Feng Tianjun miró a la gente de la Secta Médico Inmortal y dijo:
—¿Están seguros de que quieren que este niño participe en la próxima competencia?
—¡Completamente seguros! —Sun Minggu asintió enfáticamente.
Wang Junheng y los demás asintieron.
De todos modos, ya no había mejor opción por ahora. Solo podían optar por creer en Yang Luo.
—Está bien. —Feng Tianjun asintió y no dijo nada más.
Pronto, Yang Luo caminó hacia un caldero en el centro de la plaza.
Ling Canglan se burló:
—Niño, ¿has venido aquí a hacer el ridículo? Pareces estar en tus veintes. ¿Qué tan buenas pueden ser tus habilidades en alquimia?
Feng Mochun dijo con orgullo:
—Niño, eres bastante osado. ¡De hecho te atreves a competir con nosotros en alquimia! Somos los alquimistas más fuertes debajo del Reino Inmortal Verdadero. ¡Te aconsejo que te rindas rápidamente!
—¿Rendirme? —Yang Luo miró a los seis con indiferencia—. Creo que ustedes deberían ser quienes se rindan.
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