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Yang Mujian llamó a la mujer para que se acercara.
Había estado al lado de su nieto durante nueve años y el décimo aniversario estaba a solo unos meses de distancia, pero fue fácilmente descartada como basura.
Era desalmado de parte de Yang Mujian pensar esto, pero estaba impresionado por el comportamiento de Yang Feng. Alguien encontraría difícil abandonar algo a lo que se ha acostumbrado, pero su nieto lo hizo en un abrir y cerrar de ojos. Eso demostraba que Yang Feng no era alguien que se apegara fácilmente a algo y eso era una buena señal para el Anciano Yang, que priorizaba tener un corazón de piedra. Cuanto menos sintiera Yang Feng, mejor.
Yang Mujian creía que Yang Feng no necesitaba gobernar el Inframundo con corazón, porque emociones como la compasión conducían a tácticas cobardes. Preferiría que su nieto ni siquiera tuviera alma o un buen compás moral. Todo lo que Yang Feng necesitaba era un puño de hierro para someter a la gente.
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