Dijiste que me lo darías

En medio de la sala de reuniones había una larga mesa de conferencias ovalada, y Óscar estaba sentado en el asiento de maestro. Manos Fantasma Invencibles estaba de pie detrás de él con una expresión severa.

Comparado con su estado anterior, Manos Fantasma Invencibles parecía un poco pálido y deprimido. Claramente, no se había recuperado de las dos patadas que Lucas le había dado ayer.

En el momento en que Manos Fantasma Invencibles vio a Lucas, los músculos de su rostro se tensaron subconscientemente mientras una profunda sensación de miedo aparecía en su cara.

Ayer, había seguido la orden de Óscar de tratar con Lucas, pero ni siquiera consiguió tocar la esquina de la ropa de Lucas. En cambio, Lucas le había dado dos patadas tan fuertes que casi se le salen los órganos.

Si no fuera por el hecho de que Manos Fantasma Invencibles había entrenado sus músculos y huesos durante décadas, podría haber muerto ya debido a las patadas de Lucas.