—¿Hmm? —Desconcertado por el inesperado mensaje del Director Jean, la curiosidad de Vale se avivó. Sin dudarlo, cambió su rumbo y se dirigió a la oficina del Director, preguntándose qué regalo le había enviado su maestro, el Alquimista Oscuro Heinz Becker.
—Finalmente se le ocurrió enviarme algo. Si no hubiera robado todo ese dinero de los bolsillos de los cadáveres antes, me habría muerto de hambre aquí —Vale reflexionó, exagerando su situación.
Bueno, incluso si no hubiera recogido su dinero, ciertamente podría haber ganado algo de dinero aquí si hubiera querido.
Clink~
Al llegar a la oficina, Vale fue recibido por la imponente figura del Director Jean, quien llevaba una sonrisa enigmática.
Detrás de él, un pequeño paquete envuelto en terciopelo negro reposaba sobre el escritorio, emitiendo un aura de misterio.
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