El Maligno [Pt 3]

—Yo... Yo maté... a todos...?

Claudio sintió su cuerpo debilitarse y su rostro palideció. Cayendo de rodillas, temblaba incontrolablemente.

Se sentía con ganas de vomitar.

La mujer que amaba estaba a unos pies de él, brutalmente asesinada como resultado de su locura.

Sus camaradas —aliados que podrían haberle asistido en derrotar a los enemigos— estaban todos masacrados por su propia mano.

—¿Yo hice esto? Yo... Yo...

—¡En efecto! ¡Felicidades, supongo! —la voz de Ater resonó, alegría en su tono.

El cuerpo de Claudio se congeló en el momento en que escuchó esas palabras.

Miró hacia arriba, ignorando el moco que le caía de la nariz y las lágrimas que se desbordaban.

Ater estaba borroso en su vista, pero no era como si no pudiera ver al hombre.

—TÚ... —Claudio lo recordaba bien.

No fue él quien hizo esto. Estaba bajo algún tipo de control mental, y el responsable de eso era el hombre frente a él.

—¡Él mató... él me usó para matar a todos!