96 Rebird

"Recuerdo aquellos días con nostalgia placentera, no puedo evitar que un suspiro escape hacia el infinito. Quisiera poder regresar el tiempo y vivir nuevamente, tomando diferentes decisiones, diferentes caminos, sin embargo, el mundo no funciona así, renacer, repetir, transmigrar... mis manos manchadas de sangre, las veo, gotas que caen en la arena del desierto. Hace días que luchamos, meses, años, la sed de una victoria inalcanzable, un deseo de libertad, venganza de los seres amados, encontrar el sentido a esta vida de soledad y pérdida. El tiempo se hace lento, disparos, gritos, cuerpos cayendo, nada es lo que parece, entonces esas palabras tienen sentido, el juego eterno del poder y la gloria, solo cambios de manos, entes sin rostro... no hubo jamás un inicio... no habrá jamás un final."

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El semblante de Elena era solemne, las sombras de la fogata jugueteaba a formar figuras distorsionadas de los alrededores. A diferencia de otros días, estaba su rostro tranquilo y relajado, concentrada en atizar el fuego para ayudar que la comida del Bowl hirviera, si un bowl hecho de restos metálicos de quien sabe que artefacto que llego flotando a la isla.

- ¿Sabes que es lo curioso, Mein? - por fin rompió el silencio después de estar tres días muda. La pequeña hada inmediatamente se convirtió en una imagen a escala real de ella como persona, sentada sobre el tronco frente a la capitana, con su trajecito negro con blanco - no se de que habla Ama - su voz jovial y tierna miraba a la joven, quien solo estaba atrapada en las llamas de la leña.

- Después de todo lo que ame a Alejandro, pensé que estaría muerta de dolor eternamente al saber de su muerte, fue impactante descubrir que él estaba detrás de toda esta conspiración pero, incluso después de saberlo, una parte de mí decía que lo amaba... sin embargo, no estoy triste, ni feliz, es una sensación de libertad la que ahora siento y es curioso, jamás vi que mi amor por él eran cadenas imaginarias sobre mi corazón hasta ahora.

-No entiendo - la mirada infantil del programa virtual le recordó algo que estaba dejando por hecho.

- No importa Mein, lo importante es que yo lo entienda, ahora regresemos a casa que tu Amo debe estar como loco buscándome.

Sin más, comió su sopa y ocultando los rastros de su presencia, nadó de regreso al mini submarino no sin antes asegurarse de quitar cualquier rastreador posible que tuviera.

"Beni, ya se que hacer" pensó la joven mientras viajaba al búnker.