La conducta de Archibald atrajo la atención de Cigarra Nocturna, impulsada no solo por la curiosidad sino también por las palabras del niño.
—¿Por qué no debería preguntar o indagar más? ¿A dónde habían ido los niños desaparecidos? ¿No fueron adoptados?
Archibald parecía saber algo, pero sin importar cuánto indagara Cigarra Nocturna, él siempre esquivaba el tema, cambiando hábilmente de asunto.
Después de todo, Cigarra Nocturna aún era joven. Con el tiempo, eventualmente dejó el asunto de lado, ya que la vida en el orfanato le mantenía lo suficientemente ocupado. Había lecciones que estudiar y tareas para completar cada día, y la directora del orfanato imponía ejercicios obligatorios, afirmando que estos les darían una constitución robusta a los niños.
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