Huérfanos Entregados

Karl tomó una siesta de quince minutos mientras preparaban una comida caliente adecuada para el desayuno de todos, y se despertó con el olor de la carne asada y los panqueques.

—Buena timing. Justo estamos listos para servir a todos. Thor repartió comida para los Sátiros, que necesitan fibra, o sufren de dolor de estómago. Pueden y aún comerán con nosotros, pero no en grandes cantidades —explicó Lotus.

Karl asintió somnolientamente antes de que Doug le pasara una taza fuerte de café para reactivar su cerebro. Eso era justo lo que necesitaba después de una noche en vela. La mayoría del equipo había dormido, aunque tuvo que despertar a algunos de ellos para ayudar con los momentos difíciles.

—Duerme un poco. Thor puede guiarnos, y nosotros guardaremos la caravana ahora que el sol está arriba. Al menos así, tendrás unas horas de sueño mientras terminamos el viaje. El suelo se está volviendo más sólido por kilómetro, y el ejército sabe que estamos llegando —dijo.