Otoño miraba el pequeño USB como si fuera una bomba de tiempo. Cuando había tomado la caja para devolverla a la señora Wintrhrope, no se imaginó que contendría una nota y esta pequeña cosa.
La mujer ciertamente había bendecido su matrimonio. Otoño negó con la cabeza. Menos mal que Gabe no había visto la nota. Se habría vuelto loco.
—Que las cadenas de su amor los aten para siempre a los fantasmas del pasado. Que sus días estén llenos de sombras y sus noches de susurros de las mentiras que han dicho. No se merecen la felicidad, y esta unión no es más que una farsa. Los maldigo a no encontrar nunca la paz, ya que no han traído ninguna a aquellos que les rodean. En cuanto a tu esposa... lamentará el día en que entrelazó su destino con el tuyo.
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