... ¿Qué?

¿Qué?

¿Qué?

- ¿Qué quieres decir con eso? Pregunte con pánico sobre mi rostro.

El bello rostro que miraba cambió en un parpadeo.

- Me refiero a que ahora todos saben que esa personalidad es falsa, la verdad es que eres un bruto poco delicado y pervertido. Dijo Molly con una cara más fría que un iceberg.

- ¡¿Les dijiste eso sobre mí?!

- Con eso será más fácil vigilarte a partir de ahora.

- ¡¿Vigilarme?!

Molly se paró y camino en mi dirección, cuando quedamos frente a frente se detuvo y me miro a los ojos con cautela.

- Después de lo que pasó ayer me quedó claro, ahora mismo no eres una amenaza, pero puedes llegar a ser una, dejarte solo a tus anchas es un peligro para todos.

Tch, parece que algo problemático salió.

- Haaah* Supongo que no puedo negarme.

Con mi aliento volando en el aire, busqué mi caja de cigarros, pero no la encontré.

¿Qué mierda?

- ¿Buscas esto?

En la mano de Molly estaba mi última caja de cigarros.

- No puedes oler a tabaco cuando estas por trabajar ¿No es asi?

Una blanca media luna nació en su rostro, llena de su patético poderío engreído.

- ... Me vengare de esto.

- No lo harás, si haces algo estúpido puedes irte despidiendo de ellos.

Por el bien de mi vicio decidí no comentar mucho más.

- Tch, mierda. Susurré mientras caminaba a la puerta.

- ¿Qué fue eso?

- Nada, que tengo hambre.

- Bien, los héroes llegaran después, pero primero tenemos que preparar el comedor, sígueme.

Con mi nueva apariencia de mayordomo, camine junto a Molly.

Mientras íbamos por los pasillos, varias sirvientas se rieron en los alrededores. Ahora que todos sabían que había actuado, no había necesidad de ser más sociable de lo necesario, por lo que ignoré las miradas y las risas y seguí caminando, sin embargo, el rojo había regresado al rostro de Molly.

¿Qué demonios les dijo?

Cuando llegamos al comedor, varias sirvientas ya estaban limpiando, Molly tomo un paño y una cubeta con agua y las arrojo a mí.

- Limpia las mesas, cuando acabes ven a la cocina.

- … Sí señora.

Hice lo que Molly me dijo y empecé a limpiar las mesas de madera. El comedor era gigante, por lo que había al menos unas 15 o 20 mesas con múltiples sillas. Mientras limpiaba noté que varias sirvientas me daban miradas curiosas de vez en cuando. Ser el centro de atención me puso algo nervioso, por lo que me apresuré a terminar mi tarea.

Después de unos minutos, terminé de limpiar las mesas y fui a una puerta con un letrero que mostraba una olla de cocina en la parte superior derecha.

Al entrar, una gran cocina, con cientos de utensilios, mesas, y comida se mostró frente a mí, era como ver la cocina de un restaurante de lujo en la tierra.

No es como si hubiera estado en uno de esos antes, pero de vez en cuando veía programas de cocina que mostraban chefs famosos visitando restaurantes 5 estrellas, la comida siempre se veía genial y sabrosa, por lo que era una buena forma de incitar mi hambre y entretenerme.

Al verme, Molly se acercó a mí con una sirvienta con orejas y cola de león, tenía una saludable piel bronceada, sus blancos dientes eran puntiagudos, sin duda la dentadura de un animal. Sus rosados labios estaban hechos una sonrisa infantil que no pareciera desaparecer pronto, su cabello dorado, largo y salvaje, llegaba hasta su espalda, sus ojos eran amarillos como la miel, tenía un cuerpo bien desarrollado, tenía curvas donde había que tenerlas y sus pechos eran grandes, puede que más grandes que los de Molly. Su uniforme era bastante más corto a comparación con el de Molly, que tenía un uniforme algo tradicional pero un poco más corto, parecía más ropa deportiva con diseño de vestido para sirvientas, tenía una falda, pero parecía más una decoración que una prenda.

¿Es una regla que todas las sirvientes sean hermosas o qué?

- Haaah*

Decidí dejar de lado las extrañas lógicas de este mundo con un suspiro y me presenté ante la chica león.

- Un gusto, señorita, soy una de las personas invocadas, me llamo Roberto.

Ofrecí mi mano como saludo.

- ¡Jajá! Todos en este castillo sabemos quién eres, después de todo esa actuación fue realmente buena, incluso casi me la trago, ¡Ah! Soy Lea, ¡Un gusto novato!

La enérgica chica tomó mi mano e intercambiamos un agitado saludo.

Hmm, parece… entusiasta… esto será cansado.

- Ayudaras a Lea a preparar la cocina para los chefs, mientras yo iré a preparar el comedor real, no rompas nada y compórtate.

- Hablas como mi madre, solo vete y deja que me encargue de todo con Lea.

- ¡Nos vemos jefa!

- Vigila que no haga nada tonto Lea, volveré pronto.

- ¡Déjamelo a mí jefa!

Lea puso su mano sobre su pecho mientras decía eso, casi sonó convincente.

Cuando Molly salió de la cocina Lea volteó a verme.

- ¡Bien novato, empieza lavando la barra y las mesas!

- En seguida, señorita.

- ¡Oh, no necesitas llamarme asi, solo llámame Lea!

- … Está bien, Lea, terminare en seguida.

- ¡Umu!