7 Sorry... but not sorry

Elena cayó rendida, Carlos la miraba por la puerta entreabierta, cual padre amoroso cuida a su hijo enfermo. Estaba preocupado de la crisis emocional que había sufrido. El calmante había hecho efecto y, solo así, logro que se durmiera.

- ¿Se encuentra bien? - preguntó su madre con voz suave, llena de preocupación.

- Si mamá, no te preocupes...- la conforto, mientras tomaba sus manos - disculpen por haber generado todo esto, el estado emocional de Elena aun es inestable - el joven suspiro al terminar la ultima frase.

- No te preocupes hijo - su padre lo tomo del hombro - lo importante es que es algo que tiene solución, recuerda que el amor lo puede todo y nosotros somos ahora su familia.

Estas palabras suavizaron el gesto de preocupación que Carlos mantenía. Realmente sus padres eran las personas mas comprensibles.

- Gracias papá, en verdad, creo que es algo que ella apreciará mucho - "o quizás no", pensó para si mismo. La forma de ser de Elena era diferente a lo que la mayoría era. Cuando es débil no lo demuestra, cuando es fuerte cuida de todos. Sin duda, esta vez incluso podría huir.

Sus padres se despidieron, ya eran las 3 am y los invitados estaban durmiendo, solo Marcos, su cuñado Alfredo y el tío Malcolm estaban en la terraza jugando cartas y tomando cervezas. La resistencia al alcohol de todos era bastante. El tío Malcolm veterano de guerra, tenia muchas cosas que conversar con ambos, ya que también estaban en la milicia. Carlos se sentó en la misma mesa, con actitud pensativa.

- Ahora si que este año, la fiesta estuvo llena de sorpresas, tenemos al hijo pródigo que estaba perdido desde hace años que regreso finalmente. Mi pequeño cuñado con novia y un drama familiar que no podía faltar - dijo en tono sarcástico Alfredo, se notaba que el alcohol comenzaba a soltarle la lengua. Carlos decidió ignorarlo, como dice el dicho " a los locos poco caso, a los perros un trancazo". Sin embargo, esta actitud encendió al ebrio cuñado.

-¡Eeyy! - le gritó - ¿sabes cuánto tiempo se paso tu hermana organizando la fiesta? Para que la dramática de tu noviecita viniera a arruinarlo, ¿eres p*ndejo o qué? - Esta rápida ignición generó sorpresa en todos. ¿Acaso había algo oculto?

- Bueno Alfredo, ¿tu qué reclamas? la única que puede hacerlo es mi hermana... - antes de terminar la frase, Carlos se levantó para dirigirse hacia la casa - ... ¿o ya olvidaste que gracias a su buen carácter sigues aquí?

Estas palabras hicieron que el cuñado desbordara de coraje, ¿cómo se atrevía a sacar eso a colación? ¿quería morir? Sin pensarlo dos veces, se levantó tambaleante de su lugar con toda la energía para darle un golpe por la espalda. Pero antes que pudiera siquiera tocarlo, un puño había aterrizado en su rostro, era como si un tren lo hubiera chocado. inmediatamente cayó inconsciente al suelo. El tío Malcolm se levantó para hacerse un lado y evitar que le cayera encima, al tiempo que volteaba a ver con sorpresa a sus sobrinos.

- Lo siento - Marcos que se encontraba al pie del caído, murmuro al tiempo que se retiraba - Carlos, estamos a mano - su mirada era fría y sin emoción. En cambio, el joven estaba algo confundido por lo ocurrido, ¿a mano? ¿a qué se refería su hermano con esa frase?

La mañana siguiente todo mundo estaba en el recalentado. Doña Cecilia había solicitado se preparara chilaquiles extra picosos para curar la cruda de los invitados. Todos estaban en la mesa excepto Alfredo. Ofelia lo había disculpado con la excusa de que se sentía enfermo. Carlos y el tío Malcolm se rieron en sus adentro. " Lo siento hermana pero no lo lamento", pensó Carlos.

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