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Te has perdido a ti mismo (2)

—¿Acaso él pensaba que a ella no le concernía? ¿Que no tenía que estar involucrada en eso?

—Lin Qianrou sentía que había una especie de distancia separándola de su esposo. Que no importaba cuánto lo intentara, nunca podría alcanzarlo ni entenderlo.

—El sexo era bueno, pero necesitaba más que eso y el dinero que él podía darle. Y no es que tuvieran suficiente tiempo para hacer el amor de todas formas. Ya era sorprendente que terminara embarazada hoy considerando que él no siempre estaba presente cuando lo necesitaba.

—Retiro lo dicho sobre él cambiando de prioridades después de saber sobre tu bebé. ¡Es un imbécil, Qian! No puedo creer que te hayas casado con alguien como él —dijo Li Meili.

—No lo digas así, Meili —respondió Lin Qianrou.

—¿Y todavía tienes el valor de defender a tu esposo? —se burló Li Meili—. Increíble.

—Lin Qianrou no podía culpar a Li Meili por pensar así de su esposo, pero estaba diciendo la verdad. Aparte de sus organizaciones benéficas y fundaciones, Xu Wenyang activamente ayudaba a gente necesitada sin publicitarlo.

—Había una vez que él se hizo cargo de una empresa en bancarrota y apoyó a esos viejos empleados que habían trabajado para la empresa desde el inicio, y les dio la oportunidad de trabajar de nuevo en sus otras empresas estables, para ayudarlos a mantener a sus familias.

—Sabiendo esto, Lin Qianrou no podía evitar amar más a su esposo. Xu Wenyang podría ser una persona adicta al trabajo, pero definitivamente no era una mala persona. Un mal e inconsiderado esposo, quizás.

—Oye, Qian. ¿Alguna vez te has preguntado si tal vez Wen actúa así contigo porque nunca se lo has reclamado antes? Se acostumbró a decepcionarte de modo que piensa que un regalo extravagante es suficiente para aplacar tu enojo —preguntó Li Meili.

—La pregunta de Li Meili tomó por sorpresa a Lin Qianrou. Ahora que su amiga lo planteaba de esa manera, podía ver que ella también tenía culpa aquí. Suspiró de manera desalentada, lo que hizo que su amiga le regañara.

—¡No permitas que se salga con la suya sin darte ninguna explicación! ¿Comete un error y piensa que un regalo sería suficiente para compensarlo? ¿Qué carajo le pasa por la cabeza? Incluso si no estuvieras embarazada, por mucho dinero que te arroje en la cara, nunca sería suficiente para compensar que renunciaste a tu sueño al casarte con él! —exclamó Li Meili.

—Lin Qianrou había recibido una beca en el extranjero. Una que cubriría todo lo que necesitaría durante su estancia en la universidad. Sin embargo, rechazó la oferta porque Xu Wenyang le había propuesto matrimonio.

—Por favor, no digas eso, Meili. No he pintado nada en los últimos tres años. No era para mí.

Li Meili sacudió la cabeza.

—¡Ese es el punto, Qian! Toda tu vida ahora gira en torno a él. ¿Y tú qué? No has hecho nada que hayas querido desde tu matrimonio, porque tienes demasiado miedo de que la gente critique a 'Señora Xu' por no cumplir con sus estándares. Ni siquiera querías asistir a esas fiestas y ceremonias de recaudación de fondos pero nooooo, tienes que estar allí porque esperaban que estuvieras. Estaba furiosa en ese momento. Eso, Lin Qianrou podía verlo.

—¡Que les jodan, Qian! ¿Por qué necesitas aplacar su satisfacción a cambio de la tuya? Estabas demasiado ocupada siendo la Señora Xu que te has olvidado de Lin Qianrou que ama pintar y le gusta enseñar a los niños. No es de extrañar que Moyu dijera que asistir a esas fiestas fue una pérdida de tiempo. ¡Ella tiene razón! Preferiría quedarme en casa que rodearme de putas y brujas traicioneras —dijo Li Meili, haciendo que Lin Qianrou se estremeciera por sus palabras poco femeninas.

Cuando Lin Qianrou no dijo nada a cambio, Li Meili continuó.

—Podrías haber te casado con un tipo normal, que se esforzaría por hacerte más feliz, que casarte con un hombre rico que apenas estaba allí para cuidarte. ¿Qué? ¿Eres solo una esposa trofeo que está destinada a ayudarlo con sus proyectos filantrópicos?

—¿Cómo puedes decir que Wen no es un tipo normal? —frunció el ceño Lin Qianrou.

—Odio decir esto, Qian, pero él está totalmente fuera de tu liga. Es como cualquier otro hombre rico que arrojará dinero en tu cara, esperando que eso sea suficiente para solucionar todo y limpiar el desastre que ha dejado. ¡Ya te lo advertí antes de que te casaras con él!

Lin Qianrou entendía completamente de dónde venía Li Meili. No podía negar nada de eso. Es cierto, Xu Wenyang solía darle regalos caros y lujosos, esperando que ella le perdonara por sus ofensas, esperando que ella fuera feliz con eso.

—Era una cosa cuando solo tenías que cuidarte a ti misma durante su ausencia, pero ¿y tu bebé? ¿Permitirías que tu hijo vea a su propio padre ignorarte de esta manera? Qian, necesitas considerar si todavía quieres vivir así con él o seguir adelante con tu propia vida. Cualquiera que sea tu decisión, la respetaré, pero no me culpes más tarde por no haberte advertido.

Lin Qianrou lloró en silencio. Su mente le decía que se rindiera y pidiera el divorcio, pero su corazón se negaba a cooperar, diciéndole que le diera una oportunidad para explicarse antes de tomar una decisión.

Sin embargo, también sabía que necesitaba tomar una decisión pronto. Si su esposo realmente fue a Guangzhou por el bien de su Hermana Yan, Qian sabía que no necesitaba seguir con él. Si Wen eligió estar con su Hermana Yan entonces ella se forzaría a aprender a no amarlo más.

Después de todo, fue ella quien aprovechó su ruptura y sedujo a Xu Wenyang. Era comprensible si Meng Yanran lo quisiera de vuelta.

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