Llamando a la Policía

Al notar que Qiao Nian no hablaba, Qiao Xin continuó persuadiéndola —Si tu madre biológica se entera de que estás molesta porque te abandonó, definitivamente se culpará a sí misma.

La impaciencia se reflejó en los ojos de Qiao Nian. Levantó la vista hacia Qiao Xin —¿Ya terminaste de hablar?

Qiao Xin sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal bajo la fría mirada de Qiao Nian. No pudo evitar temblar, retrocediendo a trompicones.

Qiao Nian entrecerró los ojos, su voz fría como el hielo —¿Crees que creeré todo lo que Su Xue dice?

La mirada de Qiao Xin vaciló. Así que Qiao Nian no quería admitir para sí misma que tenía un origen despreciable.

Frunciendo los labios, preguntó —Hermana, si Mamá miente, ¿por qué tus parientes no te han buscado?

Qiao Nian miró a Qiao Xin inexpresivamente.

Las palabras de Qiao Xin dieron en el clavo.

Habían pasado más de veinte años. ¿Por qué sus padres biológicos no la habían buscado?