La vida es buena

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—Estoy bien —dijo Lv Shan con una sonrisa—. Mira, tengo un amigo americano que me contó sobre una audición para un anuncio. Él dijo que la marca está buscando una supermodelo adecuada para filmar un anuncio de su joyería. Al principio no quería llamarte. Después de todo, anunciaste que te tomarías un descanso del trabajo. Pero esta marca puede hacer maravillas aumentando tu valor. Por eso te estoy llamando para pedir tu opinión.

—¡Claro! —Su Bei aceptó sin dudarlo.

Aunque quería ir a casa, no podía rechazar un trabajo tan bueno.

Lv Shan estaba atónito. ¿No había estado diciendo antes que no quería aceptar más trabajos?

De todos modos, era genial que Su Bei estuviera dispuesta a aceptarlo. Lv Shan se rió y dijo:

—Está bien, te enviaré la información de inmediato. Mi amigo te ayudará a ponerte en contacto con la otra parte.

Su Bei asintió.

—Gracias, Lv Shan.

Después de colgar el teléfono, se dio cuenta de que aún no había pedido la opinión de Lu Heting.