Apresurándome en salvar a esos idiotas

—Song Yan no respondió —se quedó mirando la tumba antes de girar para ver a Fu Yu Shen—. Con las manos sobre la cabeza, intentaba protegerse de mojarse, pero por supuesto, con la lluvia torrencial resultaba una hazaña imposible para él, un suspiro exasperado escapó de sus labios antes de que asintiera con la barbilla hacia la tumba y dijera —Vamos a movernos, no creo que la lluvia vaya a parar pronto. Así que es mejor que entremos en esa tumba tan pronto como podamos.

—Sí, apuesto a que estará mucho mejor —murmuró Fu Yu Shen por lo bajo, saltando de un fuego a caída libre por el acantilado, por supuesto que iba a ser mucho mejor que mojarse bajo la lluvia. Seguro que tenía un montón de quejas en su corazón, pero no había nada que Fu Yu Shen pudiera hacer sobre su actual predicamento, ¡todavía necesitaba la ayuda de Song Yan!