Jocelyn Field y los demás no serían la única secta en venir a guiarlos.
Además, había muchas maneras de ir a la Región Sagrada, y no era necesariamente que tuvieran que depender de ellos.
La razón para mantenerlo en secreto del Maestro del Pabellón también era muy simple.
Si otros se enteraban, Ethan Smith temía que algunos se rindieran, como Frederick Cohen y Edward Green.
Este era un asunto privado de Ethan Smith, y no podía dejar que afectara a otros por ello.
Además... Ethan Smith también podría aprovechar esta oportunidad para eliminar los dos venenos de Dudley Lynch y Obadiah Heptinstall.
—Señor Maestro del Pabellón, si no he llegado a la Región Sagrada después de un año, por favor venga a recogerme —dijo Ethan Smith.
El Maestro del Pabellón asintió y dijo:
—Está bien.
Ethan Smith se sentó en la habitación durante mucho tiempo, soltando un suspiro leve.
Ethan Smith no tenía derecho a opinar sobre la decisión de su padre; con hacer bien su parte era suficiente.
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