¿Bebiste?

—Pero... —Shen Hanxing dudó y dijo— Tía, te diré la verdad. Por favor, no te rías de mí. Es la primera vez que gasto tanto dinero. Estoy insegura. ¿Por qué no me llevas a la compañía para echar un vistazo antes de invertir?

¡Una tonta meticulosa y cautelosa!

Ji Mei maldijo en su corazón y dudó un poco. Esa compañía de comercio exterior era casi una cáscara vacía. Para absorber más dinero de la Corporación Ji y justificar el dinero que había estafado, la compañía se había convertido en una herramienta para lavar dinero. Había demasiadas lagunas en la compañía y no era adecuado visitarla.

Sin embargo, pensando en los 50 millones y el cupo de la tarjeta negra, Ji Mei dudó. Al final, la codicia se impuso. ¿Qué sabría una joven que ni siquiera había terminado la preparatoria? La compañía estaba llena de confidentes de confianza, siempre y cuando trabajaran juntos para engañar a Shen Hanxing, serían capaces de estafar algo de dinero de Shen Hanxing.