Morticia explicó un poco más sobre sus objetivos y propósitos, y el Consejo asintió en silencio. La mayoría de ellos sabía que los Anormales serían una gran parte del reino en adelante y ya habían aceptado esta verdad.
Pero había una persona a la que esto le generaba curiosidad. Una persona que nunca había tenido que lidiar con tantos Anormales obteniendo derecho a posiciones que nadie les hubiera concedido jamás.
La estructura no alienaba al Príncipe Nalafein en absoluto, pero él estaba curioso. Curioso de cómo personas sin conocimiento de cómo funcionaban las cosas en este mundo estaban de repente aprendiendo y adaptándose tan rápido.
Cuando levantó su mano para hacer una pregunta, Fénix casi estalla en carcajadas.
—Príncipe Nalafein, puede hablar sin levantar la mano. Puede que no sea parte del Consejo, pero estoy segura de que el rey no permitiría que nadie lo menospreciara tampoco —dijo Fénix con una sonrisa burlona.
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