Lo tomaré directamente de tu...

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—Jazmín, ¿puedes ver lo que está haciendo tu desvergonzado padre? Te llama su pequeña princesa, ¡pero está ahí robando tu leche! —exclamó Jia Li con la mirada puesta en Jazmín que yacía en su cuna.

El desvergonzado padre de Jazmín todavía tenía sus labios pegados al pezón derecho de Jia Li, y estaba comiendo la comida de su hija.

Jia Li se sorprendió cuando Fu Hua se inclinó y puso su boca en su pecho. Se quedó tan shockeada que perdió el sentido.

—¡¿Fu Hua qué crees que estás haciendo?! —le dijo con una mirada de asombro mientras usaba su mano libre e intentaba alejar su cabeza.

Fu Hua no le respondió, ya que continuó tragando la leche materna de todo corazón.

Como no respondía, Jia Li tuvo que llamar a su pequeñín con la esperanza de atraer la atención de su padre.

El pequeñín estaba chupándose los labios y moviendo las manos y los pies. Había estado percibiendo su comida por unos minutos ya, y estaba comenzando a tener hambre.