1 Capítulo Uno

Los gritos y choques de metal, contra metal, inundaban el desolado ambiente, mientras explosiones mágicas hacían temblar la tierra. La sangre bañaba la tierra en tal cantidad que ya llegaba a los tobillos de los guerreros. El calor abrasador del cráter era tan intenso que las armaduras ardían al rojo vivo, mientras los soldados de ambos bandos daban todo lo que les quedaba en medio de una intensa lucha. Ambos bandos lo sabían: ésta sería la batalla final de la humanidad, contra la tribu de aquellos a los que habían denominado "demonios".

Después de centurias en incesantes guerras, ¡por fin! los 13 héroes humanos tenían contra la pared a todos los demonios y más importante aún, a su rey.

El Rey Demonio, se decía que no había sido más que un miserable demonio de el más bajo rango. Sin embargo, poco a poco logró escalar en poder, sabiduría y liderazgo entre su raza, al punto que hizo lo impensable: unificó a todos los seres no humanos, a todos aquellos catalogados como demonios y bajo su extraordinario liderazgo, por primera vez, en miles de años, fueron una amenaza para la humanidad. A tal grado que todos los reinos humanos convocaron a sus héroes míticos y se unieron durante siglos en la más larga y sangrienta guerra de la que se tuviera memoria, para que por fin llegara este día, el momento en el que ese maldito Rey Demonio caería, y con él todo su imperio.

El Rey Demonio sostenía un reñido duelo contra 7 de los héroes, al mismo tiempo los demás que no habían sido asesinados por él, o por sus camaradas demonios, eran contenidos por el grupo llamado los jueces del averno, formado por los líderes de las 72 razas no humanas, a pesar que de los 72 líderes no quedaba más que una docena, pues todos los fallecidos habían dado sus vidas para lograr derrotar a 3 de los 13 héroes humanos. Aquello era un terrible intercambio de hechizos, maldiciones, ataques y golpes. Estaba claro, incluso para el demonio más fuerte, que luchar contra 7 héroes al mismo tiempo era una tarea titánica, pero sus ojos irradiaban el orgullo combinado de las 72 razas que él representaba, él no caería, este sería el día en el que los demonios aplastarían a los humanos y una nueva era terminaría sobre esta tierra.

Las explosiones eran tan grandes que desaparecían montañas, mientras el héroe del arco, lograba darle en la espalda al Rey Demonio. Su flecha vendita del panteón de los dioses, era un hechizo de nivel divino y atributo de luz. Un ataque que supera los niveles a los que cualquier ser viviente, que no fuera un héroe o principado demoníaco, podría siquiera pensar en acceder.

El rugido de dolor del Rey Demonio se escuchó en todo el campo de batalla, la herida causada por esa flecha no podría ser curada por ningún hechizo y la luz envenenaba la sangre del Rey Demonio, poco a poco, hasta matarlo. El aullido de dolor de Giorno motivó a los humanos y aterrorizó a los demonios, ocasionando que bajaran solo por un segundo la guardia. Sin embargo, eso fue más que suficiente para que la espada del rey de los humanos, el héroe más poderoso de los 13 héroes míticos convocado por la humanidad, se clavara en el pecho del Rey Demonio, pero para sorpresa del rey humano, Giorno sonrió, este aprovechó la oportunidad que ahora tenía, había esperado el momento en el que, por fin, el cobarde rey humano se acercara lo suficiente.

El Rey Demonio tomó, con su mano desnuda, la espada sagrada que lo atravesaba, mientras el atributo luz de ésta lo quemaba, impidiendo que el rey humano la sacara de su cuerpo. El Rey Demonio levantó su espada y la blandió contra el líder de todos los humanos, el héroe de hacha en un acto desesperado corto el brazo del Rey Demonio con el que había atrapado la espada sagrada, mientras que el héroe mago se interponía usando su cuerpo, como escudo, entre la espada maldita y la cabeza del rey humano, dando su vida por la de su líder. El héroe que portaba la lanza oceánica lo apuñaló desde otro costado con una furia que igualaba la de un tsunami y aquel héroe especializado en hechizos de restricción trató de inmovilizar al Rey Demonio con sus cadenas de juicio, otro hechizo de nivel divino.

Sólo 5 de 7, pensó el rey demonio, al darse cuenta que el héroe del arco estaba muy lejos y que el héroe del puñal seguramente estaba escondido, por un instante casi se daba por vencido, hubiese preferido acabar con los 7 héroes, para que sus camaradas tuvieran una oportunidad contra los 3 que quedaban, un sueño habría sido acabar contra los 10 que aún vivían.

Él sabía que era una quimera pensar en que los demonios podrían contra 5 héroes, pero incluso así era todo lo que podía hacer en nombre de todos aquellos que lo apoyaron durante siglos.

¡Ríndete a Giorno, Rey de los Demonios!, le gritó el héroe del puñal mientras su hechizo de nivel divino invisibilidad perfecta, se desvanecía y el aparecía frente a Giorno clavando su daga sagrada en el ojo del más fuerte demonio. Qué oportuno, pensó en medio del dolor el Rey Demonio, y agregó a su meditación: ahora si tan solo pudiera traer al héroe del arco.

Su súplica no necesitó ser escuchada, Lilith la líder del clan de los vampiros, con solo ver el rostro de su rey, supo que él tenía un plan, e invocó el poder de todos sus ancestros por sí misma, en un acto que sobrepasaba las expectativas de todos los Demonios, había logrado atrapar ella sola al héroe del arco y se teletransportó junto a Giorno. Mientras el héroe del arco la apuñalaba con la punta de una de sus flechas sagradas, pero no era la única: Fenrir y Dragalis, los actuales líderes de la tribu de los lobos y la de los hombres lagarto respectivamente, haciendo un extraordinario trabajo en equipo habían capturado a otro de los héroes. De hecho, capturar no era la palabra precisa, habían logrado subyugar, al punto de estar próximos a darle el golpe de gracia, los dos héroes restantes; mataron a sus contrincantes rápidamente para ayudar al que estaba vencido, moviéndose por el campo de batalla con una velocidad impresionante, ni siquiera el gran número de enemigos les representaba una molestia.

Era una oportunidad de oro para Giorno, podría reunir a los 9 humanos más poderosos en un solo lugar, gracias al sacrificio de sus camaradas. Usó lo que le quedaba de maná para teletransportarse él, junto a todos los que tenía a 20 metros de distancia incluidos Lilith, el héroe del arco y los otros héroes, quienes no tuvieron tiempo de alejarse. Sin darse cuenta, los 9 héroes aún con vida, se encontraron en el mismo punto. Sólo les tomó un par de segundos, incluso al más tonto entre ellos, para darse cuenta de lo que pasaba: ¡era una trampa!

Cuando los héroes se dieron cuenta que toda esta guerra había sido solo una trampa, para poder erradicarlos de un golpe, ya era tarde. El Rey Demonio activó su as, bajo la manga: Dark hole, una magia que supera el nivel divino, un hechizo que no debería de existir, pues rompe las leyes naturales que rigen el mundo, y que solo alguien como el gran Rey Demonio podría poseer. Giorno había logrado desarrollar tal magia después de cientos de años, con una única cosa en mente, este preciso momento en el que por fin daría un golpe letal a la humanidad. Con su vida daría un punto final a la historia de la corrupta y malvada humanidad, ni siquiera la luz putrefacta de los héroes podía escapar ahora de él.

Una burbuja más oscura que la noche, y más aterradora que las fauces de un lobo, invadió en menos de un parpadeo más de cien metros de diámetro, pero lo peor apenas iniciaba. La oscura burbuja atrajo todo lo que estaba a kilómetros de ella devorando cientos de miles de vidas, tanto humanas, como de demonios, en un instante la vida de los 10 héroes restantes, el Rey Demonio, sus camaradas y miles de soldados de ambos bandos desaparecieron, fue algo tan impactante, que los sobrevivientes de ambos bandos dejaron de luchar, la verdad era que ninguno quería luchar más.

Un cráter fue lo único que quedó a medida que la oscura burbuja se consumía así misma, para terminar con una explosión que derribó como muñecos a todos los espectadores sobrevivientes. Un estruendo tan grande que resonó en todo el mundo, y fue vista a cientos de miles de kilómetros de distancia. Un estallido que dio punto final a una guerra de siglos. y también dio fin a la vida de los seres más poderosos que pisaron esa tierra, ahora el futuro de ese lugar ya no dependería de nadie más que sus habitantes.

Un final que marca un nuevo comienzo para la humanidad y los demonios, pero que a la vez pone a rodar nuevamente una vida. La existencia de aquel que puso fin a la guerra, de aquel que fue considerado por unos un salvador y por otros la encarnación del mal. Una vida que ya no será la de un demonio o un rey, si no la de un deplorable humano que yace ahogándose en su propio vómito, en el suelo de un pequeño cuarto, rodeado de decenas de latas de cerveza, ratas y cucarachas por doquier, la vida de un hombre llamado Giorno De Santoro y Vega.

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