—Haah~
Mientras el sol salía sobre la Ciudad de Arcadia, Kiba dejó escapar un suspiro dramático. No había dormido después de su confrontación con Martha y Reina del Hielo, así que se sentía cansado, no solo físicamente sino también mentalmente.
—¡Luchar es realmente una tarea agotadora! —se quejaba mientras se teletransportaba dentro de su bar privado. Claudia ya estaba allí, sirviéndole whiskey.
—[[El sexo también lo es, pero nunca te veo quejándote.]] —replicó Claudia.
Kiba se estremeció.
—[[Oh espera, de eso también te quejas diciendo cuánto trabajo tienes que hacer solo!]] —añadió Claudia.
Kiba hizo lo posible por ignorarla y sorbió el whiskey.
Pero Claudia no paraba, era difícil encontrar oportunidades para burlarse de él, y no pensaba desaprovechar la oportunidad de oro ahora.
Unos minutos después, el rostro de Kiba se puso rojo.
—...¿Qué se necesitará para que pares!? —preguntó Kiba.
—[[La muerte, señor.]]
Kiba la miró fijamente. Ella le devolvió la mirada.
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