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Capítulo 15: Un despertar lleno de amor

Capítulo 15: Un despertar lleno de amor

Narra Isabella

Desperté entre los cálidos brazos de Lucas, con una sonrisa en mi rostro al recordar todo lo que había sucedido la noche anterior. Sentía mi corazón lleno de amor y gratitud por tener a Lucas a mi lado.

Observé a Lucas mientras dormía, admirando su rostro tranquilo y sereno. No pude resistir la tentación de acercarme y comenzar a besar su frente, su mejilla y su torso, dejando pequeños rastros de amor en cada beso.

Poco a poco, sus labios se curvaron en una sonrisa mientras despertaba lentamente, encontrándose con mis caricias matutinas. Sus ojos se abrieron y se encontraron con los míos, llenos de amor y felicidad.

- Buenos días, mi amor - susurré, acariciando suavemente su mejilla.

- Buenos días, Isabella - respondió con voz suave y somnolienta, devolviéndome la sonrisa.

Nos quedamos allí, enredados en un abrazo amoroso, disfrutando de la calidez y la intimidad del momento. Era como si el mundo entero se hubiera desvanecido y solo existiéramos nosotros dos.

- Anoche fue mágico, Isabella - dijo Lucas, rompiendo el silencio - Nunca olvidaré ese momento especial que compartimos.

Mis mejillas se sonrojaron al recordar la pasión y el amor que habíamos experimentado juntos.

- Yo tampoco lo olvidaré, Lucas. Fue un momento único y especial para los dos. Me siento afortunada de tenerte en mi vida - confesé, mirándolo a los ojos.

Lucas acarició mi mejilla con ternura y sus ojos brillaron con amor.

- Eres lo mejor que me ha pasado, Isabella. Te amo más de lo que puedo expresar con palabras - me dijo con sinceridad.

Sentí mi corazón llenarse de alegría al escuchar esas palabras. Sabía que nuestro amor era verdadero y profundo.

Nos besamos con suavidad, compartiendo un beso lleno de amor y gratitud. Era un beso que sellaba nuestro compromiso y nuestra promesa de estar juntos en cada momento, tanto los buenos como los difíciles.

Nos levantamos de la cama y nos abrazamos, disfrutando de la cercanía y el calor de nuestros cuerpos. Sabía que este era el comienzo de una nueva etapa en nuestra relación, llena de aventuras y momentos inolvidables.

Me dirigí al baño con la intención de disfrutar de una refrescante ducha. Mientras el agua caía sobre mi cuerpo, cerré los ojos y me sumergí en la sensación relajante del champú espumoso. De repente, sentí unas manos cálidas rodeando suavemente mi cintura. Sin necesidad de abrir los ojos, supe de inmediato que eran las manos de Lucas, mi amante apasionado.

- ¿Nos bañamos juntos? - susurró él en mi oído, sus labios rozando mi piel y enviando escalofríos por todo mi cuerpo. No pude resistirme a su provocación y sin pensarlo dos veces, giré rápidamente y le planté un beso apasionado en los labios, empujándolo suavemente contra la pared.

- Hazme tuya, Lucas - suspiré, dejando escapar mis deseos más profundos. Sus ojos brillaron con una mezcla de deseo y amor mientras acariciaba mi rostro con ternura.

- Tu deseo es una orden para mí - susurró él con voz ronca, dejando claro que estaba dispuesto a satisfacer cada uno de mis deseos. Comenzó a besarme el cuello con suavidad, mientras yo enredaba mis manos en sus cabellos mojados, disfrutando de la sensación de su piel contra la mía.

Sus labios encontraron mi hombro y descendieron lentamente, dejando un rastro de besos ardientes a su paso. Mi cuerpo se estremecía de placer ante cada caricia, y no podía contener los suspiros de éxtasis que escapaban de mis labios.

- Te amo, Isabella - susurró Lucas entre besos, su voz llena de pasión y devoción. Sentí mi corazón llenarse de amor y gratitud por tenerlo a mi lado.

- Te amo, Lucas - respondí con sinceridad, dejando que mis palabras expresaran todo lo que sentía por él. Nuestro amor era intenso y profundo, y cada encuentro era una muestra de la conexión única que compartíamos.

En un momento de pura entrega, Lucas me levantó con cuidado y me posicionó de manera que su miembro encontrara la entrada de mi ser. Con un solo movimiento, se adentró en mí, provocando una oleada de placer indescriptible.

Un gemido de pura satisfacción escapó de mis labios mientras nuestros cuerpos se fundían en una danza erótica llena de pasión y deseo. Cada embestida era un eco de nuestro amor, y no podía evitar perderme en el éxtasis que Lucas me brindaba.

- Aaaaaaaa, sííííí, Lucaaasss - gemí sin inhibiciones, entregándome por completo al placer que él me proporcionaba. Nuestros cuerpos se movían en perfecta armonía, alcanzando un clímax que nos dejó sin aliento y nos unió aún más en un lazo de amor y pasión indisoluble.

- Te amo, Isabella - suspiró Lucas, sus ojos brillando con un amor inquebrantable.

- Te amo, Lucas - respondí con una sonrisa radiante, dejando que mis palabras expresaran todo el amor que sentía por él. Nuestro vínculo era fuerte y cada vez más profundo.

- ¿Y si nos bañamos otra vez? - sugerí con picardía, deseando sentir la conexión íntima que solo compartíamos en la ducha.

Una sonrisa traviesa se dibujó en los labios de Lucas mientras asentía.

- Sí, definitivamente lo necesitamos los dos - respondió con entusiasmo.

Nos dirigimos nuevamente al baño, con la anticipación de disfrutar de un momento íntimo y revitalizante juntos. El agua tibia acariciaba nuestros cuerpos, creando una atmósfera de sensualidad y complicidad.

Después de un baño lleno de caricias y besos apasionados, salimos del agua y nos envolvimos en suaves toallas. El aroma del jabón aún impregnaba el aire mientras nos dirigíamos a la cocina para disfrutar de un delicioso desayuno juntos.

Sentados en la mesa, compartimos risas y miradas cómplices mientras saboreábamos nuestras comidas favoritas. El amor y la felicidad llenaban el ambiente, recordándonos lo afortunados que éramos de tenernos el uno al otro.

El desayuno se convirtió en un momento especial de conexión y complicidad, donde nuestros corazones se unían aún más. Cada palabra y cada gesto eran una expresión de nuestro amor mutuo, fortaleciendo el lazo que compartíamos.

Después de disfrutar de una comida reconfortante, nos miramos con complicidad y supimos que el día estaba lleno de promesas y aventuras. Tomados de la mano, nos dirigimos hacia el futuro con la certeza de que nuestro amor nos guiaría en cada paso del camino.

Juntos, nos preparamos para enfrentar el día, sabiendo que teníamos el amor y el apoyo mutuo para superar cualquier desafío que se presentara en nuestro camino.

Ese día, nuestro amor se fortaleció aún más. Nos prometimos estar ahí el uno para el otro, celebrando cada momento de felicidad y apoyándonos en los momentos difíciles.

Y así, comenzamos nuestro día con una sonrisa en nuestros labios y el amor en nuestros corazones, listos para enfrentar lo que el futuro nos deparaba.

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