Dragón Espiral Legendario

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El patio del templo estaba envuelto en una atmósfera intensa y gélida. Las montañas nevadas de alrededor parecían testigos silenciosos de la batalla épica que se desarrollaba entre Kaizen y el dragón.

El aire estaba impregnado de la adrenalina de los dos combatientes.

A pesar del agotamiento y las heridas, Kaizen no se permitiría flaquear. Sentía una mezcla de respeto y temor por la criatura ante él, reconociendo su imponente presencia y poder sin igual. Sabía que estaba ante un desafío verdaderamente único y eso era exactamente lo que lo emocionaba tanto.

La Espada del Rey brillaba en sus manos, pulsando con el poder divino que fluía a través de él. Kaizen sentía la intensidad del drenaje de mana con cada golpe intercambiado, pero su resolución era firme. Sabía que tenía que aprovechar al máximo el potencial de esta arma sagrada para superar al formidable dragón.

Utilizando su habilidad, Kaizen reservó una cantidad excepcional de mana para aumentar sus atributos.