Dije que participaré en el torneo y me enfrentaré a David, no hay duda de ello, lo haré. Sin embargo, no sé qué tan difícil sea ganar cualquier otro enfrentamiento que pueda tener antes de conseguir mi combate con él. Además, si alguien lo derrota antes de que yo me enfrente a él habré hecho todo para nada.
No, no es momento de lamentos. Es momento de entrenar. Primero, debo recuperar mi condición física, aquella que tenía cuando era un jugador estrella, aunque, pensándolo bien todavía puedo ser un gran deportista.
Debo entrenar mi fuerza y agilidad, debo ser más veloz y ágil que David, de lo contrario podría hacerme pedazos con un solo golpe. Su musculatura lo vuelve más resistente, en cambio, yo no tengo un poder que me haga resistente a los golpes por personas con superfuerza o algo por el estilo.
Lo mejor que puedo hacer es entrenar en la pista de atletismo, sí, correr a diario. Una buena alimentación y ejercicio en el gimnasio. Para comenzar con mi alimentación, debo comprar vegetales, frutas, y una licuadora, necesito algunas cosas.
Acudo a la tienda que tenemos en nuestro comedor, sin embargo, no venden tantas cosas como uno se puede imaginar, venden frutas como manzanas y naranjas, pero, no tienen vegetales.
Necesito comprar afuera.
Me acerco a la entrada con el guardia, quien me mira con un rostro serio.
"Hola, buenas tardes", digo, algo nervioso.
El guardia se pone de pie y me mira de pies a cabeza.
"¿Qué requieres, muchacho?", pregunta.
"Disculpe, señor, pero, de verdad necesito salir, solo iré rápidamente al supermercado y regreso, en menos de treinta minutos, se lo juro", respondo.
Él comienza a reír burlonamente por unos segundos y luego me mira seriamente para responderme de forma abrupta.
"No", dice.
"Por favor, o bueno, usted no tarda en irse, ¿verdad? ¿podría comprarme algunas cosas? Le daré todo el dinero que requiera, se lo pido", digo, con un tono de voz algo agudo intentando convencerlo.
"Muchacho, no creo que sea ético, pero de acuerdo, debe ser algo importante, ¿qué quieres?", dice él.
Es mi momento.
"Por favor, necesito dos mazos de espinaca, 2 kilogramos de naranja, 2 betabeles, un garrafón de agua, una licuadora algo potente, unos quince plátanos, una caja de huevos, y unas diez leches enteras, por favor", digo.
Le entrego ocho billetes de 500 pesos.
El guardia me mira con sorpresa. Y comienza a apuntar las cosas en un pequeño papel y luego toma el dinero.
"Niño, es mucho dinero, está bien, mañana te traeré tus cosas", dice.
"¡Muchas gracias! Si le sobra algo de dinero, por favor, quédeselo", digo, para luego irme a mi habitación.
Con esto podré realizarme algunas bebidas que solía prepararme meses atrás, será suficiente con ello para hacerlo semanalmente, aunque, solo tengo dos semanas para prepararme, la verdad es que me tomará algo de tiempo, pero, al menos podré recuperar un poco.
Comienzo entrenando todas las mañanas al dar cinco vueltas a máxima velocidad en la pista de atletismo tras hacer un calentamiento y estiramientos. Mi condición física mejoró mucho luego de haber comenzado a ejercitarme de nuevo en las clases de actividad física. No estoy tan mal, termino mis vueltas con el ritmo cardíaco algo agitado, pero nada de qué preocuparme.
Regreso a mi habitación para prepararme un jugo con todos los ingredientes que he comprado. Luego de beberlo a fondo, tomo una ducha y me preparo para mis clases. Voy a la cafetería y desayuno con mis amigos como de costumbre, tomo todas mis clases como normalmente lo hago, y luego acudo a mi entrenamiento con el director Noel.
"Buenas tardes, jóvenes. Espero que estén listos para un día más de entrenamiento.", dice el director mirándonos con una expresión gentil en su rostro.
"Buenas tardes, director. Sí, estamos listos", respondemos Emily y yo.
"Bueno, sentémonos en el pasto. Básicamente haremos lo mismo que la última vez, pero, ahora deben concentrar sus poderes un poco más. Mientras más concentren sus poderes más alcance tendrán, obviamente no puede ser mayor a lo que su cuerpo puede soportar", dice.
Nuevamente meditamos, y esta vez el tiempo dedicado a la meditación fue mayor. El objetivo es aprender a sentir nuestros poderes en todo momento sin necesidad de tener que meditar. Según el director, si aprendemos a sentir nuestros poderes en todo momento, podremos usarlos sin pensarlo tanto, será como parpadear.
Tras el entrenamiento acudo al gimnasio donde realizo algunos ejercicios de calentamiento y estiramiento para proceder a realizar ejercicios de peso. Tengo que ganar mucha fuerza en poco tiempo. En mi dormitorio hago flexiones con los puños, esto ayudará a fortalecer mis nudillos y mis golpes serán más dolorosos.
Los días pasaron rápido, mis clases han avanzado, tras el torneo será el siguiente parcial, así que no solamente he estado entrenando, también estudiando, mi relación con Emily cada vez es mejor. Platicamos a diario, asimismo, he conseguido nuevos amigos en esta clase.
Me pongo mi uniforme deportivo y acudimos a las clases en el gimnasio. Realizamos abdominales, trote ligero, trote veloz y todo tipo de ejercicio intenso. Ese ardor en mis extremidades al hacer más ejercicio del que puedo tolerar es placentero, había deseado recuperar estas sensaciones nuevamente, pensé que jamás lo conseguiría.
Puedo correr a gran velocidad sin agitarme o sentir punzadas en el pecho. Es realmente bueno ser yo otra vez.
Al terminar la clase, bebo de mi bote de agua mientras me siento en el suelo. Emily se me acerca lentamente y se sienta a mi lado. Puedo escuchar su respiración acelerada.
"Fue demasiado intenso", dice ella.
"Sí, algo", respondo, tapando mi bote nuevamente.
"En lugar de verte cansado luces con más energía", dice Emily mientras respira ásperamente.
"Bueno, la verdad es que gracias a mi entrenamiento diario he recuperado un poco de condición, además, siempre he disfrutado del deporte", respondo.
Ella sonríe y luego abre su bote de agua para beber a fondo.
"Hey, Eric, vamos a ducharnos antes de que se llenen las regaderas", dice uno de mis nuevos amigos, su nombre es Eduardo.
Es alto, delgado, usa lentes y su piel es ligeramente clara. Su cabello es negro y ondulado y sus ojos marrones.
"Ya voy", digo, poniéndome de pie.
"Te veo en un momento", le digo a Emily.
Ella aún sigue algo aturdida por el ejercicio.
El ambiente en las regaderas es el de siempre, bromas, adolescentes desnudos caminando por todos lados, algunos ni siquiera llevan alguna toalla en su cintura. Chistes de mal gusto, anécdotas, risas y demás. Al final, solo somos jóvenes.
Tras tomar mi ducha me visto nuevamente y salgo de las regaderas para esperar a Emily quien tarda unos minutos más en llegar, así, nos reunimos y nos vamos rumbo a nuestro salón de clases.
"¿Pudiste resolver el ejercicio de álgebra?", pregunta ella.
"Sí, claro, fue muy fácil", respondo.
"Yo no, ¿podrías enseñarme si tienes tiempo por la tarde?", pregunta.
"Claro, ¿dónde nos vemos? ¿Tu dormitorio o el mío?", respondo.
Ella lo piensa por un momento.
"En el tuyo está bien", responde.
"De acuerdo, entonces tú llega a la hora que gustes, es más, terminando el entrenamiento con el director Noel vamos", digo.
Ella sonríe y asiente.
Las clases avanzaron rápidamente, luego, fuimos por nuestro almuerzo donde nos reunimos en dos mesas juntas con Rodrigo, Sandra, Diana, Eduardo y Karla. Todos nos llevamos bastante bien. Eduardo es un mutante que puede convertir toda la materia en magma, en pocas palabras, derrite lo que toca, pero no existen muchos como él.
Hay mutantes que transmutan la materia, pero él es único en el instituto. Su rango es el más alto como el mío.
Tras almorzar, Emily y yo acudimos a nuestro entrenamiento con el profesor Noel, quien tras varios días conviviendo con él, se ha vuelto como un amigo, es como si fuera una especie de hermano mayor o pariente cercano.
"Bien chicos, comencemos con la meditación. Ahora que son novatos la meditación lo es todo, ya lo saben", dice.
Para este punto he conseguido dominar mis poderes sin necesidad de meditar, solo requiero unir mis manos para activar mis poderes.
Los tres nos sentamos en el pasto mientras el viento nos golpea ligeramente. El sol se ha ocultado un poco gracias al horario de invierno, anochece más temprano por lo que tener sesiones al aire libre es buena idea.
Entrenamos nuestros poderes por cerca de una hora y luego nos quedamos sentados en el pasto.
"Es bueno ver que avancen velozmente con el uso de sus poderes, ustedes son realmente unos chicos con determinación. Cuéntenme, ¿qué planean hacer con sus vidas?", dice el director, mirándonos de manera expectante.
La verdad es que sigo firme con mis deseos, no quiero seguir usando mis poderes. Solamente quiero avanzar en mi vida como un humano normal.
"Yo quiero terminar mis estudios aquí, ir a una universidad luego de egresar del instituto, y ser una gran doctora", dice Emily.
Vaya, no soy el único que no quiere seguir usando sus poderes.
"Muy bien, ¿y tú, Eric?", dice él, mirándome fijamente.
"Se lo comenté aquel día que fui a verlo a su oficina. No he cambiado de deseos, mi sueño es seguir el deporte, ahora que ya no padezco ninguna enfermedad del corazón quiero seguir con ello. Por supuesto, luego de estudiar una carrera profesional como plan B en caso de que no funcione mi vida deportiva", digo.
El director sonríe de manera gentil y entonces suspira.
"Es bueno, sigan así. Sé que conseguirán sus sueños, no se detengan por nada. No busco obligarlos a que permanezcan en el instituto o trabajen con nosotros, pero, lo que quiero es que sepan que, si un día necesitan ayuda, aquí estaré", dice.
"A mí se me dio la oportunidad de avanzar con mis sueños, sin embargo, sabía que, si yo no tomaba este puesto, nadie más ayudaría a los jóvenes como ustedes y probablemente estarían muertos o vagando por allí en manos equivocadas. Ustedes son como mis pequeños hijos, todos los niños del instituto son realmente como mis hijos", dice, mirando hacia el cielo.
Me la estoy pasando bien raro.
El director se pone de pie y sonríe.
"Es todo por hoy, chicos, vámonos a descansar", dice.
Él se va hacia los edificios de clases mientras que Emily y yo caminamos rumbo a nuestros dormitorios. Puede que lo ignore, pero, siento que el director ha pasado por una vida dura, algo lleva cargando en su espalda que no lo deja ser feliz. Sus expresiones, como nos trata, siento que esa amiga de la que nos ha contado fue algo más para él.
Tras mi entrenamiento con el director me dirigí a mi dormitorio con Emily para darle algunas tutorías de álgebra. Llegamos a mi dormitorio, abro la puerta y ambos entramos mientras que Emily espera a que yo la invite a pasar. Al entrar le ofrezco un vaso de agua y le sirvo en un vaso, ella se sienta en mi silla frente a mi escritorio mientras que yo enciendo el aire acondicionado y mi ordenador.
"¿Qué es lo que más se te dificulta?", pregunto.
"Bueno, la verdad es que casi todo, pero, lo principal es el método de Gauss-Jordan", responde.
Bueno, la verdad es que estos temas son algo fáciles para mí, pero puede que para muchas personas se les dificulte.
"De acuerdo, bueno. Vamos a comenzar", digo.
Tomo mi libreta y la abro. Tomo un lápiz y comienzo a explicarle todo con mucho cuidado para que ella pueda procesar la información sin problemas. Así, llegamos al punto en el que el sol se estaba ocultando por completo.
"Y bueno, espero que te haya servido", digo, guardando mi libreta y cerrando mi ordenador.
"Muchas gracias, Eric. Te juro que aprendí mucho contigo, eres muy buen profesor", dice ella, sonriendo.
Mierda, su rostro es tan precioso.
"Eh, sí, de nada", digo yo.
Ella se levanta del asiento y se acerca a mi para darme un beso en la mejilla.
"Muchas gracias, de verdad. La próxima salida a la ciudad prometo invitarte algo", dice ella, sonriendo como el sol.
Emily sale de mi habitación cerrando la puerta y me quedo perplejo ante la situación. Siento como si algo caliente recorriese todo mi cuerpo desde mis pies hasta mi cabeza. ¿Se me ha subido la sangre a la cabeza? Es algo que mi abuela solía decir.
Tras esto, retomo mi entrenamiento. Unas vueltas a la pista de atletismo a una velocidad alta pero constante para luego realizar ejercicios de mucho peso muscular en el gimnasio con las máquinas y objetos disponibles como mancuernas y barras.
Unos golpes al saco de boxeo con mis puños, entreno mis patadas y demás, la verdad, es que nunca he sido un excelente luchador, pero, sé que puedo darle una paliza a David.
Tengo un objetivo, y voy a conseguirlo.