Hiruzen Sarutobi, el Tercer Hokage de Konoha, se sentó en su oficina con un profundo suspiro. La reunión con Sunagakure había sido tensa y llena de desacuerdos. A pesar de los esfuerzos por mantener la paz entre las aldeas, las viejas rencillas parecían resurgir con cada encuentro. Un mes había pasado desde aquella reunión, y la carga sobre sus hombros se hacía cada vez más pesada.
Al entrar a su oficina, se encontró con una montaña de papeleo que lo esperaba en su escritorio. "Esto puede esperar", murmuró para sí mismo, dejando todo para otro día. Tenía asuntos más urgentes que atender.
Con un gesto cansado, llamó a su ANBU encargado de cuidar al pequeño jinchūriki, Naruto Uzumaki. Sin embargo, el silencio que siguió fue inquietante. Hiruzen frunció el ceño; algo no estaba bien. Tras unos momentos de espera, decidió investigar la situación.
La noticia que recibió fue devastadora: el ANBU había muerto en las afueras del pueblo tras detener a tres espías de Iwagakure. La pérdida de uno de sus mejores hombres le dolió profundamente; no solo era un gran ninja, sino también un protector del futuro de Konoha.
Lamentando la muerte del ANBU, Hiruzen pidió que buscaran a Naruto. Cuando finalmente recibió el informe sobre el estado del niño, su corazón se hundió aún más. Naruto había sido echado del orfanato dos días después de su partida y ahora estaba solo en las calles, perseguido y maltratado por otros niños y adultos por igual. Se vio obligado a buscar comida en la basura.
El enojo del Hokage era palpable; la injusticia hacia Naruto lo llenaba de rabia. Nadie había intervenido para ayudar al niño que ya había sufrido tanto en su corta vida. Sin embargo, había una luz en medio de toda esa oscuridad: un prospecto a genin llamado Tony había intervenido y ayudado a Naruto en su momento más crítico.
"¿Quién es este niño?", pensó Hiruzen mientras revisaba los informes sobre Tony. Al parecer, era hijo de dos chunin que habían servido valientemente durante la Tercera Gran Guerra Ninja y fallecieron en combate. Recordaba a los padres del niño; habían luchado junto a Shikaku Nara y otros héroes de Konoha.
Sin perder tiempo, sacó su bola de cristal y lo localizó. Vio cómo el niño intentaba subir un árbol mientras Naruto daba todo de sí para hacer bien los kanji y letras.
Con una sonrisa, Hiruzen decidió visitar a Tony esa misma noche. Sabía que debía conocer al joven que había mostrado tal valentía al ayudar a Naruto en un momento tan desesperado.
La noche cayó sobre Konoha mientras Hiruzen caminaba hacia el edificio donde vivía Tony. Las luces parpadeaban suavemente en las ventanas cercanas y el aire fresco traía consigo un ligero aroma a tierra húmeda.
Al llegar al edificio, llego hasta el apartamento donde sabía que residía Tony. Llamó suavemente a la puerta y esperó pacientemente.
Después de unos momentos, la puerta se abrió lentamente y apareció Tony, sorprendido al ver al Hokage frente a él.
"Señor Hokage", dijo Tony con respeto mientras se apartaba para dejarlo entrar. "¿A qué debo esta visita?"
Hiruzen entró y observó el modesto apartamento lleno de libros y papeles esparcidos por todas partes mientras el olor de la comida recién hecha llegaba a él. "He venido a hablar contigo sobre Naruto Uzumaki."
Tony frunció el ceño al escuchar el nombre del pequeño jinchūriki. "¿Qué ha pasado con él?"
"Me he enterado de lo que sucedió después de su partida del orfanato", comenzó Hiruzen con voz grave. "Y estoy aquí para agradecerte por ayudarlo."
Tony sintió una mezcla de orgullo y tristeza al escuchar eso. "No hice nada especial… Solo intenté protegerlo".
"Eso es más de lo que muchos han hecho por él", respondió Hiruzen con sinceridad y tristeza. "Naruto ha sufrido mucho debido al estigma asociado a una condición especial. "Necesita apoyo y alguien en quien confiar".
Tony asintió lentamente, comprendiendo la gravedad de la situación. "Lo sé… He visto cómo lo tratan los demás."
Hiruzen miró fijamente a Tony, reconociendo su determinación y compasión hacia Naruto. "Quiero ofrecerte una oportunidad para convertirte en un genin oficial bajo mi tutela y trabajar junto a Naruto para protegerlo".
Los ojos de Tony se abrieron con sorpresa ante la oferta inesperada del Hokage. Era una oportunidad única para fortalecerse y ayudar verdaderamente a alguien que necesitaba apoyo.
"¿De verdad? "¿Yo?" preguntó con incredulidad.
"Sí", afirmó Hiruzen con firmeza. "Pero necesitaré tu compromiso total para guiarlo y entrenarlo adecuadamente en los conocimientos que te daré".
Tony sintió una oleada de emoción recorrerlo; sabía que esto era una gran oportunidad no solo para él, sino también para Naruto.
"Haré todo lo posible, señor", prometió Tony con determinación renovada.
Hiruzen sonrió levemente; estaba satisfecho con la respuesta del joven ninja. "Bienvenido al camino hacia convertirte en un verdadero shinobi."
Tony decidió invitar al Hokage a cenar. Con una sonrisa, le dijo: "Hiruzen, me encantaría que cenara con nosotros esta noche, señor."
Hiruzen aceptó la invitación con gusto y, mientras se acomodaban en la mesa, preguntó: "¿Y Naruto? ¿Dónde está el pequeño?"
Tony respondió: "Se fue a bañar, pero no tardará en llegar." Justo en ese momento, la puerta se abrió de golpe y Naruto apareció corriendo, aún con el cabello húmedo y una toalla alrededor de su cuello. Al ver a Hiruzen, sus ojos se llenaron de lágrimas y gritó: "¡Abuelo!"
Sin poder contenerse, corrió hacia él y lo abrazó fuertemente, llorando desconsoladamente. "¿Por qué me dejaste solo?", preguntó entre sollozos.
Hiruzen lo abrazó con ternura y le explicó: "Lo siento mucho, Naruto. Tuve que ir a Suna por asuntos importantes. Pero no te preocupes, ya he arreglado todo para que puedas quedarte aquí con Tony".
Naruto secó sus lágrimas y miró al Hokage con esperanza. "¿De verdad puedo quedarme aquí?"
"¡Por supuesto!, pero primero vamos a tener una gran cena juntos", respondió Tony con una sonrisa.
Con eso, los tres se sentaron a la mesa y, después de disfrutar de una deliciosa cena de katsudon, Hiruzen se levantó y, con una sonrisa, sacó un pequeño libro de su bolso. "Naruto", dijo el Hokage, "quiero regalarte esto. Es una guía básica que he escrito para ayudarte a construir una buena base para tu futuro como ninja".
Naruto miró el libro con curiosidad y emoción. "¿De verdad? "¿Qué hay dentro?"
Hiruzen asintió. "Contiene una rutina de ejercicios y un plan de estudio que te ayudará a mejorar tus habilidades. "Si sigues estos pasos, estoy seguro de que te convertirás en un gran ninja".
El rostro de Naruto se iluminó al recibir el regalo. "¡Gracias, abuelo! "Prometo seguirlo al pie de la letra".
Hiruzen sonrió y le dio una palmadita en la cabeza. "Recuerda, la perseverancia es clave. "Nunca te rindas, y siempre busca aprender más".
Con esas palabras de aliento, Hiruzen se despidió de Tony y Naruto. Ambos jóvenes lo acompañaron hasta la puerta, donde el Hokage les dio un último saludo antes de marcharse.
Una vez que Hiruzen se fue, Naruto miró a Tony con entusiasmo. "¡No puedo esperar para empezar a leerlo!"
"Es un gran regalo", respondió Tony. "Ahora es hora de descansar. "Mañana será un nuevo día".
Antes de que ambos se fueran a dormir, Tony notó un pergamino enrollado sobre la mesa. Curioso, lo recogió y lo desenrolló. Al instante, se dio cuenta de que era un documento similar al que Hiruzen le había dado a Naruto, pero este contenía información específica para él.
Al leerlo, Tony descubrió que el pergamino incluía una guía básica para alcanzar el nivel Chunin, así como un extra que Hiruzen había preparado para él. El Hokage había observado que Tony tenía una gran cantidad de chakra, lo que dificultaba su capacidad para realizar el Bunshin no Jutsu de manera efectiva, evitando que él se convirtiera en genin. Sin embargo, Hiruzen había deducido que una variación del jutsu podría ayudarle a pasar esta vez.
"Esto es increíble", murmuró Tony mientras leía. "El Hokage me dio una de las técnicas OP".
El pergamino también contenía una rutina de ejercicios y un desglose detallado del Kage Bunshin no Jutsu, explicando cómo utilizarlo con moderación para evitar agotar su chakra y su mente. "Parece que tengo mucho trabajo por delante", pensó Tony con determinación.
Naruto, al ver la emoción en el rostro de su amigo, preguntó: "¿Qué dice? "¿Es algo bueno?"
"Sí", respondió Tony con una sonrisa. "Hokage-sama me ha dado algunas pautas para mejorar mis habilidades. "¡Voy a trabajar duro para dominar esto!"
Ambos jóvenes compartieron una mirada de complicidad y motivación. Sabían que tenían un camino por delante lleno de desafíos, pero también estaban decididos a superarlos juntos.
Finalmente, después de revisar los pergaminos y discutir sus planes para el día siguiente, se despidieron del mundo consciente y se fueron a dormir, cada uno soñando con las aventuras y logros que les esperaban en su camino como ninjas.
Acostado en su cama, Tony se encontró de nuevo en el vasto espacio blanco que había visitado anteriormente. La familiar voz de Aira sonó.
"¡Hola de nuevo, Tony!" saludó Aira con entusiasmo. "Has completado el reto de escalada de árboles, y como recompensa, aquí tienes algo especial."
Con un gesto de su mano, un libro apareció flotando frente a él. "Es una guía de Fuinjutsu para tontos, junto con mucho material sobre sellos. Te será muy útil para aprender a manejar técnicas de sellado".
Tony tomó el libro con gratitud, sintiendo que cada vez estaba más cerca de convertirse en un ninja competente. "¡Gracias, Aira! Esto es increíble".
Aira continuó explicando: "Además, quiero informarte que tu misión actual está completada en un 10%. Por eso, como recompensa adicional, recibirás un gacha más y los 20 puntos del sistema que te prometí por el reto".
"¿Un gacha?" preguntó Tony con curiosidad. "¿Qué es eso?"
"Es una especie de sistema de recompensas aleatorias", explicó Aira. "Podrás obtener objetos o habilidades especiales al abrirlo. Es una buena manera de conseguir sorpresas útiles en tu camino y fortalecerte".
Tony sintió una oleada de emoción al pensar en las posibilidades que le esperaban. Con la guía de Fuinjutsu y la oportunidad del gacha, sabía que tenía herramientas valiosas para avanzar en su entrenamiento.
Aira sonrió y asintió. "Recuerda siempre mantenerte enfocado y no perder la fe en ti mismo. "¡Ahora ve y aprovecha al máximo estas recompensas y asegúrate de traer más devotos para Momogamador-sama!"
Con esas palabras motivadoras resonando en su mente, Tony sintió cómo el espacio blanco comenzaba a desvanecerse lentamente, llevándolo de regreso a la realidad donde podría comenzar a aplicar todo lo aprendido y seguir adelante en su camino como ninja.
Tony despertó con la luz del sol filtrándose a través de la ventana. Era el día 2 desde que había comenzado su misión de cumplir el deseo de Naruto, y la emoción lo invadía. Sin embargo, al mirar a su lado, se dio cuenta de que no había nada allí. Un leve sentimiento de preocupación lo atravesó: ¿podría ser que no pudiera traer las recompensas que había recibido en el espacio blanco?
Pero entonces recordó lo que Aira le había dicho sobre el sistema. Concentrándose, cerró los ojos y se enfocó en su interior. Al instante, una pantalla holográfica apareció frente a él, iluminando la habitación con un suave resplandor.
La pantalla mostraba varias opciones: "Estado", "Habilidades", "Misión" e "Inventario". En la parte superior, había un modelo de él mismo, mostrando sus estadísticas actuales. Tony sonrió al ver que todo estaba en orden.
Al hacer clic en "Inventario", se encontró con las recompensas que había recibido: la guía de Fuinjutsu para tontos y el material para sellos. También vio un ícono brillante que representaba el gacha que había ganado.
"¡Sí!" exclamó Tony emocionado. "¡Todo está aquí!"
Con una mezcla de curiosidad y anticipación, decidió abrir el gacha primero. Hizo clic en el ícono y observó cómo una animación colorida comenzó a girar ante sus ojos. Después de unos momentos llenos de suspense, un objeto emergió del gacha: era un pequeño talismán con un símbolo desconocido.
"¿Qué será esto?", pensó mientras examinaba el talismán en su mano virtual.
Al tocarlo, una descripción apareció en la pantalla:
Pendientes Hanafuda de Chakra:
Este talismán ayuda a estabilizar el flujo de chakra, mejorando tu control durante las técnicas ninjas. Aumenta tu capacidad para realizar jutsus complejos sin agotar rápidamente tu chakra; esta versión cuenta con la apariencia de los hanafuds del cazador de demonios Yoriichi.
"¡Increíble!" dijo Tony, sintiendo una oleada de confianza al saber que este talismán sería invaluable para su entrenamiento.
Con una sonrisa de emoción aún en su rostro por el talismán, Tony decidió que era hora de abrir sus dos gachas más. Con un toque en la pantalla, activó el primero y observó cómo la animación comenzaba a girar nuevamente.
Después de unos momentos, un objeto apareció: era un Kit de Mantenimiento para Cuchillas. Al leer la descripción, se dio cuenta de que este kit le permitiría mantener sus armas en óptimas condiciones, asegurando que siempre estuvieran afiladas y listas para usar.
"¡Esto es perfecto!" exclamó Tony. Sabía que tener cuchillas bien mantenidas era crucial para cualquier ninja, y este kit sería una gran adición a su equipo.
Sin perder tiempo, abrió el segundo gacha. La animación fue igual de emocionante, y cuando el objeto emergió, Tony no pudo evitar que una gota de sudor cayera de su frente. Era una estatua de su jefe, Momogamador, con lentes de sol. Al leer la descripción, descubrió que esta estatua aumentaba su suerte en un 20% y podía convertirse en un colgante que llevaría consigo.
"¿Una estatua de Momogamador? "¡¿No había de Goku?!", pensó mientras examinaba el objeto más de cerca. Sin la capa cósmica que normalmente lo rodeaba, la estatua se parecía sorprendentemente a la famosa estatua de Buda de las mil manos de Hashirama Senju.
"Tal vez esto me ayude a tener más suerte", reflexionó Tony mientras imaginaba todas las posibilidades que podría traerle ese aumento en la suerte.
Decidió colocar el colgante alrededor de su cuello; sentía que llevarlo le daría confianza y quizás incluso un poco más de fortuna en su camino como ninja. Con su inventario ahora lleno de herramientas útiles y objetos especiales, Tony se preparó para el día.