Nota 1: Todos los derechos de la serie Neón Génesis Evangelion pertenecen a Gainax/Khara, o a aquellos quienes les sucedan legalmente en el futuro. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.
Nota 2: Shinji tiene dos tipos de diálogos, "Normal" y "Cursivo", esto es para poder diferenciarlos correctamente. Ya lo entenderán cuando lean.
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Ryuji caminaba con el ceño fruncido. Estaba enojado y tenía motivos para estarlo. Se había quedado sin medio de locomoción por culpa de esos dos estúpidos de traje negro que destruyeron su motocicleta; y no solo eso, recibió una multa por "Ofensas graves a la moral y las buenas costumbres". ¿De dónde sacaron esos policías estúpidos la idea de que él estaba desnudo y encadenado a un poste de luz por voluntad propia? Eso era algo que no se podía explicar; sin contar con los carterazos que le dio esa vieja de mierda. ¿Y qué rayos guardaba adentro de esa maldita cartera? ¿Piedras?
Suspiró con resignación, no había sido un buen día pero su suerte estaba cambiando. Se detuvo frente al edificio al que había seguido a Shinji en la mañana. Se escuchaba música venir desde el último piso y se veían luces de colores… una fiesta.
Ryuji contrajo su cara en un gesto de furia. El muy miserable se estaba divirtiendo mientras Isuzo no estaba en Tokio. Ya había confirmado que la chica estaba en Paris.
— Diviértete con tus amigos Ikari, porque esta será la última vez — dijo Ryuji en un susurro y entró al edificio que estaba justo frente al de la fiesta.
Ryuji subió al ascensor y marcó el 12º piso. Una malévola sonrisa apareció en su rostro. Era divertido pensar lo gracioso que puede ser el destino. ¿Quién hubiera pensado que Ikari haría una fiesta justo en frente a uno de los edificios de su padre? Sin duda el destino estaba de su parte. Salió del ascensor y caminó por el corredor hasta quedar frente a una puerta. La abrió e ingresó.
El departamento era pequeño pero acogedor y estaba finamente amoblado, ya que su padre lo ocupaba para traer a sus amantes. Departamento al que pensaba traer a Isuzo, pero ella nunca quiso, siempre le dijo que no. Pero con Ikari fue distinto. Había pasado la noche en el departamento de ese maldito más de una vez.
¿Por qué Isuzo se abrió de piernas para el miserable de Ikari y no para él?
La furia volvió a sus ojos de Ryuji ante ese pensamiento. Caminó hasta la ventana y corrió las cortinas. Tenía una fabulosa vista de la terraza y el departamento donde se realizaba la fiesta. Se acercó a la mesita de la sala y dejó una maleta sobre ella. La abrió con delicadeza y dejó al descubierto su contenido. Una ballesta de competición. Junto a ella, un juego de 12 flechas y una mira telescópica. Montó la mira y cargó la ballesta, después fue a apagar la luz y se acercó a la ventana. Giró uno de los sillones para poder sentarse, tomó la ballesta en posición de disparo y observó por la mira buscando a Shinji.
— Esta noche será tu fin, Shinji Ikari. Te mataré… y recuperaré a Isuzo — escupió Ryuji con odio.
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La fiesta estaba en lo mejor, el ambiente era más distendido que antes y habían más personas que hace una hora atrás, ya que alguien se tomó la libertad de invitar a un par de amigos y esos a otros tres y así sucesivamente, por lo que ahora había una gran concurrencia. Lo bueno es que cada sujeto que llegaba a la fiesta, se tenía que poner con una cuota para reponer las cosas que escaseaban, de lo contrario eran corridos a punta de pistola por cortesía de Clinton y Reagan, que ya habían cambiado sus chaquetas negras, camisas blancas y corbatas, por un par de llamativas camisas hawaianas que combinaban con sus gafas de sol.
Dentro del departamento todos la pasaban realmente bien y haciendo los que se les venía en gana. Se podía ver gente bebiendo, gente bailando, otros conversando, un grupo en una esquina jugaba Strep-Poker, otros tenían una competencia en el bar haciendo malabares con botellas y otros veían películas XXX. En el segundo piso, había una fila de parejas que disputaban un lugar por las habitaciones, mientras que otras parejas bajaban con una sonrisa de oreja a oreja.
Mientras todo eso pasaba, en una esquina del comedor y en un improvisado escenario, la banda seguía tocando a todo lo que daba, con Aoba desarmándose en la guitarra, Kensuke, Nami, Keiko y Yuka en los coros y Shinji como vocalista, ahora con la camisa abierta mostrando el torso y unas gafas de sol, cantando el tema "Hot in the City" de Billy Idol.
It's hot here at night, lonely, black and quiet
On a hot summer night
Don't be afraid of the world we made
On a hot summer night
'Cause when a long-legged lovely walks by
Yeah you can see the look in her eye
Then you know that it's
Hot in the city, hot in the city tonight, tonight
Hot in the city, hot in the city tonight, tonight
Touji y Hikari miraban a Shinji con una sonrisa mientras interpretaba la canción. A un lado y un poco más atrás, Kensuke y las chicas ejecutaban una improvisada coreografía mientras hacían los coros de la canción.
La nueva pareja decidió salir a la terraza a tomar un poco de aire. Al llegar afuera, vieron que también había bastante movimiento. La piscina y sus alrededores estaba llena de gente, algunos en trajes de baño y otros en ropa interior a falta de uno, todos participando en un improvisado concurso de saltos ornamentales.
— Esta fiesta es increíble. Jamás pensé ver algo así fuera de las películas — comentó Hikari.
— Hay que reconocer que la gente de NERV sabe cómo divertirse — concordó Touji.
— El que me sorprendió es Shinji. Siempre fue tan tranquilo, callado, tímido y míralo ahora. Cantando a todo pulmón con una banda; y con Kensuke haciendo los coros — dijo Hikari.
— Sí, tienes razón. A nosotros también nos sorprende. Hay veces que pareciera ser otra persona totalmente diferente; como ahora — reconoció Touji.
— Sí, tan distinto que hasta contrató un grupo de prostitutas — dijo Hikari con el ceño fruncido — Sin contar todas las parejas andan poco menos que haciéndolo por las esquinas.
— Bueno, tienes que entender que esta es una fiesta de adultos. Los de nuestra edad son contados con los dedos de las manos, y solo porque Shinji nos invitó.
— ¿Y cómo es que Shinji encaja aquí? — preguntó una curiosa Hikari.
— Son sus amigos, por eso lo invitaron. Por lo que sé, son los técnicos que le dan mantenimiento a su Evangelion. Como trabajaban hoy, le encargaron a Shinji que contratara a esas chicas por ellos — explicó Touji.
— ¿Y se prestó para eso? — exclamó Hikari medio espantada.
— Te sorprenderías de lo que es capaz últimamente — dijo Touji, recordando todos los malabares de su amigo — En todo caso, si quieres irte por mí no hay problema.
Hikari miró el lugar y lo estudió con la mirada. Todos estaban muy entretenidos, riendo y pasándolo bien. Pese a todo, debía admitir que la fiesta era bastante divertida; y Shinji tampoco cantaba tan mal.
— La verdad es que a esta hora ya debería estar en casa, pero nunca he estado antes en una fiesta de verdad y me gustaría quedarme otro rato — dijo Hikari con una sonrisa traviesa.
— Entonces nos quedamos otro rato — dijo Touji — ¿Quieres bailar?
Por respuesta Hikari esbozó una linda sonrió y ambos jóvenes fueron dentro del departamento para bailar un rato al ritmo de la música. En eso Hikari, se detuvo y miró a un lado sorprendida.
— ¿Qué pasa? — preguntó Touji.
— ¿Quién traería ese burro a la fiesta? — preguntó la chica, señalando al burro que se estaba comiendo las plantas de un macetero.
Touji se encogió de hombros. Era uno de esos misterios que no tenían respuesta.
En la sala del departamento, un entonado Hiko se acercó donde un prendido Hideki, que estaba metiéndole mano a una chica del Nekomania.
— Hideki… Hideki… ¡¡HIDEKI!!
— ¿Qué pasa hombre? ¿No ves que estoy ocupado? — preguntó un enfadado Hideki, sacando las manos de debajo de la falda de la sonrojada mujer.
— ¡Tranquilo! — dijo Hiko — Oye, estaba por allá atrás con los muchachos, cuando recordé algo.
— Si no es algo importante. Te juro que te mato — dijo Hideki, al ver como la mujer del Nekomania ahora estaba con otro sujeto.
— Claro que es importante. ¿Te acuerdas de la fiesta que hizo el Doc. el otro día? — pregunto Hiko.
— Sí, me acuerdo ¿Qué hay con eso?
— ¿Acaso olvidaste cómo lo pasamos después de que soltó el "Aire Dulce" en la sala? — preguntó Hiko con una sonrisa cómplice.
La cara de Hideki mostró sorpresa y luego una sonrisa traviesa.
— ¿Estás pensando…?
Hiko sonrió en respuesta a la pregunta dejada en el aire. Un par de segundos después, el dúo dinámico andaba consiguiendo las llaves de un automóvil para ir a casa del Doc. Al abrir la puerta para salir, se encontraron con un grupo de jóvenes parados frente a ellos.
— Pasábamos por la calle y escuchamos la música. Nos preguntábamos si podemos entrar.
— Por supuesto — dijo Hiko — El bar está a la izquierda, la comida a la derecha, los preservativos al pie de la escalera y las habitaciones arriba. ¡Ah! Casi lo olvido. Los estimulantes se venden en la cocina — concluyó y salió seguido de Hideki.
— ¡¡Wow!! Tremenda fiesta — dijeron los chicos y entraron al departamento entusiasmados, siendo detenidos a poco andar por dos gorilas con camisas Hawaianas y gafas de sol.
— Si quieren pasar, tienen que ponerse con la cuota de entrada — dijo Reagan estirando una mano.
— ¿Y si no quiero? — dijo un tipo tan grande como Reagan.
— Te lleno el culo de plomo — dijo Clinton apuntándolo con su Beretta 92FS.
— ¿De cuánto es la cuota? — peguntó el tipo sacando su cartera.
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El rumor de una fiesta se fue esparciendo rápidamente entre el personal que a esa hora seguía trabajando en NERV en los turnos de noche. Se podía escuchar por los corredores a la gente comentando que los técnicos del EVA-01 y su joven Piloto tenían una "Súper Fiesta" en un departamento del sector residencial y que estaban tirando el lugar por la ventana.
Algunos que se tomaron el tema más en serio que otros, realizaron algunas averiguaciones y obtuvieron la dirección del supuesto departamento. Un grupo que estaba pronto a terminar su turno decidió dar una vuelta por el lugar para ver si la fiesta era verdadera, y si era tan buena como se rumoreaba.
La Mayor Misato Katsuragi, que a esas horas seguía en NERV atrapada por una montaña de papeleo pendiente en su escritorio, se dirigió a la cafetería por un café y un pedazo de torta de chocolate para matar el hambre. Al ingresar escuchó una conversación que no le agradó para nada.
— Por lo que me dijeron la fiesta es buenísima — dijo un técnico entusiasmado.
— ¿Estás seguro que no es un cuento o algo por el estilo? — preguntó otro técnico.
— Que no. Me lo dijo Kentaro. El hablo directamente con Key por teléfono, y este le dijo que la fiesta está en lo mejor. Hay comida, bebida, un montón de chicas, una piscina, una banda y que el Piloto del EVA-01 está de vocalista y que canta bastante bien.
— ¿De verdad? — preguntó el técnico mientras caminaba rumbo a la salida de la cafetería.
— Sí. Podríamos ir. Solo nos faltan dos hora para que termine nuestro turno — dijo el otro técnico saliendo con el primero.
Misato quedó congelada al escuchar eso. Era la segunda vez que escuchaba "Fiesta" y "Shinji" en la misma frase, eso no le gustó para nada. Si se había quedado tranquila antes, fue porque como dijo Ritsuko, tenía dos Agentes de Seguridad siguiendo a Shinji y tenían órdenes de detener y traer a Shinji a NERV apenas hiciera algo que no fuera normal para él. Los Agentes no habían reportado nada, por lo que estaba tranquila, pero esto…
Misato fue a una estación de comunicaciones y llamó por radio al automóvil de los Agentes de Seguridad. No hubo respuesta. Tomó su teléfono móvil y llamó a Reagan: Nada. Marcó otro número y llamó a Clinton: Nada.
— ¿Qué rayos están haciendo esos dos que no contestan? — se preguntó una molesta Misato.
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— ¡¡Clinton, Clinton, Clinton, Clinton, Clinton!!
Coreaba toda la gente mientras el Agente de Seguridad de NERV pasaba por debajo de una vara que estaba a muy poca distancia del suelo, en una competencia de "Limbo".
La gente gritó entusiasmada cuando Clinton pasó sin caerse, siendo recibido por un par de chicas muy cariñosas y escasas de ropa.
— ¡¡Reagan, Reagan, Reagan, Reagan, Reagan!!
Comenzó a corear toda la gente cuando el otro Agente de Seguridad se aprontaba a pasar por debajo de la vara.
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Era entrada la madrugada del lunes y en la consulta del prestigioso Odontólogo Akira Sato, un par de entonados técnicos del EVA-01, observaban como el hombre llenaba un cilindro con "Aire Dulce"
— ¿Esta cosa es la misma de la otra vez? — preguntó Hiko.
— Efectivamente, el mismo de la última vez — respondió el Odontólogo.
— ¿Entonces esto es lo mismo que usa en sus pacientes? — preguntó Hideki.
— Efectivamente. El Óxido Nitroso tiene un uso estrictamente médico. Como en mi consulta para tratar a mis pacientes. Pero usado de forma adecuada, sirve para otras cosas; como usarlo en fiestas privadas — dijo el Odontólogo con una sonrisa traviesa.
— ¿No es peligroso? — preguntó Hideki.
— Solo si se usa puro. Si ese es el caso, te mataría entre 15 a 30 minutos. Pero con la mezcla correcta, como la que estoy colocando en estos tanques de buceo, puedes lograr maravillas.
— Como la última vez — dijo Hiko con una sonrisa.
— Así es — afirmó el Odontólogo — Esto es mejor que las drogas. La cocaína sumerge a las mujeres en un estado de impotencia. El Óxido Nitroso por el contrario, las suelta, las desinhibe, si se quiere decir de otra forma y, exacerba el deseo sexual.
El Odontólogo terminó de llenar el tanque de buceo y lo colocó junto con los otros.
— Listo, solo hay que abrirlos en un lugar que no tenga mucha ventilación o de preferencia ninguna.
— Gracias Doc. — dijo Hiko.
— Nada de gracias. Voy con ustedes.
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La competencia de "Limbo" había terminado con Clinton como ganador indiscutido. Ahora todos volvían a lo que hacían antes; bailar, beber, comer, manosear a las chicas, ir al segundo piso a remecer las camas a punta de sexo desenfrenado, o salir a la terraza a tomar aire junto a la piscina, donde habían algunos bañándose.
Un cansado Shinji Ikari salió afuera con la camisa abierta, gafas de sol, una pantys negras enrolladas en el cuello a modo de corbata, que le quitó a anda saber a qué chica, junto con una cerveza en la mano derecha.
— ¡¡Shinji!!
El susodicho se volteó al escuchar su nombre y vio a la flamante y nueva pareja compuesta por Touji y Hikari, caminar hasta él tomados de la mano y con radiantes sonrisa en los labios.
— Me alegro por ustedes chicos — dijo Shinji con toda sinceridad, En verdad estaba feliz por ellos.
— Gracias — dijeron ambos jóvenes algo sonrojados, pero sin soltarse de las manos.
— ¿Cómo la están pasando? — pregunto Shinji para iniciar la conversación.
— Bastante bien, pero no tanto como tú — comentó Touji con una sonrisa divertida.
— No todos los días puedes ir a una fiesta así. Hay que aprovechar la oportunidad — dijo Shinji extendiendo los brazos, señalando todo el lugar — Oigan. ¿Vieron a Kensuke? Por poco y le gana a Clinton en la competencia de "Limbo". No le conocía ese talento.
— Sí, lo vimos — dijo Hikari conteniendo la risa.
— Sí, bien. Nosotros ya nos vamos así que veníamos a despedirnos. Recuerda que mañana; quiero decir hoy, tenemos clases — señaló Touji.
— No me lo recuerdes — dijo Shinji decaído — ¿Pero por qué no se quedan? Habíamos acordado ir desde aquí a la escuela. ¿Lo olvidaste?
— Lo sé, pero Hikari tenía permiso hasta la media noche y mira la hora que es — dijo Touji señalando su reloj.
— Además que la fiesta se está poniendo un poco subida de tono — dijo una sonrojada Hikari.
— ¿Subida de tono? — preguntó Shinji sin entender.
Justo en ese momento pasaron junto a ellos dos alegres chicas totalmente desnudas, recién salidas de la piscina, por lo que llevaban el cuerpo mojado dándoles un aire exótico y sexy. Ambos chicos las siguieron con la mirada y Touji se ganó un codazo en las costillas por parte de su nueva novia.
— Ejem, como decía, tenemos que irnos — dijo Touji.
— De acuerdo. Yo los voy a dejar. No creo que encuentren un taxi esta hora — dijo Shinji.
Los tres chicos se encaminaron hasta el interior del departamento, cuando una flecha se clavó repentinamente en el marco de los ventanales que daban a la terraza, y a escasos centímetros de la cabeza de Shinji. El ventanal se remeció por entero.
— ¿Qué pasó? — peguntó Hikari.
— Una flecha — dijo un sorprendido Shinji, señalando la flecha clavada en el marco del ventanal.
Touji y Hikari se acercaron para ver y efectivamente, había una flecha. De pronto una segunda flecha se clavó junto a la primera. Solo que esta pasó tan cerca que le hizo un arañazo a Shinji en el puente de la nariz, que comenzó a sangrar de inmediato.
— ¡Shinji, estás sangrando! — dijo una asustada Hikari.
Shinji no alcanzó a levantar una mano, cuando otra flecha paso rozándole un brazo y se clavó en el piso. Los tres chicos se miraron por un segundo y saltaron dentro del departamento poniéndose a cubierto. Clinton y Reagan se percataron de eso y corrieron donde Shinji.
— ¿Qué pasa? — preguntó Reagan.
— Alguien está lanzando flechas y casi me atraviesa la cabeza — dijo Shinji, con una mano cubriendo su sangrante nariz.
Clinton se acercó a la puerta de la terraza y examinó las flechas con la mirada sin exponerse. Luego de un rápido cálculo mental, determinó la posición del tirador.
— Edificio del frente. Posición elevada — informó con seriedad a su colega.
Reagan afirmó y subió corriendo las escaleras hacia el segundo piso y se metió a la fuerza en una de las habitaciones, interrumpiendo a una pareja en el proceso. El hombre se enojó de inmediato al ser molestado en mitad del acto, mientras sujetada a una chica en la posición del perrito, pero dejó de reclamar al ver la pistola Desert Eagle en la mano de Reagan. Este corrió un poco la cortina de la ventana y con unos pequeños binoculares observó el edificio del frente.
Cuando Reagan bajó donde los demás, Shinji estaba con una curita en el puente de la nariz, custodiado de cerca por Clinton, sus amigos y las tres chicas que habían invitado, mientras Kensuke le preguntaba a Clinton por las características de su Beretta.
— El tirador está en el 12º piso del edificio del frente y tiene una ballesta profesional. Es ese mocoso Ryuji — informó un serio Reagan.
— ¿Ryuji? — preguntó Shinji con el ceño fruncido.
— ¿Quién es Ryuji? — preguntó Hikari.
— El Ex-novio de Isuzo. El tipo que peleó con Shinji el otro día — respondió Touji.
— Quédate con Ikari. No te separes de él hasta que suprima al tirador — dijo Reagan con mortal seriedad y una mirada acerada.
— Entendido — dijo un igualmente serio Clinton.
— Esperen ustedes dos. Aquí nadie va a suprimir a nadie — dijo Shinji.
— Tenemos orden de suprimir a cualquiera que ponga tu vida en peligro — explicó Reagan.
— ¿A qué se refieren con "suprimir"? — preguntó Keiko.
— A que van a matar al idiota de Ryuji — explicó Kensuke.
— Nadie va a matar a nadie — insistió Shinji — Esa sería una salida muy fácil para él. No, me debe algo más, algo que pueda disfrutar.
— ¿Qué quieres decir? — preguntó Clinton, levantando una ceja.
— Que lo capturaremos con vida y le haremos arrepentirse de lo que hizo — explicó el Tercer Elegido con una mirada que no auguraba nada bueno.
Clinton y Reagan se miraron con ojos estrechos. Sus órdenes eran claras pero; tal vez fuera por el alcohol o el ambiente de fiesta, pero no les pareció tan mala idea. Además se habían divertido bastante la última vez que machacaron al mocoso ese.
— Está bien, vamos — dijo Reagan.
— Touji, Hikari, solo espérenme un momento. Arreglo este asunto y los voy a dejar a casa — dijo Shinji guiñándoles un ojo y salió del departamento escoltado por dos fornidos Agentes de Seguridad de NERV en camisas Hawaianas.
El grupo de chicos observó como Shinji desaparecía con una mezcla entre sorpresa y admiración. Se veía tan distinto a como era normalmente, con una seguridad y personalidad que lo hacía lucir como si fuera otro Shinji.
— Es increíble lo que ha cambiado Shinji en tan poco tiempo. Parece una persona totalmente distinta — comentó Hikari.
— Sí, pareciera que su personalidad se perdió en alguna parte. Pero hay veces en que vuelve a ser el mismo de siempre — razonó Touji.
— Aun así, no pueden negar que se ha vuelto más simpático. Además canta bien — dijo Kensuke.
— Y es tan varonil — dijeron Keiko y Yuka con corazoncitos en los ojos, haciendo que el resto los chicos rodaran los ojos.
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Shinji y Clinton saltaron por la parte trasera del edificio y luego lo rodearon, deteniéndose en la esquina para no ser vistos por Ryuji. Al poco rato se les unió Reagan, que traía un bulto en las manos y que le tendió a un serio Tercer Elegido.
— Lo rompes y lo pagas — dijo Reagan.
— Me enseñaron a usarlo en el entrenamiento de combate — dijo Shinji rodando los ojos.
— Vamos — dijo Reagan.
Después de que Clinton se cerciorara con los binoculares de que Ryuji aún estuviera en la ventana y no estuviera mirando en su dirección, el improvisado "Grupo de Infiltración" cruzó la calle de una carrera por un sector poco iluminado y se introdujo furtivamente en el edificio donde estaba el molesto ex-novio de Isuzo.
En ese mismo momento, un automóvil azul se estacionó frente al edifico de la fiesta. Hiko, Hideki y el Dr. Sato se bajaron con varios tanques de buceo llenos de "Aire Dulce".
En la entrada del edificio, un grupo de inquilinos estaba discutiendo sobre la escandalosa fiesta del 10º piso, que no dejaba dormir a nadie y que tenía a más de una señora preocupada, ya que sus maridos fueron a reclamar por el ruido, pero nunca regresaron. Lo mismo pasó con los guardias privados que custodiaban el sector; subieron y no volvieron a bajar. Incluso el conserje del edificio estaba desaparecido.
Cuando el grupo de inquilinos vio al trío de hombres encaminándose a la entrada cargando tanques de buceo, les cortaron la pasada de inmediato.
— ¿Dónde creen que van? ¿Y qué van a hacer con eso? — preguntó una molesta señora.
Hiko miró a la molesta mujer y luego de pensarlo un momento, le dio la única respuesta medio coherente que se le ocurrió.
— Vamos a bucear.
— ¿Bucear? — preguntaron los sorprendidos inquilinos.
— Sí, es una linda noche para bucear — dijo Hideki y entró al edificio.
— Nada mejor que bucear de noche — dijo Hiko siguiendo a Hideki.
— Y si es con una linda chica al lado, mucho mejor — dijo el Dr. Sato siguiendo a los otros dos.
— Oigan, pero… pero… ¡Alguien haga algo! — dijo una sorprendida señora, pero los tres hombres ya habían subido al ascensor.
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En el edificio de al frente, el "Grupo de Infiltración" había llegado al 12º piso y ahora avanzaba por el pasillo buscaban el cuarto indicado, hasta que Reagan se detuvo frente al que suponía era el departamento donde estaba Ryuji. Con un asentimiento de cabeza, Clinton y Reagan se colocaron a cada lado de la puerta con las armas listas para disparar.
— Ahora — susurró Clinton a Shinji que estaba un poco más atrás. Este avanzó sigilosamente cargando el bulto que le había pasado Reagan, que resultó ser un sofisticado equipo de Fibra Óptica.
El Piloto EVA se arrodilló frente a la puerta e introdujo por debajo un largo y delgado cable con una diminuta cámara en la punta. El cable iba conectado a un pequeño monitor con una perilla en el costado, que al girarla permitía mover y levantar el cable por el extremo donde estaba la cámara, dándoles una buena vista del interior del cuarto.
Shinji le hizo una seña a Reagan y este se acercó para ver el monitor. Se podía ver el interior del departamento y sentado en un sillón frente a la ventana, estaba un aparentemente desesperando Ryuji, buscando a Shinji con la mira telescópica de la ballesta. Reagan afirmó, Shinji retiró el cable con la cámara y se colocó detrás de Clinton.
Clinton y Reagan se miraron con ojos estrechos y a una señal de Reagan, Clinton botó la puerta de una patada y ambos entraron de un salto al departamento.
El grito de sorpresa de Ryuji resonó por todo el edificio, para luego ser seguido por los sonidos de una gratuita e intensa paliza, que eran coronadas por los gritos y gemidos de dolor del ex de Isuzo.
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Un automóvil negro transitaba a altas horas de la noche por las desiertas calles de Tokio-3. Era un automóvil bastante grande, a medio camino de ser una limusina, por lo que también era muy elegante. Los vidrios al igual que la carrocería eran de color negro, para que nadie supiera quien viajaba en el interior. Pero lo más particular del automóvil en cuestión y que pasaba completamente desapercibido para todos, es que estaba totalmente blindado con el mismo material que usaban las armaduras de las Evangelion, por lo que era capaz de resistir el impacto directo de un Misil Antitanque y salir sin ningún rasguño.
Como se podría suponer, no cualquier persona tenía acceso a un automóvil de semejantes características. Tenía que ser una persona con mucho poder e influencia, justo como la persona que viajaba dentro en ese momento.
— Esa reunión demoró mucho más de lo que teníamos presupuestado. Solo mire la hora que es — comentó Fuyutsuki viendo su reloj.
— Es verdad, pero se logró el objetivo. Ahora SEELE dejará de molestarnos por un tiempo y podremos realizar nuestros planes sin interrupciones — comentó Gendo Ikari con una leve sonrisa.
— Es verdad. Y espero que no me necesite temprano en la mañana, Comandante. Estoy pensando levantarme tarde — dijo Fuyutsuki.
— Parece que los años no pasan en vano… "viejo" — dijo Gendo con una sonrisa divertida.
— Es verdad. He visto aparecer varias canas en tu cabeza… "pequeño saltamontes" — dijo un divertido Fuyutsuki, también con una sonrisa divertida.
El automóvil prosiguió su camino rumbo a casa de Fuyutsuki, hasta que se detuvo en una esquina por un letrero de "Ceda el Paso". Al no venir ningún automóvil, el chofer continuó su camino hasta que…
— ¡¡ALTO!! — ladró Gendo, haciendo que el chofer parara a mitad de la calle.
— ¿Qué ocurre? — preguntó Fuyutsuki, con una mezcla entre sorpresa y susto.
Por respuesta, Gendo bajó la ventanilla de la puerta su lado para tener una mejor vista, y le señaló a Fuyutsuki lo que había llamado su atención.
— ¿Shinji? — dijo Fuyutsuki con los ojos como platos.
Efectivamente, un poco más adelante, se podía ver a un feliz Shinji Ikari cruzando la calle, con la camisa abierta, gafas de sol y algo negro colgando del cuello, luego de salir de un edificio. Lo más curioso es que llevaba una ballesta en una mano y una cosa de color negro en la otra mano que no alcanzaban a identificar. Detrás de él iban dos gorilas con gafas de sol, camisas hawaianas y pistolas en mano; uno de ellos cargaba a un chico inconsciente en el hombro.
El cuarteto atravesó la calle hasta el edificio del frente, donde amenazaron a un grupo de personas a punta de ballesta y pistolas para pasar y perderse por la puerta principal.
— Esos sujetos de camisas Hawaianas eran Agentes de Seguridad de NERV. ¿Verdad? — preguntó un anonadado Fuyutsuki.
Si Gendo escuchó la pregunta de su mentor, no se molestó en contestar. Su cara en se momento estaba contraída en un gesto de furia.
— Estaciónate frente a ese edificio — dijo Gendo a su chofer entre dientes para no gritar.
— ¿Qué va a hacer Comandante? — preguntó Fuyutsuki, al ver la cara de furia del hombre, pero Gendo no le contestó. Estaba demasiado enojado hasta para responder.
El automóvil se detuvo y Gendo bajó seguido de cerca por Fuyutsuki y dos Agentes de Seguridad. Lo primero que llamó la atención de todos fue la música, los gritos y risas que veían desde el último piso. Al subir la vista se podían apreciar luces iluminado una terraza, prendiéndose y apagándose como si fueran las luces de un árbol de navidad. También se podía ve haces de luces de colores iluminando el cielo.
— ¿Quiénes son ustedes? — preguntó una de las inquilinas acercándose con mala cara, seguida de todos los demás, ya que no querían más gente extraña en su edificio.
— Este es un asunto oficial de NERV señora. Guarde su distancia — dijo uno de los guardaespaldas de Gendo, adelantándose en forma amenazante.
— ¿NERV? — preguntaron todos, sorprendidos.
— ¿Qué está pasando aquí? — preguntó Gendo con muy mala cara.
— Unos sujetos están haciendo una fiesta en el último piso y no dejan dormir a nadie — dijo una señora con bastante molestia.
— Acaba de entrar un chico con una ballesta. ¿Iba él a esa fiesta? — preguntó Gendo.
— Más que ir, diría que él la organizó. Ese mocoso estuvo todo el día subiendo cosas y gente al 10º piso — contestó otra señora.
La cara de Gendo se contrajo en un rictus de furia. Esta fue la gota que rebasó el vaso. Si no había tomado antes cartas en este asunto, fue únicamente porque necesitaba a Shinji recuperado para pilotar el EVA-01. Ese fue el motivo por el que le permitió a la doctora Akagi estudiar a Shinji para buscar una cura a su condición, pero esto…
— ¡¡Se acabó!! — ladró Gendo escupiendo cada palabra.
— Vamos Comandante, no es para tanto. Solo es una fiesta — dijo Fuyutsuki, tratando de restarle importancia al asunto.
— ¿Solo una fiesta? — preguntó Gendo viéndo con ojos estrechos a su antiguo maestro — ¿Solo una fiesta, dices? Acaso no te has puesto a pensar qué pasaría si un Ángel nos atacara justo en este momento. ¿Qué harías? ¿Enviar al EVA-01 a pelear con un piloto trasnochado y en estado de ebriedad?
Fuyutsuki guardó silencio. Gendo tenía un punto.
— Voy a confinar a ese mocoso a un calabozo de por vida y solo va a salir cuando tenga que pelear contra un Ángel. ¡¡Vamos!! — ladró Gendo.
Gendo Ikari, Comandante Supremo de NERV, entró al edificio con paso decidido, siendo seguido de cerca por Fuyutsuki y sus dos guardaespaldas. Los inquilinos del edificio por fin respiraron tranquilos. Ese hombre pondría orden y ellos finalmente podrían dormir… y algunas señoras podrían recuperar a sus maridos perdidos.
Continuará...
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Notas del Autor: Hola a todos. Hasta que se armó la grande.
Gendo Ikari finalmente hizo acto de presencia y con serias intenciones de aguar la fiesta. Vean como logra Shinji salir de esta en la tercera y última parte de "La Fiesta del Siglo"
Saludos y nos leemos.