1 Capítulo 1

—Miguel Ángel, despierta, baja a desayunar.— Dijo James mientras golpeaba la puerta.

El estruendoso ruido sacó del sueño a Miguel Ángel, que se dirigió trastabillando hacia el baño para lavarse la cara. Miró en el espejo su rostro hinchado y deseó con vehemencia poder regresar a la cama.

Hace 1 mes que Miguel Ángel se mudó a Hilltown tras la muerte de su madre. Ha estado triste, ni siquiera sale de su habitación. —Miguel Ángel, primer día de clases ¡despierta!—Gritó su hermano mientras seguía golpeando la puerta.

—Estoy despierto.— Se limitó a decir Miguel Ángel seguido de salir del baño. Era un chico alto, tez morena, cabello crespo, y unos café oscuros casi negros.

Bajó a la cocina y se sentó en el desayunador mientras veía a su hermano tomando jugo del refrigerador.

—Buenos días.— Dijo Miguel Ángel. La casa se escuchaba silenciosa. El padre de ellos se había ido a trabajar temprano, es lo que hacía de costumbre.

—¿Emocionado por tu primer día de clases?— Preguntó James mientras se sentaba frente a su hermano.

Él era su hermano menor, a pesar de que sólo se llevan 1 año de diferencia. James es bajito de estatura, pelo negro crespo, tez morena, de brillante sonrisa y con unos ojos café que resplandecen.

–¿Emocionado? Más bien, asustado. Veré personas que no he visto en años, eso es horrible.— Respondió Miguel Ángel dejando salir una pequeña sonrisa.

—No es tan malo.— Dijo James mientras tomaba un sorbo de su jugo de naranja.

—¿Te acuerdas de la vecina que era tu novia cuando tenías 12 años?— Preguntó James con la mirada puesta en su plato, estaba apunto de terminar su desayuno.

—¿La fea con brackets?—

James se echó a reír.

—¿¡Qué!?¿Por qué te ríes?—

—Se nota que no la has visto.—

—¿En serio no la has visto? Tienes todo un mes aquí y no has visto a tus vecinos.—

—Es que... estoy... estoy... ¡estoy enfermo! ¡Sí! Eso es, estoy enfermo.— Dijo Miguel Ángel antes de hacer sonidos de tos.

—Eres un cínico.— Dijo James entre risas mientras se levantaba del desayunador y le lanzaba una pequeña toalla a Miguel Ángel.

James se fue a duchar y Miguel ángel se quedó en la cocina terminando sus pancakes.

Después de varios minutos Miguel Ángel fue a su habitación, se duchó con rapidez y se vistió. Se puso unos jeans, una camiseta negra, y unas vans del mismo color. Tomó sus libros, llaves y se marchó a la preparatoria.

Después de casi 20 minutos conduciendo, llegó al lugar. Era hermoso. Había muchas personas, árboles y un edificio enorme.

Miguel Ángel buscó un lugar para estacionarse y mientras bajaba del auto podía ver a James con un grupo de amigos riendo. Caminó hacia la recepción y buscó su horario.

Casi de inmediato se sentó en un banco y se puso a leer el mismo.

Después de varios minutos, el timbre para entrar a clases sonó y Miguel Ángel se levantó con rapidez.

Su primera clase del día era la de química. Entró al salón de clases y se sentó en la primera mesa que vio. Eran mesas compartidas pero para su suerte estaba solo.

-Pónganse las batas y saquen los tubos de laboratorio que están debajo de las mesas.- Dijo la profesora mientras se ponía de pie.

Los estudiantes ejecutaron casi de inmediato el mandato. Todos estaban concentrados haciendo lo que la profesora escribía.

La profesora de química estaba escribiendo unas reacciones químicas en la pizarra cuando entra una chica. Era bajita de estatura, tez blanca, pelo lacio castaño, y unos ojos del mismo color.

-Llega tarde señorita Marshall.-

-Lo siento profesora hathaway.- Dijo la chica cautelosamente.

Miguel Ángel ni siquiera levantó la mirada, estaba concentrado en hacer la reacción química.

La chica se sentó a su lado, pues era el único lugar disponible.

-Hola, soy Emi...- Fue interrumpida por el desastre que hizo al querer saludarlo, mientras le pasaba su mano tumbó los tubos de laboratorio que estaban en la mesa llenos de líquidos químicos.

-Lo... lo siento.- Dijo la chica con las manos temblorosas.

-Marshall, Cumberbatch, limpien ese desastre ahora mismo.-

Miguel Ángel se levantó de la mesa súper molesto. Ni siquiera la miró. Esquivó los vidrios que estaban en el piso y fue a buscar los utensilios de limpieza.

Después de varios minutos Miguel Ángel regresó con los utensilios y empezó a limpiar. Casi de inmediato la chica se levantó de la silla e intentó ayudarlo.

-Déjame ayudarte.- Dijo ella mientras intentaba quitarle la escoba de las manos.

-Mejor hazlo tú.- Miguel Ángel le pasa la escoba.

Suena el timbre para cambiar de clase.

-Recuerden hacer el trabajo para el miércoles.- Dijo la profesora Hathaway mientras recogía sus cosas.

Miguel Angel pone una cara de confusión.

-Cumberbatch, sé que no estabas aquí cuando hablé del trabajo así que dígale a la señorita marshall que le explique todo. Ella es su compañera.- La profesora se va.

Miguel Ángel asintió como si no tuviera ningún problema pero en verdad odiaba trabajar en grupos.

-¿Cuando nos reunimos para hacer el trabajo?- Dijo la chica bastante animada.

Miguel Ángel sólo recoge sus cosas y se va.

Pasaron las horas y llegó la hora del almuerzo. Miguel Ángel tomó su desayuno en una bandeja y se sentó en una de las mesas del fondo.

Él estaba mirando por una ventana que había en frente de su mesa y podía ver a la chica del incidente de la mañana, estaba recostada de un árbol, leyendo un libro.

Miguel angel terminó su desayuno y se dirigió a donde se encontraba ella.

-¿Podemos juntarnos hoy después de clases para hacer el trabajo?- Le dijo Miguel Ángel mientras se posaba de cuclillas para acercarse a ella.

La chica lo mira con desagrado y empieza a recoger sus cosas con rapidez.

-¿Ahora te interesa hablar conmigo?- Dijo mientras se ponía de pie.

-En realidad sólo me interesa hacer el trabajo de química.- Dijo Miguel Ángel.

-Pues hazlo tú solo.- Se limitó a decir ella.

-Técnicamente podría hacerlo, pero no sé que hay que hacer.-

-Bien. Nos reuniremos con una condición.- Dijo la chica.

-Esto es estúpido.- Exclama Miguel Ángel.

-Okay.- La chica se va.

Miguel angel suelta un suspiro.

-¿Cual condición?-

La chica se ríe y regresa sus pasos.

-Te la diré cuando necesite un favor.- Dijo la chica mientras se iba.

La campana para regresar a clases empezó a sonar. Después de eso las horas pasaron volando.

Miguel Ángel ya había tomado la mayoría de sus clases. La última del día estaba transcurriendo. Él estaba copiando lo que el profesor Gordon indicaba con desánimo.

Ver al profesor Gordon con sus anchos pantalones y sus gigantesca panza provocaba más desánimo de la cuenta.

La clase concluyó y Miguel Ángel fue casi de inmediato a buscar su auto para irse a casa. Arrojó su mochila en la parte de atrás y se subió.

-La condición es que me lleves a mi casa.- Dijo la chica seguido de subirse al auto de Miguel Ángel.

-No.- Se limitó a decir.

Miguel Ángel odiaba que se subieran a su auto.

-Pues está bien, creo que no es tan importante el trabajo de química.- Dijo la chica mientras abría la puerta del auto para salir.

-Está bien. Lo haré.- Se limitó a decir.

-Pero no toques nada.-

La chica hace un gesto echando las manos hacia atrás mientras se ríe.

Miguel Ángel pone la mirada al frente y enciende el auto.

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