66 Is you?(5)

Después de mucho batallar, finalmente el equipo de Elena había logrado subir a la cámara de control del robot. Con algunas heridas en los brazos y salpicaduras de sangre por los enemigos asesinados, una puerta era la diferencia entre el triunfo y la derrota. "Diez minutos" pensó la joven, su respiración era agitada y su rostro ligeramente pálido. Las chicas que le seguían mostraban signos de cansancio por la constante lucha y el estrés para poder llegar con vida a este punto, una de ellas presenta heridas graves en uno de sus costados y se encontraba apoyada en otra.

- Capitana... - casi como un suspiro la chica lesionada habló - pido permiso para retirarme, solo retrasaré al equipo - con voz temblorosa, miro dubitativa y nerviosa a su líder. Numerosas batallas habían compartido bajo su mando y conocía el temperamento de ella, la palabra "fracaso" estaba prohibida.

- Nadie se queda, ¡Loaiza, Montenegro! dejo a su resguardo a su compañera - sin voltear a ver a la chica, prosiguió con la misión, las tres chicas se colocaron en un espacio seguro y todas sintieron calidez en su pecho, sin duda haberla seguido no había sido un error.

Sin mas, Elena se acerco a la puerta mientras el resto cuidaba su espalda, saco su equipo para conectar al seguro y poderlo desactivar.

De pronto, sin aviso la puerta se abrió, por inercia todo el equipo con movimientos gimnásticos se escondieron a los lados de la entrada.

10 segundos...

20 segundos...

Nadie salia ni la puerta se cerraba, Elena hizo un gesto a su equipo de permanecer en su sitio en alerta, mientras ella se asomaría al interior de la cabina. Con movimientos felinos, sigilosos y astutos, llego a la puerta y con gran sorpresa la encontró vacía, solo consolas, luces y sonidos llenaban el sitio y una pantalla enfrente que señalaba el conteo regresivo. ¡Dos minutos! Sin pensar en nada mas, Elena entro y no se percato de la persona que estaba de pie mirando a la pantalla. Coloco su arma en su cinturón y se acerco a una de las consolas para tratar de desconectar la antena, sin embargo, fue un error, al momento de tocar el teclado, la puerta se cerro atrapándola. Las chicas que quedaron fuera sintieron el peligro, rápidamente una de ellas conecto el sistema para hackear la seguridad. Mientras tanto, Elena entro en modo de alerta, sus sentidos se agudizaron y finalmente detectaron a la persona entre las penumbras, antes de decir palabra, bajo su brazo para tomar su arma.

- Si fuera tu no lo haría - Dijo una voz muy familiar, Elena miro hacia arroba y efectivamente, el lugar estaba repleto de sensores inteligentes, al primer indicio de hostilidad se activarían matándola al instante, "¡Maldic*on!" pensó, arrepintiéndose de haber sido tan desesperada, solo quedaba ver quien era esta persona y hacer tiempo para que su equipo entrara.

- ¿quien eres? - pregunto con voz indiferente. En el auricular, Estela le informó que entrarían en 15 segundos.

- ¿Ya no me recuerdas? - La figura petit de Min So apareció frente a ella, con una mirada burlona y sardónica, un pequeño demonio vestido de Lolita.

- ¿Tu? ¿Nos traicionaste? - Elena sintió como su cabeza comenzaba a girar por el bombardeo de información que su cabeza comenzaba a relacionar, trataba de recordar que es lo que esta mujer sabia.

- Bueno... solo elegí un equipo Elena, después de todo sabemos que el mundo es de quien tiene el poder, ¿o que? Creíste que tu pequeño grupo de rebeldes podría con una asociación tan grande, tan legendaria... eres una ingenua, tu y Benedek están condenados - la joven se sentó sin dejar de mirar a Elena como quien observa al mosquito que sera aplastado por la bota.

- No metas a Benedek en esto, fui yo quien inició todo, los demás no tienen porque pagar por mis ideales - el tono solemne fastidio a Min So mientras, que su equipo se conmovió ante su sacrificio.

- Ya no importa lo que digas, ¡hoy morirás!- la mano de Min So presiono un botón de la consola pero antes que algo pudiese ocurrir, un estallido en la base del pulpo cimbró todo el lugar provocando que este cayera hacia uno de sus lados y, como resultado, la parabólica se destruyo inactivando el campo electromagnético.

Los gritos de quienes estaban dentro y RL estruendo mortal de la maquina contra el suelo llego a cientos de kilómetros, levantando al mismo tiempo una enorme nube de polvo. Los aviones que resguardaban el lugar se pusieron en alerta, buscando enemigos en su radar, sin embargo, de entre la nube de humo y polvo, unas docenas de aviones salieron de la nada y comenzaron el ataque.

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-Capitán, hemos logrado salir, algo debilito el campo electromagnético - una voz de los pilotos de los aviones se escucho en el cuarto de control del búnker. Benedek sonrió de una peculiar y unica manera, la sonrisa tierna que despertaba el pensamiento de Elena en el.

- Ok chicos, no defraudemos a nuestra Capitana y acabemos con el enemigo, cambio y fuera - después de desactivar la comunicación se dirigió al area donde se había guardado el armamento durante la contingencia.

- ¿Que paso? - la voz de un aturdido Carlos se escucho detrás de el - ¿Donde esta Elena? la he buscado por todo el complejo y no entiendo que ocurre - Benedek lo miro como si se tratase de una especie de simio, no, ¿como ofender a los simios? ¿En verdad esta persona había robado el corazón de Elena? Benedek sacudió su cabeza quitando esos pensamientos y reenfocándose en la misión.

- Elena esta afuera tratando de salvar tu trasero y voy a apoyarla, así que no me quites mas tiempo - con hastío y arrogancia el joven siguió su camino, dejando a un anonadado Carlos. Después de digerir la información, siguió a Benedek, no sabia que pasaba pero debía ayudar a Elena.

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Con gran dificultad, de entre los escombros y cables chispeantes, Elena y su equipo se levantaron, de la boca de la joven brotaba un poco de sangre.

- ¡Capitana! - grito una de las chicas - ¿se encuentra herida? - las miradas preocupantes cubrieron a Elena, quien se irguió y con una sonrisa que les dio confianza les aseguro que nada pasaba, solo un ligero golpe en la boca, pero antes que pudiera decir mas, sintió un jalón y la detonación de un arma detrás de su espalda.

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