¡Feroz batalla en Emei!

—¿Matando inmortales? —Yang Luo se rió burlonamente—. ¿Pueden técnicas de espada tan mediocres matar a inmortales?

Mientras hablaba, Yang Luo lanzó un golpe audazmente. Este golpe era antiguo y pesado. El puño estaba repleto de una luz dorada deslumbrante, como si quisiera hacer explotar todo.

¡Boom! ¡Boom!

¡Estruendo!

Una colisión y explosión que sacudían la tierra resonaron.

¡Las miles de espadas largas que volaban hacia él fueron todas destruidas!

—¡Arghhhh! —Bai Wuchen emitió un aullido extremadamente doloroso mientras su cuerpo se alzaba del suelo. Por cuarta vez, fue enviado volando docenas de metros de distancia...

Cuando cayó al suelo.

Bai Wuchen escupió un bocado de sangre. Algunas de sus costillas se habían roto.

Todo su brazo derecho estaba destrozado, y la espada en su mano también estaba hecha pedazos.

El puño de Yang Luo lo había herido gravemente directamente. No podía ni levantarse.