—Supongo que es hora de controlar los daños —dijo Roberto con una sonrisa cómplice.
Charles suspiró pesadamente antes de asentir con la cabeza.
—Escucha, no sueltes ni una sola palabra sobre lo que pasó hoy.
Todos excepto Roberto asintieron seriamente con la cabeza.
—Ni siquiera mi hija o alguna de sus damas de compañía deben saber algo al respecto.
—De hecho, no quiero que ni una palabra salga de esta habitación.
—Actúa como si no hubieras visto ni escuchado nada.
Todos asintieron con la cabeza.
Si esto se filtraba al público, entonces afectaría gravemente la reputación de la Familia Real. Afectaría la imagen fuerte y positiva que Charles ha construido durante tantos miles de años.
Suspiro…
«Ahora, ¿cómo se supone que encuentre reemplazos?» Solo de pensarlo, Charles se sentía mentalmente agotado.
«Sería más fácil encontrar un mayordomo adecuado que un sustituto adecuado para Eldric.»
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