Deja que viva un poco más en la mentira.

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—Li Wei... ¡cariño! ¿Qué pasa? ¿Quieres decirle algo a mamá? —preguntó, sin entender la razón detrás de su súbito acto inesperado.

Feng Shufen también miró la escena y no pudo evitar estar de acuerdo en su corazón: '¡Todo angelical como su madre!' Aunque tenía una cierta idea de la razón detrás de ello, aún así se enfocó en mantener una cara de póker ante la escena. No queriendo arruinar la sensación de las sorpresas inesperadas que estaba recibiendo una tras otra.

La pequeña niña echó la cabeza hacia atrás, arqueando los ojos para mirar a su madre. Sus labios formaban una alegre sonrisa y sus ojos daban el brillo de miles de meteoritos lloviendo en su interior. Solo con mirar su bonito rostro y uno no sería capaz de controlar su corazón de llenarse de ternura.

Viendo a su hija siendo tan adorable a sus propios ojos, Li Xue no pudo controlar sus propios labios de sonreír mientras sus ojos le pedían a su hija que diera la razón que se le había pedido.