—Los que impresionen a la gente que os esté observando, podrían o no recibir algunas ofertas interesantes de todo tipo de maestros —dijo Sophia, dejando claro que era primordial que todos actuaran al máximo de sus capacidades.
—Quién sabe, quizás alguien reciba una oferta para convertirse en discípulo.
Luego, al decir eso, lanzó una mirada sutil a Aiden, sin querer que él se diera cuenta.
Sabía que la persona más probable para recibirla sería él, ya que Sophia estaría contando todo lo que había sucedido durante el examen de ingreso.
—Bien, ya perdimos suficiente tiempo, vámonos a la Arena.
Entonces, al pronunciar esa última palabra —Arena—, los que estaban alrededor de Aiden parecían extremadamente sorprendidos.
Empezó a escuchar a la gente susurrando como si estuvieran emocionados de poder luchar en tal lugar.
—¿El Arena? ¿Realmente vamos a entrenar en un lugar tan legendario?
Parecía que nadie podía creerlo en absoluto cuando en realidad era la verdad.
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