De hecho, la Princesa An Jing era perfectamente capaz de peinarse sola, pero quería que Xiao Changyi lo hiciera por ella, preferiblemente por el resto de su vida.
No fue hasta que Xiao Changyi terminó de peinarle el pelo que ella señaló la cama y dijo —Siéntate allí.
Aunque no entendía qué pretendía An Jing, Xiao Changyi obedeció y se sentó en la cama.
An Jing saltó hacia la cama apoyándose en un pie y comenzó a quitarle la camisa a Xiao Changyi.
Xiao Changyi: "..." Tan temprano por la mañana, ¿no es esto inapropiado...?
Dándose cuenta del profundo significado en la mirada de Xiao Changyi, An Jing estaba molesta y divertida —¿En qué estás pensando? ¡Quiero revisar tus heridas!
Aunque había velas ardiendo toda la noche, la habitación seguía bastante oscura, y vagamente pensó que vio muchas heridas en su cuerpo, pero en ese momento, estaba demasiado distraída por sus travesuras como para prestar atención a eso.
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