—Señor Smith, espero que no le importe —explicó César Nolan.
Ethan Smith asintió y dijo:
—No me importa.
Esto no pudo evitar hacer suspirar a Ethan. Parecía que estas personas ricas estaban bastante agobiadas con sus sirvientes personales.
Eso era porque una vez que las personas adquirían habilidad, no podían evitar resistirse a servir a los demás y tenían dificultades para seguir órdenes.
Como Ellis Mitchell ahora.
«Es mejor ser autosuficiente» —suspiró silenciosamente Ethan en su corazón.
—No estén demasiado nerviosos, todos. Quizás hoy no pase nada —agitó su mano César Nolan, tranquilizando a los presentes.
Ellis Mitchell rió a carcajadas. —¿Nervioso? Señor Nolan, aparte de la emoción, ¡no tengo otros sentimientos!
—Es verdad. Con el señor Mitchell aquí, tampoco necesitamos estar nerviosos —dijeron los demás con una sonrisa.
La adulación de la multitud solo hizo que Ellis Mitchell se sintiera más orgulloso.
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