Ciudad de Dioses

"Por razones obvias —decidió Su Ping—, seré revivido en un lugar aleatorio.

Cuando su visión se aclaró, vio vegetación y flores a su alrededor; estaba preocupado de que lo hubieran vuelto a poner dentro del jardín. Pero después de observar más detenidamente, ya no era un jardín, sino un lecho de flores descuidado que crecía en el costado de una montaña.

A gran distancia a su izquierda, vio una enorme ciudad encerrada dentro de murallas de castillo blancas que brillaban con runas energéticas. Las murallas eran demasiado altas para que pudiera ver lo que había dentro de la ciudad, a excepción de las puntas de varios edificios excepcionalmente grandes y otra montaña ubicada en el centro de la ciudad, en la que se alineaban más estructuras unas junto a otras.

Su Ping tomó un momento para admirar la magnífica ciudad. No sabía qué lugar era ese, aunque estaba seguro de que debía estar bien poblado y floreciendo.

—¿Es esa una ciudad de dioses?