Pistola Dorada

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Después de que Alex salió de su habitación del dormitorio, Nina se desplomó en su cama. Las palabras que él había dicho sobre poner su vida en peligro mientras permanecía en México, todo por ella, continuaban resonando en su cabeza. Por supuesto, en el siguiente instante, ella sacudió la cabeza en un intento de volver a la realidad.

¿En qué estaba pensando? Alex era un chico malo... Como realmente malo... No solo tenía un harén de mujeres que se acercaba al número de treinta, sino que también era un jefe de cartel. Mataba gente y contribuía directamente a la venta de drogas a nivel internacional.

¿En qué mundo sería una buena idea involucrarse con alguien así? Hablando de eso... ¿Por qué había dedicado tanto tiempo y esfuerzo en investigar a sus enemigos potenciales, solo para poder alertarlo con antelación? ¿Desde cuándo era su trabajo meterse en el lado malo de personas tan poderosas y peligrosas?