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Capítulo 11 Regreso al Norte

POV Catelyn Stark

294 AC 

Winterfell

Las responsabilidades de una dama, ese siempre había sido el dilema de su vida. No por nada había pasado toda su niñez aprendiendo de las septas. Ahora era el turno de sus hijas, para que cuando sean mayores vivan acorde con los principios que ella misma ejerció.

Tenía la férrea esperanza de llevar a sus hijas al sur, donde la vida cortesana las llenaría de paz y felicidad. Deseaba un compromiso regio y de buen nombre; sin embargo, cierto incidente le puso los pelos de punta.

- ¿El heredero Bolton vendrá a Winterfell? Pregunto, un imperceptible temor se filtró levemente en su pregunta.

Su esposo siempre supo de su renuencia hacia los Bolton y todo lo que implicaba cualquier trato con el insidioso Roose Bolton. Lo dio por sentado cuando increpo la noticia, Domeric Bolton vendría a jurar lealtad, el Lord de Dreadfort había sido envenenado, aparentemente.

- Sera por unos días, el muchacho tiene que continuar con el legado de su casa.

- ¿Y sabes si tiene intenciones de continuar el absurdo pedido de su padre? Pregunto.

- Lo dudo. La certeza no era el fuerte de los Stark.

Comentar el asunto la ponía en alerta. Sean creyente de los siete o no, las costumbres norteñas eran más que suficientes para desear la distancia de su futuro invitado. Sabía que no estaba bien juzgar antes de conocer; pero, como se decía: "La manzana no pudo haber caído tan lejos del árbol"

- No tienes que preocuparte por nada. Por otro lado, tuve una reunión con Harrion Karstark y teníamos previsto unir su casa con la de los Bolton.

- ¿Enserio? Y Lord Karstark ¿Estará de acuerdo? Era cuanto menos apropiado, no por nada, pero los Karstark no eran una mala opción, en su opinión.

- Dio su consentimiento, llego un mensaje confirmándolo esta mañana. Dijo cuándo le mostro el mensaje en sus manos.

Cierta tranquilidad que había olvidado volvió a su alma. No importaba si era el abanderado más insidioso de su esposo, sus hijas valían más que una alianza conveniente.

- Este asunto será delicado, aún estoy en deuda con Roose Bolton. Pude callarlo con permisos navales; de hecho, el asunto fue más una contramedida para los rebeldes Greyjoy que una recompensa.

- Tal vez no sea para tanto ¿Tienes intención de festejar su juramento? Pregunto, sabiendo que la tarea recaería en ella.

- Si, esperemos que el niño Bolton sepa comportarse, el maestre Luwin tenía buenas referencias, no lo creeré hasta que lo vea.

- Entonces empezare desde ahora. Dije, organizar banquetes no fue una tarea sencilla.

- Gracias…

Escucho, cuando su esposo planto un beso en su frente, abandonado el lugar. El salón de Winterfell quedo en silencio nuevamente, salvo por los sirvientes encargados del lugar que hacían sus actividades en silencio.

En su mente imaginó como sería la bienvenida. Sus hijos conociendo al niño Bolton y el niño Bolton jurando lealtad a su esposo. Mientras más lo pensaba la tranquilidad poco a poco dio paso a la incredulidad. La idea de un niño como abanderado de su esposo le dio dudas "Era solo un niño ¿Qué mal podía hacer?" Pensó.

 ¿Estaba entusiasmada con la unión de los Bolton y Karstark? Probablemente sí, aunque saber que sus hijas algún día tendrían que pasar por aquello dejo cierta melancolía en sus pensamientos. Inevitablemente recordó su hogar.

Sintió que nuevamente, había tomado las cosas demasiado enserio.

POV Ramsay

294 AC

En algún lugar del Mar del Atardecer…

El lugar apestaba a estiércol, mucho más de lo que imaginaba. La madera húmeda desprendía un olor a moho tan desagradable, como el frio que le penetraba hasta el hueso. El movimiento del mar había calado en sus sentidos, ahora tenía nauseas cada vez pensaba en agua. Podía vomitar en cualquier momento, pero lamentablemente o a buena hora, había perdido el apetito hace varios días y su estómago estaba completamente vacío.

Había recorrido todo Westeros para llegar a la Citadel. Ahora estaba en un maldito barco rumbo a White Harbor. Después de eso, planeaban llegar a Winterfell en unos días.

- ¡Otra vez, toca de nuevo!!!

- ¡Otra, otra, otra!!!

- ¡Otra, otra, otra!!!

- ¿¡Los maestres te enseñaron eso!?

Sentado en su miserable esquina vio el espectáculo que transcurría en el maldito barco.

La comida se repartía en abundancia, había carne de puerco, hogazas de pan, vinos, frutas y demás. El licor fue lo que más abundo en el maldito viaje. Los marineros bebían con todo su corazón mientras festejaban por alguna razón inventada llena de excusas. Otros tantos marineros, tirados en suelo de alguna esquina, vencidos por el desenfreno ya alcoholizados hasta los huesos.

La música se elevó en el ambiente, las melodías calmaron su mal sabor de boca. A pesar de todo, disfrutar del rítmico sonido había sido relajante, tanto como pudo en su precaria situación.

Los marineros festejaban, no podía ser más miserable en tal estado deplorable. En ese momento los aplausos surgieron.

- ¡Esta bien! ¡Está bien! Esta pieza se llama…

- Maldito Domeric…susurro para sí mismo.

Su padre había muerto hace poco Pensó, supuso que Domeric tuvo más tiempo para procesar su perdida. Dedujo que ahora estaba tratando de olvidar su dolor tocando ese instrumento llamado violín. ¿Puede ser por tristeza? Pensó distraídamente, o puede ser que simplemente este feliz por su nuevo señorío, maldijo nuevamente. ¿Debe estar feliz de su muerte? Se preguntó, cuando la imagen del fallecido padre llego su mente.

La melodía melancólica del violín volvió a sonar. El instrumento llego a ser triste en muchas partes. Los sonidos le recordaron su dulce infancia y la triste despedida de su madre. Poco a poco un nudo en su garganta se fue formado. ¿Fue el instrumento o fue Domeric el que provocaba tal emoción? Se preguntó.

- ¡Bua! ¡bua! ¡bua!!!

Los llantos no tardaron en aparecer, aunque no fueron los suyos. En este caso, un recién conocido Tylan Rivers, otro bastardo, se dejó llevar por la melancólica melodía.

¿Estará Domeric coleccionando bastardos? Ese pensamiento lo hizo voltear en la dirección del bastardo. Tenía el pelo castaño, ojos almendrados y una espesa barba que dibujaba su rostro. Vestía la típica túnica de los maestres, pero en color oscuro. Portaba una cadena de plomo y plata. Según le explico, eran sus méritos en las artes de la curación y los venenos.

Mientras el sujeto lloro a cantaros vio que el licor de "cosecha propia" había rondado los vasos de todos los tripulantes. Había probado la nueva bebida de Domeric, y para su sorpresa descubrió que no había mejor forma de calentar el cuerpo. Su hermano tenía buenos gustos, al menos en bebidas.

- Veo que aun estas batallando con el mareo. Dijo Domeric, cuando se acercó lentamente a su esquina.

- No lo llamaría así, es más una batalla perdida.

- Tienes mejor color que ayer.

Sabía que el futuro Lord Bolton estaba ebrio, tenía el rostro beodo y el cuerpo atestado de licor, su aliento alcoholizado lo delato. Las manos que manejaron el instrumento de manera magistral también le servía para emborracharse. Se preguntó, como maniobrar el violín cuando uno apenas podía sostener el cuerpo de lo borracho que estaba.

- Ya lo sé ¿Y tú tienes licor en tus venas? ¿Cómo esta siquiera en pie? Pregunto, Domeric siempre lo sorprendió, incluso ahora, cuando entendía mejor las cosas que cuando era un mocoso.

- Es un secreto, lo aprendí en la Ciudadela.

- ¿Un secreto?

- Una poción, revitaliza el cuerpo, también sirve para otros propósitos.

- Ya veo… ¿y me puede curar?

La idea de llenar su estómago le llevo a preguntar, saciar su hambre fue primordial. Vendería sus pocas pertenecías si pudiera recobrar la fuerza y abandonar su miserable esquina.

- No funciona de esa manera Ramsay, pero puedo mejorar tu ánimo.

- ¿Enserio? No quiero contradecirte, pero eso solo pasara si no estoy con un pie en la tumba. La nauseas no pueden matar, pero definitivamente pensamientos suicidas rondaron sus pensamientos eventualmente.

- Tu estado es temporal, por otro lado, si no quieres ser nombrado Lord está bien.

¿Había escucho mal? A pesar de su falta de conciencia una leve aspiración surgió en su mente. ¿Un lord? ¿El? Fue sorprendido, incluso sus manos temblaban ligeramente, respirar le resulto difícil aún más de lo que ya era.

- ¿¡Hablas en serio!? Respondí rápidamente, en estos casos tenía que ser audaz.

- Si, pero no hoy y tampoco dentro de los próximos años.

La desilusión volvió. No podía haber pedido milagros, las cosas nunca serian fáciles para un bastardo.

- Lord Stark intentara ganarse mi confianza. Padre vacío nuestras arcas en la guerra de los malditos Greyjoy y aún no ha correspondido como es debido.

- Entonces…

- Pediré permiso. Si queremos nombrarte mi abanderado apropiadamente debemos pedírselo primero a él.

- Entiendo…y luego al Rey.

Mirando a su hermano. Pensó que las cosas cambiarían mucho en Dreadfort.

En ese instante, las manos de Domeric rebuscaron los bolsillos de su abrigo, definitivamente era algo importante. Un pequeño frasco con líquido rojizo entro en su visión, un aura mágica envolvió el ambiente en ese instante. Con la mano derecha lo destapo y un olor embriagador entro en sus sentidos.

- Esto es esencia de Weirwood diluida, así que puedes beberlo directamente. Deberá ayudarte un poco.

- Gracias, Domeric…

Con un poco de esfuerzo puso el líquido dentro de su boca. Un sutil sabor dulce empalago sus sentidos. Momentos después el ambiente empezó a desdibujarse lentamente. Sintió que los balanceos del barco ya no le afectaban tanto.

Pero no fue lo único que sintió ya que también recupero el sentido que había perdido con el pasar de los días. Inusitadamente el cansancio también llego. Fue ligero y apacible tanto que sus parpados se pusieron pesados.

- ¿Provoca sueño verdad? No te preocupes es seguro en dosis pequeñas…

La voz de Domeric se fue dispersando. El sueño por fin lo había alcanzado. Por fin podría dormir en este maldito barco.

POV Domeric

294 AC

Winterfell

La respiración pesada y constante de los caballos acompaño la rápida cabalgata de nuestra marcha. El galope incesante nos acercó lentamente a nuestro destino.

En el lejano horizonte, una espesa nubosidad cubrió el ambiente. El amplio camino de tierra, cubierto de humedad y nieve, sirvió como recordatorio de su augurado retorno, había regresado al norte.

Una enorme construcción los aguardaba, imponente, donde la vista apenas llegaba. Tenía gruesas y altas murallas. En su interior, varias torres amplias se erguían, una fina capa de nieve vestía su fachada, habían llegado a Winterfell. Sintió nostalgia por el recuerdo de su hogar en Dreadfort.

Había pasado semanas desde el inicio de su viaje. Partieron desde Oldtown. Encontrar transporte no fue difícil, varios barcos atracaban en la Citadel todos los días.

El comienzo del viaje fue tranquilo, sin embargo, pronto los tripulantes se aburrieron y varios empezaron a festejar, si el clima lo permitía. Pasados los días se contagió del ambiente festivo y entonces no tardó en regalar el licor que tenia de reserva. Fue así que se encontró repartiendo monedas y demostrando sus habilidades de violinista. No recordó mucho de esos estupendos días. Solo recordaba sentirse alegre... ¿Cómo no estarlo?

Pronto llegaron al pueblo de Winterfell. Donde fueron recibidos por rostros ajenos, curiosos o serios. El escudo de su familia siempre solía atraer miradas. Lentamente se abrieron paso hasta llegar al castillo imponente.

Ya en las puertas, vieron a los guardias norteños que resguardan la entrada a la fortaleza.

- ¿Quién es? Escucho preguntar a un guardia en la entrada.

- Este es Domeric Bolton, hijo de Roose Bolton y futuro Lord de Dreadfort. Ha sido llamado por orden de Lord Eddard Stark. Dyron intervino antes que pueda responder.

El guardia asintió en respuesta, mi llegada no había sido una sorpresa. En ese mismo instante se abrió el camino. Los cinco cabalgamos lentamente rumbo al patio de Winterfell, seguido por los guardias.

El amplio lugar se encontraba animado, algunos hombres con espadas, otros con arcos, e incluso con lanzas y otros descansando. Los caballos tenían su propio lugar en las caballerizas.

- ¡Harwin! Lleva los caballos de nuestros invitados. Dijo un hombre robusto con una gran barba y cabello blancos.

Se acercó a recibirlos, por lo que intuyo que era importante por la forma de mando en su voz. Vestía cota de malla con una capa oscura, también portaba una espada larga.

- Soy Rodrik Cassel, maestro de armas de Winterfell, bienvenido, lord Stark lo estaba esperando.

Fue una presentación concisa. Se dijo. No le importo el carácter ni la simpleza de los hombres del norte. Estaba acostumbrado de todos modos, además, tenía juramentos que hacer.

.

.

.

- En más de una ocasión oí hablar a Roose Bolton de su inteligente heredero. Tal frase se escuchó del maestre calvo de Winterfell.

En una amplia sala se escuchó extenuantes opiniones sobre su persona. Un maestre altamente capacitado hablo de las creencias de mi ahora fallido padre, por otro lado, Lord Stark está evaluando sus palabras.

El Lord de Winterfell llevaba el semblante típico de los Stark. Un rostro alargado, barba retocada y el pelo largo castaño. Sin embargo, sus ojos grises eran más oscuros que los suyos.

- Entonces ¿Que clase pedido es este? Pregunto el Stark, definitivamente no había reparos en decir lo que pensaba.

Sentado en un amplio salón el Protector del Norte pregunto.

Vestía finamente, aunque apenas se distinguía a la vista, ya que el duro cuero cubría su imagen por completo. Una enorme capa descansaba en los brazos de un sirviente, supuso que solo utilizaba la capa en la intemperie.

- Considero que el pedido es apropiado, mi lord. Mi padre no formalizo su descendencia, pero yo me encargare de eso. Es una forma de retribuir sus esfuerzos hasta ahora.

- Un bastardo legitimado por su propio hermano, que también es su Lord. Sonara impropio para la gente del sur, incluso para algunos de aquí en el norte.

- Hoy en día incluso muchos sureños nos llaman salvajes, mi Lord. Somos impropios para ellos de cualquier manera.

- En eso tienes razón. Dijo Lord Stark

Mientras el Stark debatía internamente. Note el inusual nerviosismo de Ramsay. Sin embargo, más que nervioso, la palabra débil llego a su mente. Algunos pensarían que estaba débil por el largo viaje, aunque sabía que los efectos secundarios de la esencia de Weirwood empezaron a mostrar sus colores.

Logro tranquilizar sus quejas en aquel barco. Y aunque Ramsay no obtuvo una adicción como tal; si obtuvo una la llamada abstinencia. Tendría que diluir aún más si no quería volverlos adictos a todos.

- Tu hermano bastardo parece algo nervioso, también tengo un bastardo y entiendo su posición, solo por eso voy aceptar tu pedido.

- Se lo agradezco mucho, mi Lord…Estuvo tentado a pensar en la facilidad de su objetivo cuando el Stark intervino nuevamente…

- Sin embargo, tengo una condición…

Si bien no existía una razón para sospechar, juro que había un trasfondo en la condición de Lord Stark. Casi parecía que la preocupación fluctuante, en su alargado rostro, retrataba lo complicado del asunto.

- Pronto estarás en edad de casarte. Encontrar una unión adecuada siempre es difícil, recientemente el nombre, Alys Karstark, ha sido nombrado.

Una idea repulsiva se gestó en su mente. Intuyo que el regreso a su hogar no sería el esperado. "¿¡Sería empujado a un compromiso así sin más!!!?"

- ¿Es una condición para mi pedido? Dijo, tan pacíficamente como pudo. Ver su vida siendo manipulada era lo que más odiaba.

- Por supuesto que no, solo es una propuesta. Aunque probablemente sea una solución al reciente problema de tu casa y los Karstark. ¿Estas enterado? Pregunto el Stark

Un ceño fruncido se dibujó en su joven rostro. ¿Era una especie de broma? Se preguntó. Parecía ser que su padre aun tenia sorpresas para él, no le basto con enviarlo lejos de su hogar. 

Inevitablemente sus planes serían alterados, talvez su pedido tendría que esperar.

- Me temo que no…Respondió, cuando vio cierta confianza dibujarse en el rostro de lord Stark.

- Acompáñame Domeric, no es conveniente discutir estos temas aquí. Dijo levantándose de su asiento.

Caminar por los largos pasillos de Winterfell le pareció eterno, todo el tiempo que duro la breve travesía se preguntó qué problema tenía entre manos.

Sintió la leve ventisca, las almenas mostraron una vista amplia del patio de Winterfell. En ese instante Lord Stark detuvo su andar, sus palabras se hicieron esperar. ¿Pensó en una forma amable de contar la mala noticia?  Pensé, cuando empezó a soltar la sopa.

Conto el problema de mi padre y las acusaciones de los Karstark. El posible secuestro de la gente de los Karstark y la posible solución que encontró con Harrion Karstark.

- Ahora entiendes. Escucho a Lord Stark. De ser cierto sus acusaciones, tu padre debería ser castigado, pero la situación es distinta ahora…

- Ahora está muerto. Corrigió. Al menos su muerte sirvió para lago.

- Si, la responsabilidad de sus actos no recae en ti; sin embargo, tu casa debe corresponder de algún modo y los Karstark ya dieron su consentimiento.

¿Fue una trampa? Se preguntó. Los Stark no tenía fama de ser conspiradores. Lord Stark solo quería evitar un mayor conflicto entre sus abanderados. ¿Pero con lo Karstark? De todas las casas

Era inevitable rememorar su vida pasada. Tiempo en el cual sus hombres eran capaces de dar la vida en nombre de la lealtad. Pero era distinto ahora, aun tenia gente que le era leal, pero por motivos distintos. "¿Era este el sacrificio del que tanto le hablaron?" El miedo probablemente jugaba su turno en los designios de los nobles. Pero tenía un pensamiento distinto. "El miedo era un arma de doble filo" y… ¡No! ¡No había vuelto a la viva, para ser llevado de la nariz!

- ¡¿Responsabilidad?!!! Pregunto, cuando algo de su antiguo ser salió a flote.

- ¿Domeric?

- Lord Stark, mi casa derramo sangre y oro en la inútil rebelión de los Greyjoy como ninguna otra casa. ¿Y qué se obtuvo de ese sacrificio? Nada, nada más que indiferencia a nuestras peticiones.

- Todos pagamos el precio del hierro, Roose Bolton no fue el único. Y en cuanto a lo otro, tuvieron el permiso para su ansiada flota ¿Verdad?

- Es verdad, mi lord. Aunque el verdadero objetivo de mi padre fuese otro. Dijo, cuándo lord Stark mostro renuencia al escuchar su insinuación.

- La petición de tu padre estaba fuera de discusión. Dijo Lord Stark cuando una mirada de duda rondo su inexpresivo rostro.

- ¿Entonces podría ser discutirlo ahora? ¿Talvez despeje sus dudas? Pregunte, donde una vez la paz rondo, ahora la duda rondaba a su nuevo Lord. El miedo era un arma de doble filo.

En el momento clara tensión, una firme declaración llego de una nueva presencia. Se acercó con pasos lentos y una mirada firme cubría su rostro. Sus ojos proyectaron una mirada efusiva, tanto que llego a pensar que sería desterrado en ese mismo instante.

- ¡Mi hija no se va a casar con un Bolton! Catelyn Stark entro a poner fin al asunto. Probablemente el miedo pudo más con la dama de Winterfell.

Quizá la discusión no salió como esperaba, pero claramente su punto estaba en el aire y espero que Lord Stark entendiera. "¡Si quieres ahogarme entonces intentare hundirte también!" Pensó.

El comentario despectivo de Lady Stark lo ayudo, aunque ella misma no lo comprendiera. La presión en los hombros de Lord Stark pareció vencerlo, los hijos siempre fueron la debilidad de los padres.

- ¿Es eso cierto Lord Stark? Tenía grandes esperanzas en nuestra posible unión. Dijo "tristemente". Su rostro normalmente inexpresivo funciono de maravilla para la ocasión.

Lord Stark soltó un suspiro largo.

- Parece ser que no vamos a llegar a un acuerdo. Dijo Lord Stark

- Bueno, el desenlace de este "acuerdo" solo depende de usted, mi Lord. Dijo

Lady Stark clavo la mirada a su esposo. Se veía algo tenso por su falta de argumentos. Lord Stark tenía suerte, su nuevo abanderado no presionaría más de lo necesario. Y lo necesario para él era simplemente no ser forzado.

- Olvidemos el tema. Tu hermano será legitimado y también será la última vez que escuche sobre este asunto ¿Estamos de acuerdo? Dijo Lord Stark

Su difunto padre pensó que unir su casa con los Stark era ventajoso, no podía negarlo, si lo que quería era influencia. Pero que es la influencia en presencia del "poder". El verdadero poder lo tendría a su debido tiempo.

- Mi Lord, una última cuestión...

- Si dime… Respondió Lord Stark algo cansado de tanta diatriba.

- La reticencia de comprometerme con su hija. ¿Es por el legado de mi Casa?

- No.

Una respuesta concisa, se decía que Lord Stark era un hombre corto de palabras. Le pareció que tal afirmación abusaba de esa premisa, por otro lado, hoy su nuevo lord hablo mucho más de lo que esperaba.

- Bien, entonces no me queda nada más que estar de acuerdo. Respondí, algo de paz se respiró en el ambiente después de un tenso primer encuentro.

- Bien, hoy entonces festejaremos tu juramento. Parecía que Lord Stark también estuvo predispuesto a olvidar lo acontecido. 

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.

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- … Juras servir como abanderado de la Casa Stark y escuchar el llamado cuando se demande…

La dureza del frio suelo se sintió en sus rodillas. Arrodillado en el centro del salón de Winterfell, ofreció su espada a su ahora Lord. Sus guantes de cuero apretaron sus nudillos, un sentimiento de felicidad lo envolvió. "¿Ahora empieza su mando?" Se preguntó.

Estaba vestido para la ocasión. Llevaba una túnica oscura de color guinda de terciopelo fino, que le llegaba hasta las rodillas. Una coraza cubierta de cuero oscuro protegía su torso y envolvía la túnica de terciopelo. Un cinturón negro con hebilla de plata sostenía su espada mediana. Finas botas de cuero marrón oscuro envolvían sus pies, fue ganada en una apuesta con un Lord de Oldtown. Una capa larga de terciopelo cubría sus hombros, tenía colores negros por fuera y un tono guinda más oscuro aun, por dentro.

El entorno se bañó de un aire solemne y señorial.

- ¡Lo juro! Respondí.

El festejo en el ambiente llego al clímax después de terminar su juramento.

En el lugar estaban presentes la familia y los hombres de Lord Stark. De su grupo solo tenía a Drak, Dyron, Ramsay y Tylan.

Conforme paso el tiempo las personas empezaron a dejar las formalidades a un lado. Drak no perdió el tiempo y pude ver sus intentos de acostarse con alguna de sirvientas de Lord Stark. Dyron estaba en una competencia de bebidas con algunos hombres. Tylan y Ramsay decidieron mantener el perfil bajo, no por ello dejaron de comer como si no hubiese un mañana. Por su parte estaba sentado junto Lord Stark, intentando explicar algunas de las conferencias de la Ciudadela sin mucho éxito.

- Me han dicho que eres bueno tocando el violín.

Dijo Lord Stark a mi costado.

- Ahhh… ¿Quién de esos de esos bastardos fue? Respondí, señalando a sus alcoholizados hombres.

- No puede importar más, estamos en una fiesta en tu honor, si no deseas, no insistiré.

Por un instante sintió que el licor le estaba haciendo demasiado efecto… "Yo jamás huyo, ¡jamás!" Se dijo.

- ~ ¡Lord Stark! ~ ¡Talvez no soy el mejor, pero puedo intentarlo! ~

- Por favor Lord Bolton, el placer es mío.

- Por supuesto, mi Lord ~ …

El ambiente cambiante y el abuso del licor, dio a su mente cierta libertad cuando piezas clásicas empezaron a rondar por su mente. El centro del salón adquirió la atención cuando lentamente el sonido lleno el ambiente.

Aquel día el alcohol y el violín se apoderaron de él…en Winterfell. (Algo al estilo Paganini ;-)

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