Exigencias Lujuriosas

—¡Ahh! Bradon... por favor... es tan... brusco... —suplicé antes de soltar otro grito de éxtasis mientras su polla golpeaba directamente contra mi punto de placer.

—Todavía no es suficiente —dijo él.

—Ahh... ¡Ahhh! —gemí y grité hasta que mi garganta me ardía y mi voz sonaba ronca.

Bradon claramente aún no había tenido suficiente y continuaba embistiendo su polla dentro y fuera de mi hueco del amor. Eventualmente, alcancé mi clímax y me corrí mientras susurraba su nombre. Bradon sacó su polla de mi hueco y me volteó sobre mi espalda. En un movimiento rápido, levantó mis muslos y los separó ampliamente antes de acomodarse entre mis piernas. Mientras todavía estaba perdida en los efectos posteriores de mi orgasmo, Bradon clavó su gruesa vara hasta el fondo en mi hueco inundado.

—Envuelve tus piernas alrededor de mí... —instruyó.