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La subasta (Parte 2)

Puedo escuchar que grita esto último cuando voy por el pasillo, simplemente decido ignorarla, son las once de la mañana por lo que aprovecho para darme un largo baño, si voy a hacer esto voy a hacerlo luciendo espectacular, me animo a mí misma. Luego de bañarme me pongo una pijama para sentirme cómoda mientras arreglo mi cabello.

— ¿Qué haces?

Jen me ve desde la puerta de mi habitación, tiene su celular en la mano, creo que está en una llamada.

— Olvidé decirte que tenemos cita a las dos en el salón de enfrente, van a peinarnos, maquillarnos y arreglarnos las uñas. Cámbiate de ropa.

Me ve de pies a cabeza por lo que llevo puesto.

— Solo es una subasta, no un concurso de belleza.

— Es casi lo mismo, te espero afuera.

— Bien. — Respondo de mala gana — Dame un minuto.

Me pongo un pantalón y la primera blusa que se cruza en mi camino, me pongo mis converse negros, y un cárdigan, tomo mi cartera de mano antes de salir a encontrar a Jen. En el salón nos cortan el cabello antes de peinarlo, yo solo quiero unas ondas en las puntas, por otro lado, a Jen le hacen una trenza en cascada, la cual en su cabello largo se ve totalmente hermosa.

Ambas nos hacemos french en las uñas de los pies, yo pido unas uñas baby boomer en las manos, mientras que, Jen pide sus uñas blancas, la del medio con una piedra azul y el dedo índice de color azul.

Al regresar a casa son las seis y cuarto, Jen en ese tiempo que nos sobra se retoca un poco el maquillaje, mientras tanto yo voy a ponerme el vestido y unos zapatos cafés que me prestó Jen, quedando quince minutos para las siete Jen me pide que le ayude a ponerse su vestido ya que lleva un corsé, al terminar por fin puedo apreciar su hermoso vestido azul.

— Te ves increíble en ese vestido.

— Tu también. — sonríe — Vamos a arrasar en la subasta.

— Probablemente. — Me rio con ella.

— Vamos en mi auto, prometo no dejarte esta vez.

— No, vamos en mi auto. Solo no metas desconocidos.

— Por eso me gusta llevar mi auto. — Se cruza de brazos.

— Puedes llevarlo si quieres, pero iré en el mío.

— Tu ganas, vamos en el tuyo. — Dice de mala gana.

Me quito los tacones para conducir, es más cómodo así. Al llegar ya no hay parqueos cerca de la plaza, así que dejo a Jen cerca de allí, luego voy a parquear mi auto a otro estacionamiento más vacío.

— Hola Kate. — Dice Denver detrás de mí. — ¡Wow! Te ves hermosa. — Me mira con detenimiento.

— Gracias. — Me sonrojo por el cumplido. — Tú te ves muy bien.

Denver está vestido con un pantalón negro algo ajustado, camisa formal celeste, un saco azul y unos converse azules, lleva el cabello peinado con gel hacia atrás. Sostiene en sus brazos un letrero "Kissing booth", detrás de él viene Kane, usa un pantalón azul, con unos botines negros, también una camisa rosa pálido y una chaqueta de cuero negra, su cabello está algo alborotado, es lo usual en él. Trae consigo una caja de metal y unas bandas negras para cubrir los ojos.

De hecho, se ve bien, se ve más que bien, ese es su look usual, pero hay algo diferente en él esta noche que lo hace ver mucho más sexi de lo normal, siento su loción entrando por mis fosas nasales, ese delicioso aroma intenso tan masculino, aunque en el fondo se puede sentir un poco el aroma dulce que contiene, vuelvo a respirar para sentir nuevamente su loción.

— Hola.

Kane me mira directo a los ojos, esta vez no lo hace con esa mirada penetrante e intimidatoria sino más bien, con una mirada más relajada, más sincera.

— Hola.

Una pequeña sonrisa se escapa de mis labios, mientras me pierdo en su mirada las llaves de mi auto resbalan de mis manos.

— Déjame ayudarte.

Recoge mis llaves con la mano que sostiene las bandas, cuando me las devuelve las guardo en mi bolsa, soy tan torpe que podría volver a tirarlas.

— Gracias.

— Ya me acostumbré a siempre sacarte de problemas. — Dice arruinando el momento.

Denver cierra los ojos y niega con la cabeza levemente en desaprobación, intenta hacerlo sin que me dé cuenta, pero es muy obvio, está decepcionado de lo que dijo Kane, sabe que arruinó lo que había logrado hasta el momento.

— Sí... bueno. — Hago mi mayor esfuerzo por no tomarlo personal, por no molestarme, pero se me hace imposible. — Lamento mucho ser tan torpe. Suerte con su cabina de besos.

Antes de darme la vuelta para ir hacia la fuente veo como Denver le pega a Kane con su antebrazo en el tórax. Hago mi mayor esfuerzo para caminar como Jen me enseño, debo caminar con un pie detrás del otro contoneando las caderas, según ella eso es sensual, solo espero no verme ridícula.

Al llegar a la plaza veo a Shawn sentado junto a la fuente, está vestido con unos converse grises, pantalón azul, una camisa de vestir blanca y chaleco de lana gris. Está tan concentrado en su celular que no me nota hasta que estoy parada frente a él, en ese momento se levanta para poder saludarme con un beso en la mejilla.

— Es tarde, lo siento. ¿Llevas mucho tiempo esperando?

— Yo llegué un poco temprano. — Intenta hacerme sentir mejor. — Llegas a tiempo ¿Vamos?

— Olvidé mencionarte algo. — Lo detengo. — La única condición que tengo para que estemos juntos en la feria es que me dejes pagar algunas cosas, no quiero que tu pagues todo ¿Sí?

— ¿Qué te parece si tú pagas las entradas y yo la comida? Para los juegos nos podríamos alternar pagando uno tú y luego otro yo.

— Buena idea.

Su propuesta me agrada, y de verdad me alegra que respete lo que quiero, lo menos que quiero que piense es que soy interesada, mis padres no me enseñaron a ser una mujer independiente por nada.

— Te ves hermosa, me gusta como el color de tu vestido resalta tus ojos. — Dice mientras hacemos la fila para poder pagar las entradas.

En ese momento me sonrojo, siento que mi rostro se torna completamente rojo, intento responder, pero las palabras no salen de mi boca, simplemente veo el suelo y sonrío como tonta.

— Nunca te había visto sonrojada, pero me gusta verte así.

Intento hacer contacto visual, pero la timidez no me lo permite.

— ¿Cuántas entradas? — Pregunta el chico de la entrada, al verme la cara nota que soy una de las chicas de la subasta, luego nota a Shawn junto a mí. — Pueden pasar. — Quita la cinta para que podamos entrar.

— Es por eso por lo que dijiste que yo pagaba las entradas ¿No es así?

— No tenía idea— Intenta parecer sorprendido.

— Eres un mentiroso. — Le pego levemente con mi bolso en el brazo. — Por supuesto que lo sabías. Solo por eso voy a invitarte a comer y no puedes negarte.

— Creo que lo merezco. — Dice riendo. — Bien, puedes invitarme un pretzel, me encantan los pretzel.

Veo a mi alrededor hasta encontrar los puestos de comida.

— Está bien, creo es están por allá.

Camino junto a Shawn, con tacones a penas llego a su hombro. Siento el roce de su mano en mi brazo, creo que tiene la intención de tomar mi mano, pero no se anima a hacerlo. ¿Debería tomar su mano? No, no estoy segura de que eso es lo que quiere, podría quedar en ridículo si intento tomar su mano y él la mueve para que no se la tome, mejor no haré nada. Al llegar al puesto veo que tienen pretzels, manzanas con caramelo y algodón de azúcar.

— Quiero un pretzel y un algodón por favor.

— Son diez dólares.

Saco de mi billetera un billete de 20 para dárselo a la chica que atiende el puesto, de inmediato me da mi cambio.

— Me gusta eso de ti. — Dice Shawn, sonríe mientras me ve.

— ¿Qué cosa? — Pregunto desconcertada.

— Que tomes la iniciativa, que no te de miedo ser tu misma. Otras chicas habrían comido un pretzel solo porque yo dije que me gustan los pretzel, es más eres una de las pocas que se ofrece a pagar.

— Así soy yo. — Levanto los hombros. — No vine al mundo para complacer a las personas.

— El pretzel y el algodón.

La chica del puesto nos da nuestro pedido, caminamos por la plaza mirando cada juego y cada puesto donde venden llaveros, tazas, camisetas, peluches y flores, también pasamos cerca de la discoteca, junto a ella está el puesto de los besos. Denver es el cajero, recibe el dinero de las chicas afuera de la cabina, Kane y Caleb tienen los ojos vendados, están de pie, uno junto al otro, Caleb besa a una chica morena, ella es un poco más alta que él, Kane por otro lado besa a una chica rubia muy bonita, desvío la mirada para no prestarle demasiada atención, afuera de la cabina hay dos filas de chicas, las que esperan para poder besar a Caleb y las que esperan para besar a Kane.

— ¿Tú no deberías estar allí? — Señalo la cabina.

— No, este año me ofrecí a ser cajero igual que Denver, me toca ayudar después de la subasta.

— ¿Por qué este año decidiste no participar de la otra forma? Ya sabes... dando besos. — Aclaro.

— No lo sé. — Dice un poco incómodo. — Creo que no dejo de pensar en la única chica a la que quiero besar.

Sonrío nuevamente como tonta, esta vez intento mantener el contacto visual con Shawn, al desviar un poco la vista veo a Kane sin la venda en sus ojos, toma un poco de agua de una botella, tira el resto en el césped junto a la cabina.

— Oye Shawn. — Grita mientras se acerca a nosotros. — Si no estás muy ocupado ¿Puedes comprar unas botellas de agua? Ya se agotaron. — Le muestra la botella vacía.

Shawn lo ve unos segundos, él sabe perfectamente porque está haciendo eso, quiere alejar a Shawn de mí ¿Por qué? No sé.

— Te acompaño. — Le digo a Shawn.

— Debes estar cansada por usar esos tacones, además Shawn puede solo ¿No es así hermanito?

— Claro. — Responde después de mirarlo un momento a los ojos. — Ahora vuelvo. — Se dirige a mí.

— No sabía que vendrías con él. — Espera a que Shawn se vaya antes de hablar. — ¿Qué harán luego?

— ¿Vienes a sugerir que usemos condón porque no quieres ser tío aún? — Pregunto muy molesta.

— No, yo no pretendía...

— Si es así puedes irte al carajo, no soy como las chicas con las que has salido, esas que abren las piernas en la primera oportunidad que tienen. No estoy tan desesperada como crees.

— Yo sé que no. — Intenta decir algo más, pero lo piensa un poco antes de decirlo. — Solo quería saber que tenías planeado hacer luego, pensaba que podríamos ir por un helado o algo así.

Kane se da media vuelta para volver a la cabina. Ahora me siento como una tonta ¿Por qué siempre que hablamos terminamos peleando?

— Kane.

Sé que me escucha llamarlo, pero no se detiene, sigue caminando hasta llegar a la cabina donde una chica lo espera, sin ponerse la cinta en los ojos la besa apasionadamente, tomando su rostro con una mano y con la otra puesta en su cintura la acerca a él, yo sé que me está mirando mientras la besa ¿Está intentando darme celos?

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