El Hechicero del Sol Hogan entonces levantó su bastón y lo apuntó hacia el grupo de los Elementalistas.
Entonó una palabra en Oárdico, y un rayo de luz surgió de su bastón, golpeando a los seis Elementalistas.
—¡Aahh!
—¿¡Por qué haces esto?!
—¿Señor Hogan? Esto no es lo que nosotros
gritaron, al sentir sus cuerpos arder.
No pasó mucho tiempo antes de que se convirtieran en cenizas, sin dejar rastro alguno.
Esto dejó atónitos a Vale y a los demás que observaban cómo se desarrollaba todo.
«Qué desperdicio. Deberías haberme dejado extraerlos en lugar de matarlos así...», pensó Vale suspirando.
El Hechicero del Sol Hogan entonces dirigió su atención hacia Vale y su grupo.
Sonrió y dijo en un tono burlón.
—Y ustedes... ¿Son parte de los rebeldes que se atreven a afirmar tener el poder para romper la Barrera de la capital, y derrocar al rey tirano? ¿Son quienes buscan cambiar el reino y traer una nueva era?
Vale se sintió molesto por sus palabras y ya pensaba en atacarlo.
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