6 Capítulo Seis

En un elegante despacho, la televisión mostraba un documental que era observado atentamente por dos personas.

La morena reportera, ataviada con un elegante traje, de diseñador, que combinaba con su oscura piel, narraba de manera emocionada frente a la cámara, mientras detrás de ella se podía ver, a lo lejos, una estructura en ruinas. Era curioso observar que se veía el ambiente ligeramente nublado, mientras sobre la reportera resplandecía el sol del mediodía.

"La letrina de los gatos, como es llamado actualmente el que en su momento fue el barrio más lujoso y avanzado tecnológicamente del continente, ahora se caracteriza por un frío que penetra los huesos hasta hacerlos doler, un olor a suciedad y moho, que impregna el ambiente haciéndolo enfermizo. Escombros, ruinas de lo que en algún momento pretendió ser un paso adelante, en el futuro de la humanidad. Narraba la reportera, mientras las imágenes mostraban desde las alturas el barrio, manteniendo la distancia".

Continuó hablando la reportera: "hoy conmemoramos 5 años desde el trágico incidente, todos recordamos ese día con gran dolor en nuestro corazón".

Un helicóptero sobrevolaba el sector y una cámara mostraba el destruido edificio, en el centro del barrio, daba la impresión de haber sido un enorme castillo, pero ahora era sólo ruinas.

Continuó la reportera: "Esta es la Gran Torre de Babilonia, hoy llamado y reconocido por los ciudadanos como El Castillo de las Damas Muertas, era orgullosamente el rascacielos más grande del mundo. Una torre sin precedentes, rodeado del primer barrio completamente autosostenible en todos los sentidos".

Ahora las imágenes mostraban un barrio sacado de un apocalipsis zombi: casas destruidas, algunos vagabundos, de muy mal aspecto; apoderados del lugar, se podían distinguir a lo lejos. Se podría decir que parecía más un campo de guerra que un barrio de clase alta. Incluso se los perros estaban presentando extrañas malformaciones, se veían más grandes y agresivos de lo normal, a pesar que la grabación del video se estaba realizando a metros del antiguo barrio. La reportera continuaba informando:

"La autosuficiente de éste lugar consistía en que, por la innovadora tecnología, ellos mismos podían abastecerse de su propia agua, alimentación, y energía ilimitada, gracias a la Torre de Babilonia, que se encargaba de proveer los servicios básicos. Esa increíblemente y avanzada tecnología les permitía a los habitantes del lugar fabricar, ellos mismos, desde un par de zapatos, hasta un televisor de última tecnología e incluso prepara la comida de su hogar. Además, manejaban un sistema de reciclaje, mediante el cual fabricaban nuevos elementos. Un sueño que pudo llevar a la humanidad a un nuevo nivel, en todos los campos, hasta que llegó aquel el fatídico día en que todo fue destruido intempestivamente, como en un parpadeo"

El televisor fue apagado por una hermosa mujer dotada de un hermoso cuerpo, conformado por un par de largas piernas y una figura esbelta, que probablemente cualquier modelo envidiaría, se acercó caminando elegantemente con un contoneo de cadera que la asemejaba a un felino, miró con un par de penetrantes ojos grises a su presa, el elegante hombre sentado en la silla del alcalde. Y le dijo:

- ¿Por qué aún te torturas por algo que ya pasó hace 5 años?

Luego la hermosa mujer, de manera coqueta se sentó sobre el escritorio, colocando su tacón negro sobre la entrepierna del político, luego suavemente lo movió sobre su miembro, consiguiendo que este despertara de su letargo.

- No puedo culparte por tu ignorancia, le contestó el alcalde mientras su mano se deslizaba por las suaves y tonificadas piernas de la mujer hasta introducirse bajo su corto vestido rojo, pero hay rumores, quizás algunos suenan ridículos debo admitir. Sin embargo, esos rumores tienen fundamentos. Bueno, fundamentos no es correcto, esos rumores tienen pruebas, algo sucede ahí, algo grande. Solo piénsalo, si solo fuera una cloaca de indigentes ¿por qué no simplemente eliminarla?, pero ni siquiera la Presidencia del país interfiere con lo que pasa ahí.

Antes de responder, la mujer se inclinó sobre el alcalde, pasando sus delicadas manos como feroces garras sobre el obeso cuerpo del hombre, quien al menos ostentaba 40 kilos de más, deslizándose de manera apasionada hasta llegar a su rostro, no tenía rasgos finos, ni tampoco era un hombre joven, era un hombre de avanzada edad sin ningún atractivo sobresaliente, piel ligeramente oscura, cabello corto, con algunas canas que emergían mostrando que ya hacía tiempo paso los 30, sus facciones rústicas y sus modales hacían dudar de que realmente venía de alguna de las finas y elegantes familias de la alta sociedad, como aparentaba serlo socialmente. La mujer lo miró y le respondió, sin escatimar su sensualidad.

- El Presidente es demasiado inepto para hacer su trabajo.

La mujer tomó la corbata del Alcalde y lo atrajo hacia ella besándolo apasionadamente. La dorada cabellera de la dama cubrió el rostro del político, mientras él la sujetaba fuertemente atrayéndola encima de él con sus manos dentro del vestido.

- Ojalá fuera, pero no lo es. Estoy seguro que en ese lúgubre lugar sucede algo más grande de lo que yo mismo puedo imaginar y quiero ser parte, nuevamente, de lo que sucede.

Aquella palabra, "nuevamente" no era la primera vez que se la escuchaba al alcalde, no comprendía con claridad, cuál era su obsesión por ese lugar. Nunca le había dado detalles, pero algo era cierto, si de ella dependiera, lo alejaría completamente de ese asunto.

De pronto, un molesto sonido interrumpió el sensual encuentro de la pareja. Si algo odiaba el Alcalde era que lo molestaran, más cuando estaba en esos extremadamente raros momentos de paz a solas con su prometida. Volvió a la realidad y, con tono molesto, contestó el intercomunicador, mientras la hermosa mujer le acomodaba la corbata y, de manera tierna y delicada, le limpiaba cuidadosamente, el labial desparramado en la cara del hombre.

- ¿qué sucede?,

Más que una pregunta fue un rugido, mientras el alcalde respondía y atendía la intempestiva llamada, la mujer se puso de pie y se acomodó su ropa, luego sacó de su pequeño bolso su kit de maquillaje. Tenía claro que esas interrupciones jamás se solucionaban rápido y ella jamás permitiría que alguien la viera mal arreglada, eso solo podría desprestigiar a su futuro esposo. Se escuchó una voz que con premura decía:

- Señor Alcalde, disculpe, un representante de la Constructora Same S.A, desea verlo, dice que es un tema muy urgente e importante.

- Otra vez esa zorra japonesa…

Escupió la mujer quien aún estaba retocándose el lápiz labial.

Ella no malgastaba su tiempo ni fuerzas en odiar. Ella simplemente solía eliminar a quien o aquello que le molestara, tanto a ella, como a su hombre. Sin embargo, esa zorra era distinta, aquella mujer no era alguien de quien pudiese librarse, sin traer graves consecuencias, para su amado. Y esa era la única razón por la que esa maldita arquitecta aún seguía con vida.

- Señor, es un hombre, su nombre es Giorno de Santoro y Vega, reconfirmó la mujer al otro lado de la línea.

El alcalde pensó: "seguramente aceptaron hacer el pago por el documento".

-Muy bien, dígale que siga.

La secretaria le hizo le indicó el camino a Giorno para que siguiera. Él con su imponente porte se encaminó al despacho del alcalde.

Giorno no era un genio realmente, aunque sus parámetros de inteligencia en el otro mundo eran altísimos, y eso le ayudó a tomar decisiones, resolver problemas y salir de muchas 'meteduras de pata', en el fondo estaba seguro, de que este mundo no era un genio, pero tampoco un 'rey demonio'.

A decir verdad, odiaba esta condición, la detestaba con todas sus fuerzas. Él jamás se lamentó de ir al otro mundo, aun cuando perdió a muchos amigos e incluso a un amor, a pesar que fuera barbárico y terrible, al contrario, cada mañana se despertaba lleno de vida, amaba las batallas, amaba el poder, pero nada de lo que él amaba se encontraba en este asqueroso mundo.

Pero, había una luz de esperanza ¿y si el poder del otro mundo se estuviese manifestando poco a poco en él? Y ¿si él pudiese convertir este mundo en un lugar tan hermoso como el otro? Si de alguna forma, su teoría fuera cierta, este mundo podría convertirse en su patio de juegos, realmente no podía dejar de pensar en ello desde la pelea de esa mañana, sin darse cuenta ya estaba frente a la puerta del Alcalde tocó un par de veces, hasta que la puerta fue abierta; luego entró.

Lo primero que vio fue a la hermosa mujer que le abrió la puerta. Le impactó esa mirada fría y sonrisa forzada. Era claro que estaba en zona hostil, sintió la energía del que está a la defensiva, por eso lo mejor era concentrarse por completo, después de todo, todas las batallas se ganaban con profundo enfoque.

-Buenas tardes señor de Santoro.

Fue el saludo de la hermosa mujer

- ¿En qué podemos ayudarlo?

Ella vio esos penetrantes ojos, y un rostro desbordante de confianza, ese hombre tenía la mirada de alguien que la evaluaba. Además, podía decir con total certeza que esa forma de moverse era de alguien que cuando menos había sobrevivido a una guerra, quién mejor que ella para reconocer a alguien así. Además, con ese nombre le hizo sospechar que la persona frente a ella era un mafioso italiano. Maldijo de nuevo a la arquitecta mentalmente, había enviado a un matón para intimidar al hombre que ella amaba, pero eso no pasaría mientras ella estuviese presente.

Giorno extendió la mano a la mujer quien, sin dudarlo, le correspondió, la sostuvo con seguridad, y suavidad, pero algo le llamó la atención a Giorno, su mano era suave y femenina, pero era inesperadamente fuerte, no eran en verdad las manos de una simple oficinista.

Tal vez sea muy deportista, pensó Giorno, quien seguía analizando y observando detenidamente el cuerpo de aquella mujer. En efecto era un cuerpo muy femenino y sexy, pero se podía notar que tenía un trabajo físico tremendo, algo que va más allá del mero deporte. Aquel cuerpo había sido esculpido con mucho dolor, como quien templa una espada con fuego y martillo; por un instante se preguntó a sí mismo como sabía eso, pero lo dedujo al instante, era su habilidad de "evaluador", al parecer en este mundo no se limitaba solo a los objetos, pero había otra explicación, en el otro mundo tenía habilidades que revelaban mucha más información de sus oponentes, quizás por eso ignoró la superficial información que "evaluador" le daba. Era el momento y la oportunidad para que "evaluador" brillara. Necesitaba poder obtener información, aunque fuera superficial de las personas a su alrededor. Sin duda la había convertido inmediatamente en su habilidad más importante hasta ahora, al observarla y recordar, no pudo evitar acordarse de una asesina de sombras del otro mundo.

La intensa mirada de Giorno detallando el cuerpo de la mujer, le molesto a la mujer, odiaba cuando los hombres la miraban así. Y al parecer este hombre no era más que otro cerdo lujurioso, contuvo sus ganas de golpearlo, se sentía invadida de asco, al imaginarse ser tocada por otras manos, que no fueran las de su prometido, el único hombre que, para ella, en el mundo valía la pena.

De pronto volvió a la realidad, y escuchó que, de manera muy cortés, le respondieron:

-Buenas tardes señorita, a decir verdad, no he venido a buscar su ayuda, todo lo contrario, he venido a darles la mía.

Ella camino directo hasta donde estaba el alcalde y se paró a su lado, una sutil forma de decirle que no era con ella con quien tenía que hablar.

Y en qué podría usted ayudarnos señor de Santoro, preguntó el alcalde, quien no podía reconocer o recordar a esta persona de ninguna parte, y él se jactaba de su excelente memoria y de jamás olvidar un rostro.

Giorno, observó a las dos personas, y una extraña sensación lo invadió, era como recordaba en el otro mundo, podía estar seguro que tanto esa mujer como ese hombre tenían estadísticas altísimas, no estaba seguro si eran físicas, mentales, o incluso quizás mágicas... No descartó la magia, ésta también podría manifestar en este mundo, Se dio cuenta que no sería un trabajo tan fácil, como creyó.

-Yo solo soy, como decirlo… un benefactor al cual usted querrá tratar muy bien, dijo Giorno. Y sin mostrar cortesía, y de manera descarada, tomó asiento.

- ¿Así? ¿Y por qué yo querría tal cosa?, preguntó el político.

Elizabeth, se dirigió a la mujer, por favor sírvenos algo. Realmente el señor Santoro, ha despertado mi interés.

-Ella asintió, y se dirigió a preparar el par de copas.

- Simple, porque le conviene, le respondió.

Miró con fuerza; directamente los ojos del Alcalde y continuó hablando, al ver su expresión confundida.

-Seré breve, usted firmará el permiso de acueducto para la constructora de Same SA, sin preguntas, ni pedir nada a cambio en este momento, luego de eso, empezará a preparar su candidatura para la gobernación y mi grupo y yo, estaremos dispuestos, no solo a apoyarlo políticamente, si no que le donaremos 10 millones de dólares, para su campaña.

- ¿Y…de qué grupo me está hablando?, preguntó de manera desconfiada el hombre, inclinándose sobre la mesa mientras entrelaza sus dedos.

-Usted no nos conoce aún, pero le aseguro que muy pronto lo hará, acepte o no. Mi pregunta es ¿nos querrá como aliados o enemigos?

Giorno se inclinó hacia adelante, al igual que el alcalde. Ambos se miraron como un par de leones, al parecer ninguno de los dos se dejaba intimidar por el otro.

- ¿Cómo sé que lo que me dice es verdad? ¿Y que en verdad recibiré, por ese papel, 10 veces más de lo que deseo, si le firmo ahora?

Giorno se rio de manera desenfadada, por algún motivo que el no racionalizo, justo en ese momento miro la hora. Se fijó en que el reloj que le había robado, en la mañana, al maleante era muy caro. El joyero se negó rotundamente a recibirlo, y ya que era elegante y se veía muy fino Giorno decidió conservarlo.

-Usted sabe que es cierto, Y por eso le pregunto ¿Desea ser apoyado por nosotros o terminará el día de hoy su carrera política?

El alcalde, no pudo pasar desapercibido ese gesto de Giorno, él conocía ese reloj. Cualquier persona con un estatus medio alto lo haría, no era un simple reloj, era un Reloj 5D Tesseract edición Babilón Limitad. Esa era una de las muchas marcas pertenecientes a los propietarios de la Torre de Babilonia, antes de que fuera el Castillo de las Damas Muertas, de hecho, ese reloj como su nombre lo indica, fue una edición especial hecha para la inauguración del nuevo sistema de energía libre, con el que se alimentaria el edificio y el barrio adyacente que hoy era la 'letrina de los gatos'.

Se dice que solo se fabricaron 722 copias para hombre y 758 para dama, una por cada invitado a ese evento. Jamás estuvo a la venta, pero fue ampliamente publicitado por los medios y se habló mucho de él en los pasillos de los ricos, 5 años atrás. Fue llamado la obra maestra de la relojería y la tecnología, esa fue la última edición que sacaron antes de desaparecer en la catástrofe, junto con todas y cada una de las copias de ese reloj, ni una sola fue rescatada.

En otras palabras, solo alguien que estuviese relacionado con lo que estaba ocurriendo en ese lugar tendría ese reloj, y en otras palabras, ¡su deseo se estaba haciendo realidad!, él estaba siendo convocado por ellos nuevamente, tuvo que ocultar su sonrisa y prosiguió.

- ¿Es acaso una amenaza?

-Por favor, no se confunda, le contestó Giorno de manera amigable. Las amenazas son solo palabras, yo hablo de hechos, por ejemplo, si llama a seguridad, en este momento, se estaría condenando, y si no firma el documento también se estaría condenando. Me explico haciendo cualquier cosa diferente a firmar ese permiso, usted estaría condenando.

Tomó un bolígrafo de la mesa del alcalde y se lo ofreció con una sonrisa.

El bolígrafo fue rebanado en dos, en medio de sus dedos, con una habilidad, que Giorno solo creía posible en el otro mundo. La hermosa mujer ahora le apuntaba con un pequeño bisturí a solo un par de milímetros de su cuello. A pesar que vio el movimiento de la mujer con antelación, por algún motivo fue incapaz de moverse para evitarlo, simplemente la velocidad de ella había sido por mucho superior a la suya propia.

- ¡Pero qué descaro!, rugió la mujer

- ¿Quién se cree para venir a insultar al Alcalde, a mi prometido en su propio despacho?

Giorno estaba asombrado, derrotar a esos vagos había sido tan fácil que él pensó que en realidad era fuerte, pero esta mujer definitivamente cuando menos era 3 o 4 veces más hábil que él en ese momento. Así que en este mundo había gente extraordinaria, no sabía cómo, pero sentía que ella no sería alguien a quien pudiese derrotar tal y como se encontraba en ese instante.

- Amor cálmate por favor, dijo el alcalde para alivio de Giorno.

El obeso hombre se puso de pie, revelando su enorme estatura. Y de manera delicada tomo la muñeca de la mujer y la bajo, para luego darle un beso en la mejilla, ella parecía haberse transformado de una peligrosa leona, en una inofensiva gatita, en solo unos segundos.

- No seas descortés con nuestro supuesto benefactor, luego se dirigió a Giorno mientras abrazaba a su prometida.

- Aunque lo firme, tengo miles de formas de arruinar la construcción, si acaso usted me está mintiendo.

- ¿Entonces qué le preocupa?, preguntó Giorno de manera indiferente.

- Pues, para empezar, no tengo idea quien es usted. Simplemente apareció en mi despacho y soltó un montón de palabras. Ni siquiera sé en verdad qué quiere.

- Soy Giorno De Santoro y Vega. y ya sabe perfectamente qué quiero

Nuevamente lo miró fijamente, el alcalde sostuvo la mirada. Aquellos ojos eran de alguien que ya había matado, pero los de Giorno eran los de un veterano de guerra, para quien matar era tan común como caminar. No eran los de un simple hombre de veintitantos. El instinto del Alcalde le gritaba que él estaba relacionado con el Castillo de las Damas Muertas. y lo que se ocultaba allí.

-Muy bien, si lo firmara, ¿qué pasaría luego?

-Luego deberá ayudar a ocultar lo que haremos en secreto, en esa construcción.

- ¿Secreto?

Esta vez no pudo evitar su emoción y apretó con fuerza el duro abdomen de su prometida a causa del caudal de adrenalina que lo recorrió, haciéndola gemir de manera muy erótica, mientras ella se derretía en su brazo. Él estaba seguro, solo estaba a una firma de correr el velo sobre lo que sucede en ese lugar. Casi no podía contener la emoción: su más grande sueño, estaba ahí manifestado por ese hombre.

Giorno, sintió aquellos ocultos sentimientos y decidió darle el toque final, como una estocada a la arrogancia, al ego y ambición desmedida e inescrupulosa de aquel hombre:

- No solo hablo de un pequeño sitio de reunión para nosotros, hablo de mi selecto grupo, por supuesto grupo al que usted pertenecerá, una vez firme el documento, un grupo que se hace fuerte cada segundo que hablamos y al que sólo la élite pertenece.

- Comprendo.

El Alcalde estaba tan emocionado que tuvo que contenerse antes de lanzarse y firmar el dichoso documento.

-Así que creen que tengo potencial para llegar a la gobernación, y por eso me dan esta oportunidad

Giorno no pudo evitar reírse para sí mismo, los políticos, aristócratas y demás privilegiados eran todos iguales: siempre se creen "especiales" o "elegidos", mejores que los demás. Sólo es cuestión de hacerles creer que pueden volar, para que, por ellos mismos, salten por un barranco.

-Se equivoca creemos que con su enorme talento puede llegar a la Presidencia

Entre tanto Giorno tomó el trozo de bolígrafo que quedaba y lo extendió, al ya convencido, al político.

-Entonces si apoyo esa construcción ¿seré parte de ustedes?

¡Por fin, la razón por la que se había hecho alcalde, pronto revelaría el misterio que lo atormentaba desde hacía ya 5 años!

-Creo que me ha entendido a la perfección señor Alcalde. ¿o debería decir Presidente?

-De acuerdo.

Oprimió el intercomunicador y llamó a su secretaria, le solicitó los documentos de la constructora. Cuando la secretaria entró, con el folio, encontró a Elizabeth sonriente sirviendo una copa del whisky que el alcalde solo compartía con el Gobernador. Sin lugar a dudas ese hombre era aún más importante de lo que pensó, pensó la secretaria. Dejó los documentos sobre el escritorio y se retiró, tan sigilosamente como pudo.

Una vez todo estuvo terminado Giorno dio unas últimas palabras.

-Sé que sobra decirlo, pero, esto jamás pasó, este permiso simplemente es el resultado de sus intensos análisis y estudios.

-Sin lugar a dudas señor De Santoro, dijo el alcalde, mientras jugaba con su bebida en el vaso y miraba fijamente a Giorno, quien le sostenía la mirada sin intimidarse.

-Por cierto, si alguna vez deseo contactarlo, ¿cómo lo hago?

-No se preocupe, como nuevo miembro de mi orden nos veremos muy seguido señor Alcalde.

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