Esa mujer es asquerosa

Megan estaba al límite y quería encontrar un hotel donde quedarse por el momento. En el pasado, sus tres novios se turnaban para darle dinero. Los hoteles en los que se quedaba también eran de cuatro estrellas o más. Pero ahora, tenía que tomar el dinero ella misma. Miró sus ahorros y se dio cuenta de que ni siquiera era suficiente para pagar la habitación.

Megan no pudo evitar agacharse junto a la carretera y llorar. Se sentía como la protagonista lastimosa de un drama televisivo que era el blanco de todas las partes. Era débil, indefensa y lamentable. ¡El protagonista masculino incluso la malinterpretó y la ignoró...! Solo podía vivir en las calles y sufrir. Cuando el protagonista masculino la encontró de nuevo, sus ojos ya no tenían el brillo deslumbrante de las estrellas. Era como una marioneta...