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La cara de Frederick Cohen estaba llena de ira, incluso al enfrentarse a un cultivador del Reino Poderoso, no mostraba el menor miedo.
El Maestro del Pabellón a su lado no paraba de negar con la cabeza, temiendo que Frederick complicara las cosas y provocara que Jenson Harmon comenzara una matanza.
Frederick tomó una profunda respiración y suprimió la ira en su corazón.
Luego dio un paso adelante y dijo solemnemente:
—Senior Jenson, como dice el refrán, debe haber una clara distinción entre la causa de las quejas y sus responsables. Incluso si estás en el Reino Poderoso, no deberías matar imprudentemente a los inocentes.
—Además, Ethan Smith volverá pronto. Definitivamente no es alguien que huye de la batalla.
Jenson resopló:
—Ya llevo cinco días esperándolo. ¿Tengo que esperarlo toda una vida?
Frederick se burló:
—Te pregunto, si Ethan fuera del tipo que huye de la batalla, ¿crees que serviría de algo matar a todos en la Puerta del Cielo? Aún así no volvería.
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