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Capitulo 53 El último logro de caballero (parte 4)

—Perspectiva de Asher Frostblade.

Regresando a la habitación, Clara, Alicia y yo estuvimos en silencio. Los minutos se sintieron como horas, pero realmente no estaban pasando horas; el silencio era el culpable de que el ambiente se sintiera lento.

Pero de algo estoy muy seguro...

"Esto es muy incómodo".

Por supuesto, después de todo estoy en una habitación con dos mujeres y dos camas, lo que significa que tendré que dormir con compañía.

Solamente de pensar en eso me incomoda mucho. No es que realmente me importe, pero eso es porque en mi vida pasada dormía solo y estaba acostumbrado, y de hecho había momentos en los que no dormía incluso más de una semana, por lo que estoy acostumbrado a la soledad.

Pero en este momento es muy diferente; esta vez estoy rodeado de dos mujeres en una habitación que no es tan espaciosa y que solo tiene dos camas.

"¿Pero por qué la habitación de Dik y Félix...? Oh, es verdad".

En la habitación de Dik y Félix hubo un problema: la segunda cama estaba dañada, el colchón estaba podrido y tenía un mal olor, y por eso Dik está compartiendo cama con Félix.

"Prf..."

De hecho, casi se me escapa una risa de lo que acabo de pensar.

Dos hombres en una cama, uno que es viejo y el otro joven... Simplemente me tapé la boca con la mano para evitar reírme.

Es muy gracioso.

"Eh... Un momento, esta risa nunca la había experimentado así de fácil".

Pensando detenidamente, nunca me reí por pensar en algo. Es muy extraña esta emoción.

Pero es muy agradable, de eso estoy seguro.

Mirando por la ventana, eran más o menos las seis. La noche estaba en todo su esplendor y la luna colgaba en el cielo nocturno; las estrellas iluminaban el cielo, pero entonces recordé algo.

"Esa luna... Me recuerda a la luna roja cuando morí".

De hecho, tenía curiosidad por esa luna color rojo carmesí. Era una luna muy extraña que me daba la sensación de que me estaba mirando mientras sonreía por mi muerte. Esa noche de mi muerte estaba regresando a mí justo ahora.

"Mierda... Es mejor olvidar eso".

Mi muerte fue hace un año, así que es mejor olvidar lo del pasado. Después de todo... esa muerte tan miserable que tuve me enoja tanto.

"Oye, ¿estás bien?" La voz de Clara llegó a mis oídos.

Entonces ella apareció a mi lado y miró al cielo nocturno. La ventana es ancha, por lo que había espacio para los dos.

Mirando a Clara, ella nuevamente habló.

"Incluso cuando es de noche no te quitas la máscara".

"Bueno, me la quito cuando estoy solo".

"Oh, ahora que lo recuerdo, ¿no me ibas a enseñar qué hay detrás de esa máscara?"

"..."

Dudando por unos segundos, miré a Alicia, que estaba afilando sus dos dagas. Luego miré a Clara nuevamente.

"Bueno... Tenía pensado revelar mi rostro cuando lleguemos a la ciudad imperial, pero..."

Mirando nuevamente a Alicia, regresé a ver a Clara.

Entonces llevé mi mano a mi máscara y lentamente empecé a quitármela, revelando mis cejas.

"Creo que ya es tiempo de que vean mi rostro", pensé. Mi máscara lentamente bajó y entonces...

Unos ojos rojos como la sangre y mi cabello plateado se mostraron mejor. Luego procedí a terminar de quitarme la máscara, revelando todo mi rostro.

El rostro de Clara quedó en blanco mientras su boca se abrió de la sorpresa.

Entonces salieron sus palabras.

"Eres... de la realeza".

Rápidamente respondí a sus palabras.

"No, no lo soy. Aunque me parezco mucho a la realeza, no soy parte de ellos".

"..."

"Oye, ¿no estás muy...?"

"Mmm... Disculpa, es que no creí que fueras tan..."

¿Tan qué? Clara se detuvo antes de terminar sus palabras, pero entonces...

"Golpe".

Algo cayó al suelo. Entonces miré hacia atrás y fue entonces que Alicia me estaba mirando de la misma manera que lo hacía Clara. Las mismas palabras salieron de Alicia.

"Eres de la realeza".

"No, no lo soy".

Por supuesto, mi apariencia es considerada como de la realeza. Después de todo, el color de cabello y el color de ojos, todos estos aspectos son iguales a los de la realeza.

Por supuesto, podría cambiar el color de mis ojos y cabello si el maná de la oscuridad los transformara, quedando con cabello oscuro y ojos púrpuras, pero decidí no hacerlo.

"Eres... tan guapo", Alicia habló repentinamente.

"..."

Simplemente miré a Alicia en blanco. Ella definitivamente habla sin rodeos y al instante.

"O-oye, ¿pero por qué muestras tu rostro? Pensé que nunca lo mostrarías".

"Bueno, cambié de opinión. Siento que les estoy ocultando algo y no quería sentirme así".

"Ya veo, entonces lo hiciste por eso".

Mirando a Alicia y Clara, ellas dos rápidamente hablaron.

"Bueno, aunque no mostraras tu rostro, sabíamos que lo ocultabas por alguna razón y ahora parece que lo sabemos".

"No, de hecho, ni siquiera yo sé por qué debo llevar esta máscara. Digamos que mi maestra me la dio, pero no me dijo la razón".

Después de ser entrenado por medio año, consideré a Oriana como mi maestra; incluso la llamé así una vez, pero desafortunadamente recibí un golpe tan fuerte que me desmayé por varias horas.

Desde entonces, no la volví a llamar maestra. Esa es la única mujer a la que le tengo miedo.

Simplemente pensar en Oriana me puso los pelos de punta.

"Suspiro".

Suspirando, miré a las dos frente a mí. Aún seguían con los rostros muy sorprendidos.

"Creo que tu maestra te dio esa máscara porque te pareces a la realeza", Clara habló en ese momento.

Bueno, en eso Clara tenía razón. Aunque Oriana me entregó la máscara, de hecho nunca me dijo que me parecía a un miembro de la familia real.

"En fin, es mejor que no bajemos la guardia. Tengo un mal presentimiento justo ahora", Alicia habló mientras miraba hacia la pared.

Estaba por olvidarme del asunto de esos tres sujetos sospechosos. No hay que bajar la guardia por el momento.

Es de noche y esta hora sería buena para matar a las personas. Lo sé muy bien porque yo hacía eso... aunque no me gusta pensar en eso.

"Si tienes un presentimiento, entonces algo sucederá", Clara habló como si estuviera segura de las palabras de Alicia.

Por alguna razón, Alicia siempre tiene razón. No soy solo yo; también cuando tiene un mal presentimiento, algo relativamente malo sucede, como una aparición de monstruos o una persona que nos intenta matar. Básicamente, es como un detector del peligro.

"Por cierto, ¿por qué ustedes están muy callados?", dirigí esas palabras a Encrid. Encrid respondió al instante.

"Bueno... estaba descansando".

"..."

¿Qué demonios es eso?

"Una última palabra: parece que se empezarán a mover pronto. Ten cuidado. Si necesitas ayuda, avísale a Isabella".

"Oye idiota, ¿y por qué a mí? Él es tu sucesor, ¿no es así?"

"..."

Me quedé en silencio, pero rápidamente me concentré.

Las fluctuaciones de maná se estaban alterando. Son indicios de que alguien está usando maná para empezar a atacar.

"Parece que entraremos en acción muy pronto", hablé en voz baja y Alicia y Clara asintieron.

***

—Cambio de escena.

—Perspectiva de Sebastián.

Levantando su daga, Sebastián miró a Pedro.

"Oye, ¿en serio tienes que usar esa hacha tan grande siempre?"

"Jejeje, me gusta esta arma, jefe. Puedo partirles la cabeza a mis presas de un solo golpe".

"..."

Sebastián pensó por un momento. Este tipo es un maldito loco psicópata con una gran hacha.

Incluso Sebastián tiene sus límites en cuanto a matar. Aunque suele torturar a veces a sus presas, no siempre es así y acaba con las torturas muy rápido.

Pero ver a Pedro de esa manera... es un completo psicópata de pleno derecho.

"Jefe... ¿cuándo empezamos?"

Vendrik se había acercado a Sebastián. Vendrik parecía impaciente; ya no quiere esperar más y ver la sangre de sus presas. Vendrik estaba ansioso; incluso él también es un psicópata.

Sebastián es el único con la cordura más clara de todo el grupo.

Entonces Sebastián respondió.

"En unos minutos. Todavía tenemos que esperar la oportunidad perfecta".

Sebastián es muy meticuloso, por lo que le gusta esperar el tiempo que sea necesario, siempre y cuando sus objetivos sean asesinados o capturados. Cada movimiento que Sebastián suele hacer termina en un gran éxito y eso aplica en este momento.

Faltaban unos minutos para hacer su jugada.

"Son más de las siete de la noche. Tardaremos media hora en terminar, así que no bajen la guardia. No quiero perder mucho tiempo".

"Entendido, jefe".

"Él viene a la medianoche", Sebastián miró a Emilia en ese momento.

"Así que tenemos tiempo para divertirnos un rato. Mientras tanto, mis monedas de oro estarán en silencio aquí".

Esas palabras obviamente fueron para Emilia, quien estaba atada a la pared con la boca tapada. Por supuesto, las lágrimas no dejaban de caer.

Sebastián frunció el ceño y chasqueó la lengua.

"Deja de llorar, es muy molesto, niña".

"Bien, entonces es hora de partir. Entraremos por la ventana".

Entonces Sebastián y los dos hombres salieron por la ventana, mientras Emilia observaba cómo se iban a matar a las personas.

***

—Cambio de escena.

—Perspectiva de Emilia Merwin.

En el momento en que Emilia vio a esos tres sujetos salir, rápidamente el maná salió de sus manos.

La familia Merwin, conocida como una de las diez familias más fuertes y estando entre las tres más poderosas, tiene dos elementos que han heredado desde el primer patriarca de la familia.

Conocidos por los elementos del aire y el rayo, estos fueron heredados desde el primer patriarca. Pero Emilia es diferente, con tres elementos a su disposición. Estos tres elementos son los mismos que toda la familia Merwin tiene, y el tercer elemento que Emilia posee es el fuego.

Con tres elementos, Emilia es muy diferente a los demás de su familia. Desde pequeña entrenó a diario con los tres elementos al mismo tiempo, y actualmente está cerca del segundo círculo, siendo uno de los pocos niños que se convierte en mago del primer círculo a una edad temprana.

El maná de Emilia, de un color blanco, empezó a salir de sus manos y lentamente llegó a las cadenas que la tenían atada.

"Clank".

Por suerte, las dos cadenas que sostenían ambas manos de Emilia se rompieron rápidamente, cayendo al suelo.

Emilia se miró las manos y se quitó la tela que estaba en su boca, pudiendo ahora hablar.

"Esos sujetos... Matarán a más personas aquí mismo... Debería ayudar".

Emilia descartó esos pensamientos.

Si intenta salvar a esas personas, ella estaría en peligro. Además, ni siquiera sabe si las personas que esos tres van a matar son fuertes o si pueden luchar contra esos tres sujetos.

Entonces, pensando bien, Emilia tenía que escapar y llegar a su familia lo antes posible y reportar lo sucedido. Si lo hacía, la ayuda vendría aquí y podría rescatar a las personas de esta posada.

Pero no hay tiempo, no hay forma de salvar a las personas de esta posada a tiempo. De eso Emilia estaba segura.

"Pero aunque escape... el bosque está cerca y hay monstruos de grado 8".

Ese era un problema. No puede escapar tan fácilmente; incluso si lo hiciera, esos tres sujetos la alcanzarían rápidamente.

No es una tarea tan sencilla.

"Maldición... sollozo... no puedo irme".

Llorando, Emilia se lamentó. Aunque en este momento estaba libre, no podía ir a ningún lado. El bosque está lleno de monstruos, las tierras de la familia Merwin están en la ciudad imperial, y la ciudad más cercana a este lugar está a un día entero de distancia, y en ese tiempo, los tres sujetos la podrían alcanzar.

¿Qué opciones tiene? Por supuesto, ninguna.

Emilia está destinada a no sobrevivir. No puede escapar ni pedir ayuda, a menos que alguien realmente fuerte llegue en este momento, pero las posibilidades son tan escasas que es mejor no pensarlo.

Acercándose a la pared, Emilia trató de escuchar lo que estaba sucediendo al otro lado, pero...

"¿Por qué no se escucha nada?"

De hecho, cuando esos tipos se fueron, no se escuchó ruido del otro lado de la pared. Es como si nunca hubieran llegado.

"¿Y si ellos...?". Emilia descartó rápidamente esa idea.

¿Cómo demonios moriría ese sujeto llamado Sebastián, incluso si es capaz de pelear con un mago del cuarto círculo?

Por lo que Emilia descartó la idea de que esos tipos perdieron. Así que trató de escuchar mejor y tener al menos una idea de lo que pueda pasar, pero entonces...

"¡Estallido!"

Rápidamente, Emilia se alarmó. Entonces se acercó a la ventana y vio a dos mujeres peleando con dos de los sujetos. Pero entonces vio a un niño, de su misma altura, y cuando vio el color de sus ojos y su cabello, pensó rápidamente.

"Es uno de los príncipes, un miembro de la familia real está aquí".

Por supuesto, Emilia no tiene idea de que Asher no es de la familia real; simplemente lo está confundiendo.

"Él... está peleando con el líder".

Emilia miró a Sebastián y Asher que estaban a punto de pelear, y entonces supo de inmediato.

"Debo ayudar", pero descartó la idea al instante. Entonces, un maná oscuro surgió del "príncipe de la familia real" de todo su cuerpo. En ese momento, Emilia abrió bien los ojos...

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