El olor del incienso impregnaba el aire y Gao Wen sentía que su corazón se calmaba. Estaba muy agradecida de tener a alguien como Liang Zhou como confidente.
Gao Wen sacó un collar y dijo con devoción —Maestro, este es el collar que Ye Xin solía llevar todo el tiempo. Lo he estado usando durante siete días. Por favor, ayúdame a encontrarla.
El asistente del maestro tomó el collar de Gao Wen y se lo entregó al maestro con ambas manos.
El maestro observó el collar por un momento antes de llevarárselo a la nariz y olerlo. Luego, comenzó a recitar las escrituras mientras sostenía el collar en su mano.
Gao Wen miraba al maestro sin parpadear. Inconscientemente, se acercó más a Liang Zhou.
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