Tang Xinru ya estaba acostumbrada a que Tang Yue siempre la contradijera, así que no dijo nada más para defender a Su Bei. Pronto se sabría todo, así que no había necesidad de decir nada más.
Tang Yue se levantó perezosamente y dijo:
—Entonces, esperemos. Espero que tengas la paciencia para seguir esperando.
Justo entonces, alguien tocó la puerta.
Tang Xinru pellizcó el espacio entre sus cejas y dijo:
—Por favor, entre.
La puerta se abrió. Todos pensaron que era solo un empleado ordinario, así que no prestaron mucha atención a la persona.
Sin embargo, no esperaban ver la delicada cara de Su Bei llena de sonrisas. Entró, se acercó a Tang Xinru y dijo con una sonrisa:
—Presidenta Tang, ¡he vuelto!
—Su Bei, la posición de presidente aún no se ha determinado. Mi prima y yo somos ambas Vicepresidenta Tang —le recordó Tang Yue con una sonrisa en su cara.
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